Una gran oportunidad perdida: así Chile se farreó el salitre
Una gran oportunidad perdida: así Chile se farreó el salitre Académicos analizan qué errores se cometieron y aconsejan no repetirlos con el litio y las tierras raras Una gran oportunidad perdida: así Chile se farreó el salitre Hay consenso: faltó mirada estratégica, inversión en tecnología y políticas ágiles para diversificar la producción. FERNANDO MARAMBIO urante medio siglo la Pampa D del Tamarugal entregó una de las mayores riquezas que haya conocido Chile. De ella, sólo quedan algunos pueblos fantasma, la nostálgica obra de Hernán Rivera Letelier y la sensación de que el país perdió una gran oportunidad de dar un salto.
La era del salitre se extendió tras la Guerra del Pacífico, desde la década de 1880 hasta la de 1930, período en que Chile era productor único de un elemento vital para la fertilización de los campos de todo el mundo. Pero con la creación de un sustitutosintético y el crack bursátil de 1929 se terminó por enterrar una industria sobre la que descansaba casi toda la economía local.
El PIB se desplomó casi 40%, la pobreza se encaramó a cifras de emergencia nacional y el gobierno de Carlos Ibáñez cayó en medio del descontento popular. "En su época de oro, entre 1910 y 1920, el salitre llegó a ser las tres cuartas partes de las exportaciones y significaba 50% de las recaudaciones del Estado", recuerda Marcos Singer, director del MBA de la U, Católica. "El gobierno vivía del salitre hasta 1930, éramos totalmente dependientes", confirma Juan Ignacio Pérez, historiador económico y docente de la U. de Chile. "Fue una oportunidad perdida que, usando un término actual, no vimos venir", añade Fernando Wilson, historiador, analista internacional y profesor de la U. Adolfo Ibáñez. de la U. Adolfo Ibáñez. Poca inversión en tecnología: ese fue Uno de los problemas de la industria salitrera hace más de un siglo.. á 0? ¿ Qué nos pasó? Publicidad Japonesa de hace un siglo promocionando el salitre chileno. Falta de inversión. "Existió una euforia por el salitre y generó grandes utilidades para las empresas extractoras, de dueños extranjeros", afirma Singer. Casi todos los inversionistas eran ingleses y para valorizar el producto se usaba la libra esterlina.
Como Chile no vendió salitre a Alemania durante la Primera Guerra Mundial, ese país se puso en marcha para crear un reemplazo: el amoniaco, que podía ser mucho más sencillo de elaborar mediante procesos industriales mecanizados. "Acá por mucho tiempo usaron animales para las labores muy precarias, con un modelo que se llama sistema Shanks. Cuando tuvimos competencia recién los empresarios se pusieron a invertir en mecanizar los procesos, con el método Guggenheim, pero ya era tarde", aclara Pérez. Cortoplacismo. "En el proceso del salitre se vio la incapacidad de adaptarse a las condiciones de mercado", afirma Wilson.
En su opinión, la industria debió tener una visión más estratégica, atraer más socios e invertir en tecnología como "una mirada estratégica a largo plazo". Hace un paralelo con Codelco, empresa que hoy, advierte, "por decisiones políticas saca una parte importante de sus recursos para el gasto corriente del país y para invertir recurre al endeudamiento". Lo que sí se hizo.
Pérez destaca que entonces el Estado imponía un alto royalty a las exportaciones salitreras; parte de esa plata se invirtió en obras clave. "Permitió que se "construyera un país" al crear toda la red ferroviaria que unificó de Iquique a Puerto Montt; se expande la educación pública y la tasa de alfabetización salta de 10% a poco menos de 50%. Se construyeron la Biblioteca Nacional, el Museo de Bellas Artes, la Estación Mapocho, la canalización del río Mapocho, la creación del Parque Forestal, el Barrio Dieciocho habitado por magnates y el sistema de aguas lluvias del centro de Santiago. Viña entero se construyó con los fondos del salitre". Además, destaca que las salitreras crearon una serie de industrias de suministros como piezas o alimentos.
Lo que faltó. "No hubo una mirada holística, pues no se incentivó la prospección de nuevos productos que pudieran reemplazar al salitre cuando dejara de ser un buen negoMUSEO HISTÓRICO NACIONAL cio", opina Wilson. "Nos volvimos obsoletos, como Blockbuster.
Los romanos decían que toda gloria es pasajera y faltó invertir para las vacas flacas, trayendo tecnología para explotar otro tipo de minerales", asegura Singer. "Se perdió la oportunidad de diversificar la economía y una mejor política de inversión", suma Pérez, quien lamenta que no se emplearan más recursos en mejorar las condiciones de vida de la población. Lecciones. Singer y Wilson coinciden en que deberíamos evitar repetir los errores que hace 100 años hicieron colapsar nuestra economía. "El litio puede quedar obsoleto en 5 o 10 años. Necesitamos una estrategia y acuerdos con rapidez", subraya el director del MBA de la UC. "Las tierras raras son metales vitales en cierta tecnología y se vender en cifras monstruosas por gramo. Si la licitación demora 4 años, será como vender greda", sostiene Wilson. Una idea. "En la época del salitre el royalty se cobraba por cada saco exportado y representaba más o menos un 33% del valor. Era enorme. Hoy se cobra un impuesto mucho menor sobre las utilidades. El país puede elevar las tasas para invertir en diversificación y redistribución", afirma Pérez. afirma Pérez..