No más barras
No más barras Expertos y académicos abordan tragedia del estadio Monumental con la mira en la violencia desatada No más barras No más barras RUBÉN GARCÍA GARCÍA Hinchas colocolinos volvieron a protagonizar desmanes la mañana del viernes en el entorno del Monumental. académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, piensa que esto es parecido a cuando se habla de la delincuencia. "Hay algunos factores que son estructurales, como la desigualdad, la falta de oportunidades, la drogadicción, pero también hay factores más contingentes: la falta de vigilancia, de luz, de policías, que los tipos salen al día siguiente de la cárcel. La izquierda pone en el centro lo primero y las derechas en las causas más contingentes. Creen que la cosa es pura repreque la cosa es pura repre"Hay que tomar medidas dolorosas. La principal y primera es quitarles poder a las barras. Hay que desarticularlas tal como están concebidas", explica el filósofo político Cristóbal Bellolio. MARCO VALERIA MARCO VALERIA da en la Villa Santa Helena, lamenta que haya muertos para visibilizar lo que pasa en torno del estadio Monumental. Cada vez que juega Colo Colo se pone ansiosa y siente temor. Tiene que hacer malabares para llegar desde su trabajo hasta su casa y una vez que lo consigue tiene que encerrarse. A veces se ha visto en medio de turbas que bajan de cuatro o cinco buses que se estacionan en las inmediaciones. Debe pedir refugio en alguna casa y esperar que los hinchas despejen la zona para seguir avanzando. El tema de la orina y las fecas en las calles no son novedad para ella, tampoco los asaltos y la intimidación. Y sin ir más lejos, mientras hablaba, se le acercó un grupo, que se identificó como miembros de la Garra Blanca para retrucar sus afirmaciones. Los muchachones estaban molestos porque los están haciendo bolsa en la tele, según explicaron. Los desmanes son causados por otra facción de la barra y ellos hacen obras sociales. Se niegan a conversar, porque ya hablaron suficiente ante la televisión. Al final, prefieren retirarse y Francisca sigue hablando, pero en voz baja, muy baja, mientras de fondo se escuchan sirenas y estruendos. En Departamental con Marathon, unos treinta carros policiales vigilan a unos doscientos colocolinos, todos muy jóvenes, algunos con uniforme escolar. Gritan y amenazan. Para los vecinos del estadio MonuFon González (27), nacida y criamental la situación ya no da para más. El jueves murieron dos jóvenes, de 13 y 18 años. Edith Galleguillos y Raúl Hernández, ambos de 80 años, llevan sesenta de ellos en el sector. Y nunca antes había sido tan malo como ahora. En los clásicos de antaño se podía ver juntos a hinchas de la U y Colo Colo, cosa que ahora parece de ciencia ficción. Robos, incivilidades, ataques directos, todo vale en su calles cada vez que juega el equipo popular. Están cansados y aburridos. Cristóbal Bellolio, filósofo político y Cristóbal Bellolio, filósofo político y Cristóbal Bellolio, filósofo político y Los cracks albos tuvieron que salir a contener a los adeptos violentos del Cacique. MARIOLA GUERRERO sión y mano dura. Quizás ambos tengan razón, pero ninguno la tiene enteramente. Es imposible darles el gusto a todos. Hoy las que tienen que perder son las barras. Todo el mundo lo sabe, pero nadie se atreve a hacer nada. No puede haber un grupo que crea que el fútbol le pertenece. Aquí no se puede obtener todo. Las barras, tal como están concebidas, no pueden seguir existiendo en el fútbol chileno, punto". ¿Se deben eliminar las barras? "Para resolver el problema hay que tomar medidas dolorosas. Entre ellas, la principal y primera es quitarles poder a las barras. Hay que desarticularlas tal como están concebidas. Esto es lamentable para la familia del fútbol, no es algo que se vaya a disfrutar, pero es la única forma de que el mensaje no se pierda.
Si hoy Colo Colo y las barras sigan echándoles la culpa a los carabineros, a la programación de la intendencia, se pueden buscar causas ahí, pero hoy día el problema está radicado en que las barras creen que son las dueñas del fútbol". Juan Francisco Ortún (66) es académico de la Facultad de Economía, Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central y advierte que le gustan las barras, pero no las actuales. "Por ahora no veo que vayan a cambiar, mientras no haya una intervención profunda", dice. ¿Cómo deberían funcionar? "Se tiene que enrolar a los hinchas y ver si tienen prontuario policial. Todas las medidas no han dado resultados. Se sabía que habría un reventón en la Casa Alba. Se anunció por las redes sociales ¿ Cuántos buses secuestraron ayer? No es problema que se llenen los estadios, pero no con barras que incluso tienen sectores determinados en el recinto.
No más barras hasta que estén registradas e investigadas". "Para una adecuada reacción frente a estos fenómenos, la respuesta legal a estos fenómenos, la respuesta legal Pasión por la barbarie ocas organizaciones han hecho más Psic: su culto a la ilegalidad, la violencia y la venganza --lo que ellos llaman "la pasión"que las barras bravas del fútbol. Y pocas, a la vez, han sido tan generosamente recompensadas por ese culto: aplaudidas por políticos, protegidas por empresarios, idealizadas por sociólogos y hasta bendecidas por algunos jugadores y autoridades. Es un fenómeno tan visible como negado, tan brutal Ya no como romántico en la imaginaimporta ción de quienes necesitan que el aa desorden parezca identidad. quién juega, sino quién manda en la galería. Las barras bravas han logrado lo que ninguna otra hinchada: quitarle al fútbol el protagonismo del partido y llevárselo con ellas a las calles, los estadios y los noticieros. Ya no importa quién juega, sino quién manda en la galería. No importa el gol, sino el bengalazo. No importa la camiseta, sino el parche en el ojo. Desde hace años, el relato de la "barra como familia", como "tribu" o como "refugio social" ha calado hondo. El problema es que esa familia muchas veces funciona más como una mafia afectiva, una red de lealtades armadas con amenazas, tráfico y extorsión. Un refugio, sí, pero con rejas hacia afuera y ley del más fuerte hacia adentro. debe ser focalizada. Se puede aplicar la figura de asociación delictiva o criminal a los grupos violentos organizados, interceptaciones telefónicas, agentes encubiertos para adentrarse en las organizaciones y conocer el funcionamiento interno.
También reforzar el control de acceso a los estadios con tecnología biométrica y reforzar el uso de la herramienta del control preventivo de identidad y la creación de registros de hinchas, lo que permite individualizar a las personas sin criminalizar colectivamente.
Se deben evitar las generalizaciones que puedan afectar a los hinchas que no participan en estos comportamientos, para garantizar la libertad de asociación", explica por su parte el abogado Gonzalo Hoyl, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes..