¿De que sirven?
¿ De que sirven? 1 z " De qué sirven discursos, declaraciones, condolencias, promesas de no permitir la repetición de hechos luctuosos o de perseguirlos hasta las últimas consecuencias, de querellarse contra quienes resulten responsables y un largo etcétera, si seguimos igual y cada día, ocurren hechos a los cuales no estábamos habituados? La delincuencia, el narcotráfico y el sicariato se han enseñoreado en nuestras tierras y se aprecia poca decisión en quienes deben poner coto a la situación, aunque en los últimos días, se ha notado un esfuerzo de la Fiscalía, en conjunto con las policías, de tratar de desbaratar estas organizaciones criminales, que no son pocas.
Me parece que hay que poner mano dura, tal y como en los países totalitarios la ponen contra quienes disienten, con la diferencia que debiera hacerse dentro de los límites que la humanidad exige y con respeto a la norma interna, para actuar dentro de los tan reclamados derechos humanos, que hasta ahora, sólo se aplican a quienes delinquen, como en el mal denominado estallido social, mientras algunos, de una de las almas del gobierno, guardan un silencio cómplice y es más, insisten en perseguir al General Director de Carabineros por hechos que no cometió directamente y aún no se acredita que haya omitido actuar y, de probarse que, realmente omitió sus deberes en la responsabilidad de mando, obviamente hay que actuar, pero primero, como todo país civilizado y democrático, debe respetarse la presunción de inocencia.
Muchos alcaldes, tanto de izquierda y derechas -sólo la izquierda democrática, por eso en singular que en sus comunas sufren en directo el acoso criminal, piden la participación de los militares para poner orden en sus territorios y no han sido escuchados.
Hace unos días, en la frontera norte, dos Carabineros -sólo dos se enfrentaron a delincuentes que, además de dedicarse al narcotráfico, también lo hacían con contrabando de vehículos, y al cumplir su rol de fiscalización, fueron baleados por los sujetos y salvaron milagrosamente ilesos, aplicando aquello que, soldado que arranca sirve para otra guerra, que es lo único que podían hacer ante la superioridad numérica y armamentística.
Los soldados en tiempos de paz se repliegan a sus cuarteles para mantenerse preparados para los momentos que nuestra soberanía los requiera y no sería malo que esa práctica se hiciera en las fronteras, secundados por Carabineros o, ¿por qué no?, acoger la propuesta de crear una policía fronteriza con preparación militar.
Si Bachelet o Piñera permitieron más entrada de inmigrantes a Chile -una por razones políticas y el otro por razones humanitarias o quien hizo más vista gorda al ingreso ilegal, es una discusión que ya no sirve, porque el culparse unos a otros, no solucionará el grave problema que vivimos.
Tampoco sería malo, aquietar el temor ciudadano -que no es menor interviniendo la poblaciones conflictivas irregulares, en especial las que han nacido de tomas de terrenos, en las que se han asentado temidas bandas criminales; detener a todos lo que están en condición irregular «después de todas las posibilidades tuvieron para regularizarla y sin más, expulsarlos pues, si alguien no ha respetado los derechos humanos y las ley, son precisamente ellos y no debiera tenerse consideración alguna. Según los últimos informes, quienes mataron al teniente Ojeda, militar venezolano, fueron agentes del chavismo, que vinieron, mataron y volvieron a Venezuela.
Quienes asesinaron al, ahora Mayor Emmanuel Sánchez, también serían venezolanos y ante el dolor de perder otros más de nuestros Carabineros, se debe reaccionar con la mayor severidad y dejar los discursos de lado, pues lo que se requiere, son hechos. Nelson Retamales Tirado Tirado.