COLUMNAS DE OPINIÓN: A Felipe, y nuestra amistad
COLUMNAS DE OPINIÓN: A Felipe, y nuestra amistad y Nicole Gardella Directora de Incidencia Pública y Cátedras Escuela de Gobierno UAI ay momentos en que el lenguaje H se nos rompe, no da abasto. La muerte de alguien querido es uno de ellos. No tenemos palabras para expresar el dolor, la incertidumbre, las preguntas que nos deja una partida. Cuando muere un amigo, eso nos pasa. Pero tampoco se trata de hablar mucho, ni de hablar por hablar. Acompañar no es llenar el silencio, sino estar en él, habitarlo hasta odiarlo, y también hasta que se haga parte de uno. Pero estar en ese silencio, solos, es insostenible. Necesitamos de algún modo recuperar esa compañía que de un segundo a otro, desaparece. Estar acompañado protege del desgarramiento emocional que deja la pérdida. Un abrazo a tiempo, una visita breve, una llamada sin motivo, pueden ser bálsamo en medio del naufragio. Para mí, simplemente saber que otros comparten en algo la alegría de la amistad, entre quien partió y quien queda, ayuda. quien partió y quien queda, ayuda. Ayer partió Felipe Schwember sin previo aviso. Un amigo entrañable. Las palabras desaparecieron. Hoy pienso cuán importante es guardar registro de las muchas formas de recuerdo, porque las palabras se acaban. Por suerte, me quedo con las cientos de fotos, audios, anécdotas, risas que compartimos. Me quedo con eso, aunque sea insuficiente. Porque la compañía de Porque la compañía de Acompañar tampoco es resolver. No es animar, no es empujar al otro a "salir adelante". Es simplemente estar. Es resistir la tentación de huir ante el dolor del otro. Hay que aceptar que no podemos cambiar la muerte, pero sí podemos evitar que esa pena se viva en soledad. Los deudos necesitamos compañía. Necesitamos al amigo, quien parte, no vuelve, "La muerte deja un necesitamos sus fotos, pe emos an vacío que nadie Ito seras Los dos compartíallena. Solo moria se mantiene viva mos la filosofía como ba-. CONSUELA saber que nosolo de recuerdos, sise de la reflexión. Y no puede abrir un no también de lenguaje, puedo evitar pensar en. espacio para el medeapocisene acompañar. Él estaría de cuidado, la ternura, pm qué decir acuerdo conmigo: la presencia, para cuando alguien muere. Cuando alguien muere, no solo se va una persona: se altera un mundo. Los espacios vacíos no se llenan. La muerte desarma nuestra identidad. Y en ese caos emocional, acompañar es cuidar el tejido humano que la muerte amenaza con desgarrar. Casi lo escucho diciéndome "perfecto, perfecto". más amistad". Pero siempre sabremos dónde estar: cerca. La muerte deja un vacío que nadie llena. Solo consuela saber que puede abrir un espacio para el cuidado, la ternura, la presencia, para más amistad. A veces, estar con alguien en su dolor es la forma más radical del amor y la amistad..