Las mujeres de Pampa Concordia
AEREA IFA GLORIA CASTRO. Las mujeres de Pampa Concordia Pampa Concordia Las mujeres de Pampa Concordia.
HACE DIEZ AÑOS, UN GRUPO DE 80 PEQUEÑOS AGRICULTORES LLEGÓ A UN SITIO DESERTICO, Y QUE ALGUNA VEZ ESTUVO SEMBRADO DE MINAS ANTIPERSONALES, PARA INICIAR UN PROYECTO QUE PARECÍA INSOLITO: CREAR EL PRIMER PUNTO AGRICOLA CHILENO A CINCO MINUTOS DE LA FRONTERA CON PERU. HOY, PAMPA CONCORDIA ABASTECE CON SUS VERDURAS Y FRUTAS A SANTIAGO Y OTRAS REGIONES EN. INVIERNO, Y SU COOPERATIVA ESTÁ DOMINADA POR MUJERES.
POR Juan Luis Salinas T. nés Roa camina por su parcela y recuerda el paisaje al que se enfrentó cuando llegó a su parcela en Pampa Concordia en abril de 2013. --Antes, aquí no había nada. La tierra era seca, parecía una locura que aquí se pudiera cultivar algo. Esto era una costra de sal. Diez años después, comenta, eso es cosa del pasado. Esta tarde de junio en el terreno desértico ahora brotan verduras y frutales. Dice que doblegó a la tierra salina a punta de trabajo.
En las cuatro hectáreas de su parcela, la N1, Inés Roa Álvarez --una mujer de frases precisas y rasgos marcados por el soltiene su casa, un estanque, árboles frutales y un invernadero donde ahora están en plena cosecha de tomates. Esta vez plantó algo más de una hectárea de tomates pomarola, que asegura son su especialidad. Además, tiene pepinos y otras verduras. --Ha sido una buena cosecha. Aunque fue mucho el trabajo que tomó amansar esta tierra, yo nunca perdí la fe. Ahora en esta pampa se da de todo. Las verduras crecen, hay frutas ricas. Ahora yo creo que somos de verdad el nuevo territorio de la agricultura, aquí en medio del desierto.
Antes de instalarse en este sector agrícola ubicado a seis kilómetros de la frontera con Perú, Inés Roa manejó por más de 20 años una carnicería en el Terminal Asoagro de Arica, uno de los mercados más importantes del Norte Grande de Chile.
Cuando llegó a la Región de Arica y Parinacota con su marido, de quien enviudó, trabajó en el valle de Azapa, que junto con el de Lluta han sido los centros de cultivo de verduras y frutas desde la colonia. Ahí el matrimonio sembraba tomates y tenían plantaciones de olivos. --«¿ Por qué volvió a la agricultura en un lugar donde no existía? --Porque me gustan los desafíos. Ver cómo brotan plantas en un terreno que solo eran zanjas, en un suelo duro y salado, es puro esfuerzo. Y esto ahora solo seguirá creciendo, aunque tengamos que seguir lavando la tierra como hicimos los que llegamos al principio. Se llama Pampa Concordia y es el primer punto agrícola del norte de Chile.
Hoy lo llaman el "milagro del desierto". Es un valle de 1.050 hectáreas que está ubicado en el último tramo norte de la Ruta 5, frente al aeropuerto de Arica, a cinco minutos del paso fronterizo Chacalluta y de la Línea de la Concordia (límite internacional con Perú). Hace más de una década, en el lugar todo era un desierto hostil que estaba dominado por fortificaciones militares, trincheras y con campos minados. Tras cumplir con los acuerdos de la Convención de Ottawa, que busca la eliminación de las minas antipersonales, quedó una importante franja de tierra que necesitaba dejar su pasado bélico atrás. En 2012 el Ministerio de Bienes Nacionales licitó su uso agrícola a 25 años, con la posibilidad de extender el acuerdo por otra década. La superficie de 1.050 hectáreas se dividió en cuatro bloques, dos de 100, uno de 500 y otro de 350. En este último paño, conocido como el Lote B, se instaló la Agrupación de Pequeños Agricultores de Arica (Apaa), un grupo de 80 pequeños productores. Cada uno de ellos asumió una parcela de cuatro hectáreas.
