Chile se posiciona en la región por el avance de centros de simulación para tratar pacientes
M uñecos con pulso, ritmo cardíaco y función pulmonar; simuladores virtuales que permiten analizar la anatomía de una persona o practicar diferentes técnicas quirúrgicas, o actores profesionales que ayudan a recrear dinámicas entre médico y paciente son algunas de las diferentes herramientas que dan forma a los centros de simulación clínica.
Espacios que se fueron incorporando de a poco en hospitales, clínicas y, sobre todo, en universidades, con el fin de contribuir a la formación de estudiantes de carreras de la salud y también a la capacitación de profesionales en ejercicio, además de fomentar la investigación e innovación en este campo.
Soledad Armijo, presidenta de la Sociedad Chilena de Simulación Clínica, cuenta que en el país este tipo de herramientas se comenzó a utilizar desde inicios de este siglo, pero "los primeros centros como tales se crearon entre 2008 y 2009". "En los últimos diez años han ido tomando fuerza y hoy casi todas las universidades cuentan con uno", complementa Claudia Arancibia, fonoaudióloga y directora del Centro de Habilidades Clínicas de la U. de Chile.
Gracias al avance de la tecnología, hoy estos centros ayudan a "simular" una verdadera práctica clínica. "Esto no reemplaza a la experiencia real --enfatiza A r a n c i b i a -, p e r o p e r m i t e aprender y practicar en un entorno seguro y lo más parecido a la realidad; en donde se pueden cometer errores y no se pone en riesgo al paciente". De hecho, las leyes que protegen los derechos de los pacientes, como su privacidad, dieron un impulso al surgimiento de estos centros: ya no es frecuente que un profesor llegue con grupos de 15 o 20 alumnos a ver a un paciente, como se hacía antes. De igual manera, "hace 20 o 30 años el recurso cadáver era la única opción que se tenía para estudiar la anatomía humana, por ejemplo. Ahora se recurre a modelos en 3D o realidad virtual", precisa el traumatólogo Gonzalo Bastías, a cargo del Centro de Simulación del Hospital del Trabajador ACHS.
Si en un principio se utilizaban principalmente muñecos o fantomas sencillos que simulaban el cuerpo de un paciente o parte de este, hoy son robots que incorporan signos vitales y características fisiológicas los que están disponibles en estos centros, además de otras herramientas "como software, pantallas, realidad virtual y diferentes plataformas que contribuyen al proceso de formación", explica Rodolfo Paredes, director académico de Educación Clínica y Simulación de la U. Andrés Bello. "La tecnología ayuda a generar diversos escenarios clínicos y quirúrgicos que antes implicaba tener que estar mucho tiempo en el hospital para poder experimentarlos", agrega Bastías. El objetivo final es aportar hacia una mejor calidad y seguridad en la atención en salud, como afirma Carolina Sambuceti, directora del Hospital de Simulación de la U.
San Sebastián. "Esto forma parte de una formación progresiva, en que se parte con conocimientos teóricos, luego se trabajan habilidades y destrezas clínicas en los centros de simulación para, entonces, aplicar lo aprendido en los campus clínicos", precisa. Habilidades blandas El trabajo de los centros de simulación no solo recurre a la tecnología, también a actores "que ayudan a recrear situaciones y experiencias con mayor realismo", dice Sambuceti.
Lo anterior ayuda a poner en práctica habilidades blandas, como la empatía y el trato con los pacientes, agrega Arancibia, quien por estos días participa del VII Congreso Latinoamericano de Simulación Clínica y Seguridad del Paciente, que finaliza mañana en México y en donde la doctora Armijo --quien además es directora del Centro de Simulación de la U.
Católica del Norte-fue reconocida por su aporte a este campo. "Chile ha tenido una participación relevante y tiene un buen posicionamiento en el tema, por la calidad del trabajo de investigación que se hace y de su equipo docente", dice Arancibia. "Tenemos una comunidad muy activa, que trabaja seriamente y que colabora con el aprendizaje y la seguridad clínica", agrega Armijo. "Existe mucho respeto entre pares y colaboración entre instituciones". Estas características también han hecho que el país sea un lugar de referencia para la formación continua de profesionales extranjeros. Una tarea que también se desarrolla con especialistas nacionales, cada vez que se necesita actualizar conocimientos o habilidades con nuevas técnicas, plantea Paredes.
Por ejemplo, dice, "se realizan capacitaciones a personal de hospitales o centros de salud para medir la calidad de su atención y poner al día en nuevas destrezas y tecnologías". Las instalaciones han aumentado en la última década e incluyen realidad virtual y actores: Chile se posiciona en la región por el avance de centros de simulación para tratar pacientes C. GONZÁLEZ Ya sea en hospitales o clínicas, pero sobre todo en universidades, estos espacios buscan contribuir a la formación de los estudiantes del área, pero también a la capacitación de profesionales nacionales y extranjeros. Muñecos o fantomas de alta gama, como este en el Hospital de Simulación USS, ayudan a recrear diferentes situaciones clínicas. U. SAN SEBASTIÁN El nuevo Centro de Simulación del Hospital del Trabajador ACHS se acaba de inaugurar en abril. MACARENA PÉREZ La realidad virtual es parte de las herramientas disponibles, como ocurre en el Hospital de Simulación UNAB. U. ANDRÉS BELLO El Centro de Habilidades Clínicas de la U. de Chile es uno de los que incorpora actores para trabajar la relación entre estudiantes y pacientes. U. DE CHILE Chile se posiciona en la región por el avance de centros de simulación para tratar pacientes.