El fin de la globalización
El fin de la globalización erteza es que la globalización se terminó. El arancel cero de Estados Unidos se acabó.
Y la creación de bloques comerciales es hoy una certeza". 66 'C La frase de Jorge Guajardo, exembajador de México en China, socio en Dentons Global Advisors (DGA) y asesor en Washington, encierra un diagnóstico crudo pero cada vez más compartido entre analistas económicos, diplomáticos y líderes empresariales: la globalización, tal como la conocimos en las últimas tres decadas, ha llegado a su fin.
Lo que emergió con fuerza tras la Guerra Fría -un orden mundial basado en la liberalización de mercados, cadenas de suministro globales y un predominio del comercio multilateralse desdibuja hoy frente a un escenario de fragmentación, proteccionismo y rivalidades geoeconómicas.
La reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, sumada a las políticas industriales agresivas de China, la consolidación del "friend shoring" en Europa y América del Norte, y la reformulación del rol del Estado en la economia, refuerzan esta transformación. Ya no se trata de impulsar mercados libres y abiertos, sino de asegurar ventajas estratégicas, garantizar soberanía industrial y proteger empleos nacionales. El "arancel cero" -símbolo de una eraparece concluido.
Para países como Chile, profundamente integrados en el comercio internacional y dependientes de exportaciones de materias primas, este cambio plantea desafios estratégicos. ¿ Cómo insertarse en un mundo de bloques sin quedar atrapados entre gigantes? ¿ Cómo mantener mercados abiertos? ¿ Qué significa esta reconfiguración para nuestras relaciones con China, Estados Unidos o el bloque europeo? La certeza de hoy es que ya no se trata de integrarse a una globalización, sino de navegar entre bloques que compiten por el poder económico del siglo XXI.
Hay que repensar la política exterior, la estrategia industrial y la diplomacia económica con una mirada realista, audaz y flexible.. El momento más restrictivo no es el fin del comercio, pero sí marca un giro hacia un orden internacional más incierto, menos cooperativo y más competitivo. E Editorial Hay que repensar la política exterior, la estrategia industrial y la diplomacia económica con una mirada realista, audaz y flexible.