Con fondos de Indap y de otros organismos, desarrollaron cursos de capacitación y otros proyectos, además de inversiones propias, lograron mejorar la tierra que se les entregó, crearon caminos interiores y gradualmente fueron abriendo espacios para comercializar las verduras y frutas que empezaron a cosechar. En febrero de 2019, un grupo de 27 integrantes de la Apaa formó la cooperativa Concordia Coop. En esta organización participan 16 mujeres (59%) y 11 hombres (41%), entre ellos hay 15 integrantes que pertenecen a pueblos originarios: 13 son aimaras y dos, mapuches. Su idea es vender y procesar de manera conjunta su producción.
Sin estar emplazada en uno de los grandes valles de una región que no es calificada como agrícola para la mayoría del país, Pampa Concordia ha ampliado y diversificado la oferta de hortalizas de invierno en Santiago y otras regiones durante los últimos años.
Pedro Limarí, gerente de la Cooperativa de Servicios Agrícolas de Pampa Concordia, explica: --Además de los mercados locales, nuestros productos van al mercado nacional, que puede ser diverso; abarca desde la Vega y Lo Valledor en Santiago, supermercados, comerciantes minoristas y horecas, que significa hoteles, restaurantes, cafeterías. terías. Gloria Castro es ingeniera en ejecución electrónica y hasta abril trabajaba en la Universidad de Tarapacá. Criada en una familia de agricultores de origen aimara, hace diez años llegó a instalarse en Pampa Concordia con su marido.
Al tiempo que desarrollaba su labor académica, Castro empezó a retomar el trabajo de siembra, cultivo y cosecha que conoció en su infancia y adolescencia. --A mí no me gustaba mucho la agricultura, me gustaba más estudiar.
No es que despreciara lo agrícola, pero me parecía muy sacrificado... pero después de tres décadas en la universidad, comprendí que implicaba el mismo esfuerzo, no a pleno sol o en condiciones más inhóspitas, pero al final era un trabajo que requería conocimiento y esfuerzo. Por eso, de alguna manera, quise volver, y cuando me hablaron de este proyecto, no dudé.
Cuando se instaló en su parcela, Castro inició un largo trabajo de preparación de la tierra, pero siempre estuvo segura de que en sus cuatro hectáreas de desierto crecerían plantaciones. --Estaba convencida, porque había un pozo de agua y si ocupaban las herramientas apropiadas, eso sería fertil --dice bajo un parrón que hasta hace unos meses tuvo uvas rosadas y que está al costado de una plantación de papayas formosa, una especie subtropical que en sus tierras crece bien.
Una de las anécdotas más repetidas entre los integrantes de la Cooperativa Pampa Concordia es que dos socios encontraron en sus terrenos búnkeres militares, pero los convirtieron ron en sus terrenos búnkeres militares, pero los convirtieron Las mujeres de Pampa Concordia. "Todo lo que ha ocurrido aquí en esta tierra no es un milagro, es el sacrificio de agricultores que creyeron en esta idea". que creyeron en esta idea". en bodegas. Al tiempo que levantó su casa, Gloria Castro también plantó choclos para "endulzar" la tierra. Esas plantas se quemaron, pero ella siguió probando con los choclos y zapallos italianos hasta que logró hacer que la tierra fuera productiva. Hace unos meses, Gloria Castro inició la cosecha de tomates y morrones.
Ahora también empezó a experimentar con encurtidos de vegetales. --Yo creo que la idea es siempre ir más adelante... la prueba está en esta misma tierra y en las mujeres que la trabajamos, porque en la cooperativa la mayoría somos mujeres. porque en la cooperativa la mayoría somos mujeres. porque en la cooperativa la mayoría somos mujeres. El milagro verde de Pampa Concordia es más humano que divino. El agua la obtienen de un pozo ubicado cerca del aeropuerto y a 100 metros de la frontera con Perú, que se distribuye por sistemas de riego tecnificado que permiten su mejor utilización. En enero, el Gobierno Regional de Arica y Parinacota entregó el embalse de regulación estacional de Pampa Concordia. La iniciativa dotará de 49.525 metros cúbicos de agua al sector y se desarrolló en conjunto con Indap y con la Comisión Nacional de Riego.
En su inauguración, el director nacional de Indap, Santiago Rojas, dijo: "Esto nos permite incrementar la producción de estas familias, así como asegurar el uso eficiente del agua, que es tan escasa en esta región y donde las agricultoras y agricultores están realizando una labor fantástica". Además del trabajo y la obstinación de los pequeños productores agrícolas, el lugar ha contado con apoyo para desarrollar el uso de energías renovables gracias a paneles solares. --Son 48 paneles solares --explica Pedro Limarí, gerente de la Cooperativa Pampa Concordia, quien aclara que todo el proceso de selección en un packing opera solo con energía fotovoltaica.
Para Limarí, otro de los cambios ha sido la creación de la Cooperativa Concordia Coop y que cada uno de sus integrantes asumiera que para crecer era necesario invertir. --Es un cambio de mirada importante, porque venimos de un sistema en donde los agricultores están acostumbrados a entregar sus hortalizas en un mercado mayorista. Bajo este entregar sus hortalizas en un mercado mayorista. Bajo este entregar sus hortalizas en un mercado mayorista. Bajo este entregar sus hortalizas en un mercado mayorista. Bajo este 12 1 ya modelo de cooperativismo, deben entregar sus productos a Concordia COOP (donde ellos mismos son los dueños), generando así una conciencia más grupal. Pedro Limarí comenta que desde que empezó la cosecha en mayo por el packing de la cooperativa han pasado más de 35 toneladas de productos. toneladas de productos.
Cuando Dominga Dulia Castro viajaba desde Arica a Tacna, apenas miraba el paisaje de tierra marchita y de apariencia na, apenas miraba el paisaje de tierra marchita y de apariencia inerte que se dibujaba al costado de la carretera antes de cruinerte que se dibujaba al costado de la carretera antes de cruzar el pase fronterizo.
Para esta mujer, que nació en una familia de agricultores de la quebrada de Camiña --al interior de Iquique, en la Provincia del Tamarugaly cultivó hortalizas durante años en el valle de Azapa, esa tierra que miraba parecía nada. Hoy, mientras recorre el invernadero de su parcela, dice: --A diferencia de Azapa, que está más al interior, aquí podemos cultivar más productos, porque las temperaturas no bajan tanto por la cercanía con el mar. Dominga Castro vive con su pareja, el agricultor Eduardo Huanca, en la parcela N19.
Cuando recibió la tierra --luego de postular junto a centenares de pequeños agricultores de la regiónsupo que el trabajo sería arduo, pero a diferencia de otros sitios cercanos, en sus cuatro hectáreas no había zanjas ni trincheras que rellenar. --Todo lo que ha ocurrido aquí en esta tierra no es un milagro, es el sacrificio de agricultores que creyeron en esta idea.
A comienzos de mayo, Dominga Castro comenzó a cosechar su plantación de tomates. --Entramos en una etapa de casi seis meses de cosechar y enviar nuestros productos a varios lugares de Santiago y del centro del país.
Con la producción de acá se mantiene un gran porcentaje de la verdura que se vende en el invierno allá --dice Castro y agrega: --La gente en Santiago no entiende que aquí en el final del Norte Grande hay agricultura, piensan que todo viene de San Fernando para allá. Si ahora vinieran a ver cómo los viernes, durante los meses de invierno, salen camiones con nuestras verduras para el sur, se impresionarían. m Las mujeres de Pampa Concordia.