¿Por qué leer?
¿ Por qué leer? O Columna Magdalena Palacios Bianchi Facultad de Psicología y Humanidades, Universidad San Sebastián ¿ Por qué leer? teratura Hispanoamericaname preguntó, dando unexa¡ enoralfinal del ramo, cuál era lafinalidad de la literatura, deleer y escribir. Yo le di una respuesta académica, según todos los libros que nos había dado a leer en el semestre.
Unarespuesta, la verdad, que no me convencía... yal inal agregué algo así como que a mí me gustaba mucho escribir en parte porque meayudaba a organizar micabeza y desahogarme, que me ayudaba a darle sentido a mi realidad. Ante esto (no puedo sacar la imagen demi cabeza)la profesora se levantóbruscamente desu silla y se puso a caminar de un lado a otro como si hubiese ocuido una emergencia.
Acto seguido paró en seco y me dijo. con voz de juez, mirándome con fiereza directamente a los ojos: "¿ acaso usted cree que la literatura es una sesión de psiquia", Laverdadla escena fuetantra quenosé bien qué respondí eso, pero seguramente habré tratado de salir del pasocon palabras políticamente correctas para poder zafar deese ahogo. El horror. Ya han pasado más de 15 años. Y no han dejado derondar esas palabras en mi cabeza. Gracias a Dios ahora recuerdo ese momento con melodía de comedi X4 años después me preguntaba: ¿ habrá tenido razón esasehora? ¿ el leer, el escribir será simple placer estético? ¿ solo contemplación? No. O al menos eso creo yo. El placer estético y la contemplación claro que son importantes, pero no están solos, 'como noes solo el pájaro que canta en una ciudad grande como. Santiago o Madrid.
El pájaro canta y el vecinosale al albaatrabaRi comossi fuera ayer el día en que mi profesora de Ri comossi fuera ayer el día en que mi profesora de Ri comossi fuera ayer el día en que mi profesora de jar, un niñollora, una persona le falta el dinero para comer, otro sesacia por ansiedad. Un hombre y una mujer se enamoran, sueñan, hacen planes. Alguien muere y cómo duele ese duelo para otro(S). El pájarosigue cantando. Está ahí la belleza, perolo cotidiano sigue su rueda, sus felicidades y penas, y creo que en esa conjunción estáel sentido. Notiene nada demaloleer paracomprenderal otro y anosotros mismos. Ya losgrandes clásicosmencionaban lo esencial de conocerseen profundidad, deenterarse dequién esel que está habitando ese mundo.
Un adolescente, por ejemplo, que está en pleno desarrollo, encuentro y demostración de su identidad personal, claro que encontrará sentido en leer algún buen libro que lo identifique, queloayudea mirarseen un espejo, a descubrirse, a ver que hay otros que han pasado por lo mismo que está pasando él y queen definitivano pasanada, que todos hemos seguido esa ruta y que no hay que sentirse tan extraterrestre o que sí y qué más da. Qué ganas tengo hoy desentarme enson de pazjuntoala profesora que inspiró estas líneas y decirle sinceramente lo quesiento y piensoal respecto de por quéleer. Porque sin leerel mundo es más aburrido y habría que buscar solucionar lo humano con técnicas mássecas, con pastillitas placebo queno permitieran escuchar el ansia de sentido y trascendencia que tenemos todos. Leer nos permite comprendemos, abarcar lo inabarcable, sentarnos en medio del universo y confiar en que somos un entramado dehistorias muy dignas de ser leídas, comprendidas y compartidas.. -