Autor: Danae Mlynarz Puig Directora de la Oficina Chile de Rimisp - Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural
Pobreza y desarrollo rural
Do Columna “Dentro de la discusión constitucional no puede estar ausente el desarrollo rural. Sin embargo, al revisar los programas de los 155 constituyentes electos (... ) la temática sólo está presente en el 20% de ellos. As cifras expuestas por la Encuesta de Caracterizaión Socioeconómica 2020 (Casen) nos muestran una dolorosa realidad para nuestro país.
De acuerdo con los números entregados, anivel nacional, el 10,8 % de la población se encuentra en situación de pobreza por ingresos (2.112.185 personas) y el 4,3% en pobreza extrema (831.232 personas). Estas cifras representan un aumento frente alo sucedido en 2017, cuando la tasa de pobreza era de 8,6%, y la de pobreza extrema 2,3%. La Araucanía (17,49 %), Ñuble (14,7 %), Tarapacá (14%) y Biobío (13,2 %) presentan tasas de pobreza por sobre el promedio nacional.
La encuesta Casen 2020 también constata que la pobrezasigue siendo mayor en zonas rurales (13,82 %) que en zonas urbanas (10,42 %). Sin embargo, en comparación aañosanteriores, la pobreza rural se redujo levemente (de 16,5 % en 2017) y la urbana aumentó (de 7,4% en 2017). Estas cifras podrían crear la falsa sensación de que las zonas rurales no han resentido el impacto del covid-19, pero en realidad nos obligan a poner más atención en las brechas territoriales quesufren estos lugares, una deuda pendiente einvisibilizada desde hace muchos años. Las desigualdades territorialesnosólo afectan la vida de los habitantes de un territorio rezagado, pues también limitan el desarrollo de todo un país. Estas brechas no se corrigen con el tiempo. Al contrario, se refuerzan, dados los incentivos y efectos de la economía política que favorece a las grandes ciudades y alos territorios urbanos por sobre los rurales. Por estos motivos, creemos que dentro de la discusión constitucional no puede estar ausente el desarrollo rural. Sin embargo, al revisar los programas de los 155 constituyentes electos, observamos que la temática solo está presente -en alguna medidaen el 20% de ellos. Misma situación deberíamos analizar en los programas presidenciales, ya que de acuerdo con lo que la OCDE define como “rural”, al menos el 30% delos chilenos y chilenas habita en ese tipo deterritorios.
Pesea ello, muchas veces no aparecen propuestas para esosespacios y menos aún una estrategia clara de desarrollo quese haga cargo de su importancia para la seguridad alimentaria, mientras nos encontramos en plena adaptabilidad al cambio climático. (43