Vitrales modernos
Vitrales modernos L os seis vitrales que dan vida a la iglesia del Colegio Verbo Divino son piezas únicas del arte moderno en Chile; su tamaño, colorido, simbolismo y originalidad hacen que, sin ellos, no sea posible entender este edificio diseñado en 1960 por los arquitectos Sergio Larraín García-Moreno, Emilio Duhart, Mario Pérez de Arce y Alberto Piwonka.
Al dibujar esta capilla casi diez años después de construir el establecimiento que la congregación instaló en Las Condes y que es un ícono del Movimiento Moderno, los autores dejaron espacio para imponentes vidrieras en puntos estratégicos de su planta hexagonal y convocaron a un concurso internacional para elegir al artista que haría este importante encargo; el ganador fue Adolfo Winternitz (1906-1993). Austríaco de nacimiento, se educó en la Academia de Bellas Artes de Viena y vivió diez años en Italia antes de viajar en 1939 a Perú, donde obtuvo la nacionalidad en 1942. Winternitz desarrolló una sensibilidad especial hacia el rito católico y, aunque era pintor, fueron sus obras en vidrio parte fundamental de su creación. En Chile, su primer trabajo fue para esta iglesia de hormigón a la vista, cuya geometría envolvente dejaba disponibles seis paños de cielo a suelo, de 12 metros de alto por 3 de ancho.
Las especificaciones de los arquitectos apuntaban a que el diseño debía entregar una luz homogénea al espacio, explica Andrea Araos, doctora en historia del arte y especializada en el estudio de los vitrales de los siglos XIX y XX.
Como investigadora en el Centro Latinoamericano del Vitral y de Vitrocentre Romont, conoce a Winternitz en profundidad y está realizando un nuevo estudio acerca de todos sus trabajos en vidrio, incluidos estos del Verbo Divino y que lo llevaron en 1967 a recibir el encargo para el Templo Votivo de Maipú, su obra más importante. Al tratarse de un artista y no de un artesano, Winternitz mandaba a hacer sus vitrales; específicamente entabló una estrecha relación con el taller de Pierre Chiara, en Lausana, Suiza.
Ahí Vitrales modernos Antes de hacer sus famosos vitrales en el Templo Votivo de Maipú, el artista Adolfo Winternitz ganó en 1960 el concurso para realizar las seis obras en vidrio proyectadas para la iglesia del Colegio Verbo Divino diseño de Larraín, Duhart, Pérez de Arce y Piwonka, y que reflejan el rol del arte como activador del espacio en la arquitectura moderna. Estas excepcionales piezas serán protagonistas de un espectáculo inmersivo, con proyecciones y música en vivo. Texto, María Cecilia de Frutos D. Fotografías, José Luis Rissetti Z. La pieza de La Anunciación incluye la escena de Adán y Eva en la parte inferior. Los dos vitrales que miran al sur, La Transfiguración y Moisés y los Diez Mandamientos, tienen vidrios en colores más claros, ya que reciben menos sol y luz. PATRIMONIO. Vitrales modernos r. ,4 4. fueron fabricadas estas piezas con la técnica dalle de yerre vidrio coloreado en masa y cemento, cemento, y viajaron a Chile en módulos de uno por un metro. El concurso había impuesto en las bases el tema de los dos vitrales que iban a cada lado del altar, que eran La Anunciación y Pentecostés. Los otros los realizó inspirado en la espiritualidad misionera de la congregación, buscó dentro de su repertorio de imágenes y llegó a su propia iconografía”, cuenta Andrea.
La Transfiguración, Moisés y los Diez Mandamientos, Mandamientos, La Creación y el Envío Misionero completan completan el conjunto: dos miran al norte, dos al sur, uno al este y el otro al oeste; algo que consideró consideró para la elección del colorido y temperatura temperatura cromática de cada uno, de manera de lograr ese baño de luz pareja en el interior. Según explica Andrea, se trata de una obra en un contexto de arquitectura moderna, donde donde esta se activa por medio de estos elementos que ya no son decorativos. “Tienen la categoría de arte contemporáneo y responden a un movimiento de renovación litúrgica”, agrega.
Para Mario Ubilla, exdecano Fadeu UC, académico de Arquitectura y Diseño, y exalumno exalumno del colegio, estos vitrales son sinónimo sinónimo de expresión y vanguardia, y así lo explicó en la charla abierta que dio en la iglesia el Día de los Patrimonios. “Al movimiento moderno le interesaba cierta austeridad y vacío, el verdadero verdadero valor plástico y artístico acá son los vitrales vitrales y el Cristo suspendido sobre el altar, obra del escultor Sergio Castillo. Estos quedan quedan como los elementos notables; el espacio se retira para darle cabida al arte”, destaca. De 12 por 3 metros, tienen la escala de los muros. El espectáculo “Vitrales Vivos” usará luces y proyecciones para destacar sus relatos. La iglesia del Colegio Colegio Verbo Divino se inauguró en 1964, con una novedosa planta hexagonal y muros de hormigón hormigón a la vista. Al taller de Pierre Chiara, en Suiza, Winternitz encargó más de 30 obras. Detalle del vitral Envío Misionero. Vidrio coloreado en masa unido por cemento es la técnica llamada dalle de yerre. Se trata de un patrimonio artístico que trasciende trasciende y es parte de las grandes obras en vidrio conservadas en Chile.
Como una manera de ponerlo en valor, la productora Unnico diseñó un espectáculo inmersivo que, por medio de proyecciones (mapping), juegos de luces y música de la orquesta y coro CVD, destacará la temática y los elementos más importantes de cada uno.
“Vitrales Vivos” se realizará el 24 y 25 de julio y transformará la arquitectura de la iglesia de manera inédita, como celebración además de los 75 años del colegio (cvd. cl/vitralesvivos). (cvd. cl/vitralesvivos). \D El espacio se activa con el arte: el Cristo de bronce de Sergio Castillo y los seis vitrales de Winternitz..