Autor: ARTURO CELEDÓN Director ejecutivo de Fundación Colunga.
Pobreza y exclusión de la niñez migrante
La migración hacia Chile noes un fenómeno nuevo, desde hace años hemos visto multiplicarse las personas nacidas fuera de Chile que vienen a sumarse y aportar a la sociedad. Hoy nos enfrentamos a una crisis humanitaria y ética.
Seis millones de venezolanos y 1,5 millones de haitianos han dejado sus países en un proceso de movilidad humana mucho mayor que la migración siria que ha puesto en tensión el sistema de seguridad social en Europa. Familias completas se han arriesgado a cruzar un desierto y dormir a la intemperie buscando un mejor futuro.
Frente al endurecimiento de fronteras que ha intentado el Gobierno chileno, hemos visto cómo casi 20.000 personas han ingresado al país por pasos no habilitados, incluidas 1.800 niñas y niños que han debido cruzar a pie el desierto y arriesgarsuvida eintegridad.
Poreso esurgente que asumamos que estamos frente a una ola migratoria producto de crisis humanitarias en países de la región, y frentea ella solo podemos preguntarnos cómo queremosreaccionar como sociedad: ¿ Queremos elegir una respuesta punitiva en la que castiguemos al que no ha respetado una regulación, o una postura compasiva en la que generemos un piso de dignidad para quienes han debido arriesgarlo todo? No seamos ingenuos ni buenistas: hay motivos para querer cerrar las fronteras. Para muchos tiene sentido reservar los apoyos estatales para la población local que ya vive situaciones complejas por la pandemia, aunque esa idea de competenciase basa en mitos y desinformación.
En el caso de sociales, por ejemplo, las cifras derriban este “mito”, ya que entre 2016 y 2021, solo un 1,3% del total de apoyos ha sido destinado a personas migrantes, según informes del Departamento de Extranjería y Migración dependiente del Ministerio del Interior y Seguridad Pública y en términos generales, la población migrante recibe menos apoyos públicos que el aporte que realizan a la economía. Como sociedad, tenemos la capacidad de brindar una mejora en las condiciones de vida a estas familias.
En un estudio que realizamos junto ala Universidad Católica, UNICEF y world Vision Chile vimos en general queestas logran acceder aempleo y servicios de salud, que sus ingresos son similares a los de familias chilenas y después de un tiempo en Chile, han logrado incluirse en el sistema educativo plenamente.
Y lo más importante, nueve de cada diez niñas y niños dicen estar felices de llegar a Chile, lo que da cuenta de que sí podemos ofrecer a esas familias y asus hijas e hijos un futuro mejor. Sin embargo, la adopción de un enfoque punitivo nos aleja de ser una sociedad de acogida.
La ausencia de una política migratoria con enfoque de derechos deja un vacío en el momento de la llegada y posibilita situaciones brutales: la ausencia de Estado abre la puerta a trata depersonas, a circuitos deilegalidad, ala ocupación de espacios públicos con campamentos improvisados. Todas ytodossomos potencialmeny merecemos el mismo respeto y solidaridad.
Resumen
Poreso esurgente que asumamos que estamos frente a una ola migratoria producto de crisis humanitarias en países de la región, y frentea ella solo podemos preguntarnos cómo queremosreaccionar como sociedad: ¿ Queremos elegir una respuesta punitiva en la que castiguemos al que no ha respetado una regulación, o una postura compasiva en la que generemos un piso de dignidad para quienes han debido arriesgarlo todo?, En el caso de sociales, por ejemplo, las cifras derriban este “mito”, ya que entre 2016 y 2021, solo un 1, 3% del total de apoyos ha sido destinado a personas migrantes, según informes del Departamento de Extranjería y Migración dependiente del Ministerio del Interior y Seguridad Pública y en términos generales, la población migrante recibe menos apoyos públicos que el aporte que realizan a la economía., En un estudio que realizamos junto ala
Universidad Católica, UNICEF y world Vision Chile vimos en general queestas logran acceder aempleo y servicios de salud, que sus ingresos son similares a los de familias chilenas y después de un tiempo en Chile, han logrado incluirse en el sistema educativo plenamente.
Tags
chile, familias, sociedad