Salvar perros y gatos en los campus también es aprendizaje para estos universitarios
Salvar perros y gatos en los campus también es aprendizaje para estos universitarios n No solo aprenden empatía, comunicación y solidaridad. Los alumnos dicen que también practican el trabajo en equipo, la toma de decisiones y el liderazgo, habilidades clave para la vida y sus carreras.
La Asociación de Ayuda al Animal Abandonado, conocida como "4A", es una de las organizaciones estudiantiles animalistas más antiguas de la Universidad de Chile. "Nos ocupamos desde 1992 (a través de diferentes generaciones de alumnos) a promover y educar a la comunidad universitaria sobre tenencia responsable. Además, nos preocupamos de resguardar el bienestar de perros y gatos que llegan al campus.
Y una vez ingresados a la organización, los animales se ubican en hogares temporales para después ser adoptados definitivamente", resume Antonia Heckmann, estudiante de cuarto año de Ingeniería en Recursos Naturales Renovables y una de las coordinadoras de 4A (@cuatroa_uchile en Instagram). Actualmente son 18 integrantes, la mayoría estudian medicina veterinaria, aunque hay también alumnos de otras carreras.
Sobre su participación en la organización, Heckmann dice que "ver de cerca el sufrimiento de estos animalitos me ha ayudado a aprender de empatía y del control de animales domésticos y su educación, y me ha permitido comprender y poner en práctica, por ejemplo, la formulación de proyectos.
Todo se relaciona harto con mi carrera, primero, por la importancia de la protección de la biodiversidad y, segundo, porque me interesaría trabajar en proyectos de carácter ambiental a futuro". Vicente Luengo, quien cursa quinto año de Ingeniería Comercial en la Usach, es uno de los 34 voluntarios que tiene actualmente la Agrupación de Estudiantes por la Defensa de los Animales (@grupoaeda en Instagram) de esa casa de estudios. "El proyecto comenzó en 1998 debido a las matanzas de canes realizadas en la universidad, la más controversial ocurrida en 2002 debido a una sobrepoblación de perros en el campus", afirma el universitario. Hoy, sus miembros se encargan de velar por la integridad física y psicológica de los animales callejeros que se encuentran en las dependencias de la institución.
Les otorgan rehabilitación con profesionales, controlan la población con campañas de esterilización y castración, y les buscan dueños responsables que les den un hogar. "Mi principal aprendizaje ha sido la coordinación de personas, abordando las realidades individuales de cada voluntario y buscando las mejores soluciones que beneficien a la organización y sus integrantes, creando así un ambiente adecuado donde podamos mejorar las condiciones de vida de cada animal desde nuestra área de trabajo. Esto es súper relevante en mi carrera", dice Luengo. La U. Adolfo Ibáñez también cuenta con una de estas organizaciones.
Se trata de "Animalia UAI" (@animalia_uai en Instagram), donde alrededor de 85 voluntarios se encargan de cuidar a los canes y felinos que llegan al campus "principalmente por el abandono en las cercanías del lugar", dice Javiera Gaete, estudiante de tercer año de Ingeniería Comercial y presidenta del colectivo. "El participar en proyectos universitarios como este es sentirse parte de un grupo de personas que tienen gustos e intereses muy similares. Asimismo, se aprende de trabajo en equipo, empatía, solidaridad y habilidades de comunicación", afirma la alumna. Y añade: "Un claro ejemplo fue nuestra última adopción, un perro llamado Tony. Dada su reactividad frente a otros de su especie, tomó más tiempo del habitual encontrar una familia apta para él, poniendo a la organización a trabajar coordinados. Desde lo técnico, aprendimos junto a la etóloga y al entrenador cómo llevar este caso. Y desde lo práctico, los voluntarios estuvimos más unidos que nunca dados los cuidados que Tony necesitaba. Paciencia y compromiso fueron también protagonistas de este aprendizaje". Con el mismo nombre, "Animalia", aunque formado por estudiantes de la U. Católica (@animaliauc en Instagram), esta iniciativa ha beneficiado el aprendizaje de sus integrantes. "Ser parte de esta organización nos ha enseñado mucho a trabajar en equipo.
Alimentar, llevar animales al veterinario, hacer actividades para recaudar fondos, etc., son tareas que hacemos donde tenemos que trabajar de manera ordenada y coordinada", cuenta Nataly Román, estudiante de quinto año de Ingeniería Civil y parte del equipo voluntario. Y añade que para su futura profesión, en específico, "también sirve mucho. Se aprenden aspectos de liderazgo y resolución de problemas.
Sin embargo, creo que a cualquier carrera le serviría (participar de un voluntariado de este tipo)". Organizaciones estudiantiles animalistas: Salvar perros y gatos en los campus también es aprendizaje para estos universitarios CONSTANZA MENARES Tony es el último perro que "Animalia" de la U. Adolfo Ibáñez logró dar en adopción.
En la foto, junto a un grupo de voluntarios en su "despedida oficial". CEDIDA Nicole Arriagada (de azul) y Antonia Heckmann, voluntarias de la agrupación "4A" de la U. de Chile, junto a dos gatitos que alguien fue a botar frente a la Facultad de Veterinaria. CEDIDA. - -