Manos que cobijan
Manos que cobijan E ntre las antiguas paredes de ladrillo y adobe reforzado de su casa-taller y los roqueríos de Rosario, en Tunquén, transcurre buena parte del tiempo la ceramista, grabadora y escultora Lise Moller. Situado en pleno barrio Bellavista, el primer espacio cuenta con envidiable luminosidad, altura, calidez y numerosas obras propias y de amigos, todo detrás de una fachada continua pintada de amarillo pálido con zócalo gris.
Y el segundo es el lugar al que, con frecuencia, acude, por lo general con su nieto Lucas, para internarse y escrudiñar entre rocas en busca de cochayuyo, materia prima con la que desde hace casi 20 años crea sugerentes esculturas.
Luego de recorrer los rincones favoritos de su casa el patio del parrón, donde cada lunes por la tarde-noche arrancan las clases de cerámica y una conversación sin fin con amigos artistas, y en verano se sumerge en una tina con patas de león para sortear el calor de los hornos, y el patio de luz en el que almacena esculturas en gres, Lise lava uvas y prepara café.
Los sirve en pocillos y tazones que, desde luego, fueron modelados por ella: Tengo un montón de objetos utilitarios en cerámica, y además desde hace años doy talleres mañana y tarde, distintos días de la semana, sola o con mi hija Daniela. De eso vivo; ahora no estoy trabajando esculturas en cerámica, porque me queda poco tiempo y sigo muy motivada con el cochayuyo y haciendo serigrafía y fotoserigrafía en el Taller Lautaro.
Ahí encontré lo necesario para inventar algo diferente dice Lise, quien durante los dos últimos años ha intervenido las planchas que guardaba de sus grabados: "Las tomo, entinto y quemo, y según el color que aplico, salen cosas increíbles.
Ya no puedo sacar más copias, pero armo algo propio y novedoso". Parte de eso, además de 3 videos realizados por José Luis Rissetti, Pasha y Constanza Jarpa desde registros de cochayuyos danzando entre el movimiento y sonido de las olas hasta siendo arrastrado por Lise, por un sendero entre docas otoñales del color de su pelo, luego de ser extraído, e incontables esculturas que resignifican a esta alga, son el tipo de piezas que está exponiendo bajo el título "Cobijar" en CasaPlan, en Valparaíso, hasta el 2 de junio.
Desde hace años Javiera Moreira, su directora, quería que expusiera, y yo tenía ganas, pero mis cochayuyos son objetos especiales: Manos que cobijan Las obras recientes de la artista visual Lise Moller son grabados minimalistas y poéticos volúmenes que atesoran emociones y vivencias que aún no puede soltar usando palabras. Su actual muestra, que se presenta hasta el 2 de junio en Valparaíso, en CasaPlan, da cuenta de una profunda conexión con la naturaleza y de su constante experimentación en torno al cochayuyo. Texto, Jimena Silva Cubillos. Fotografías, José Luis Rissetti. "El grabado me gusta por su multiplicidad; mucha gente puede acceder a las copias. Política y socialmente es una obra bonita". ENTREVISTA. Manos que cobijan Solas o en grupo funcionan sus obras de pequeño pequeño formato. “aj i i j[ ) bultos grandes, paquetes y tejidos pequeños, que hay que tratar y cuidar. Yo vivo en Santiago, Santiago, en un clima seco, no estaba segura de cómo cómo se comportarían al volver cerca del mar. “Qué pasa si la humedad los pone hediondos, y CasaPlan debe cerrar su galería o café?”, pensaba. Durante tres años los tuve guardados, guardados, aquí en el altillo, secándose y secándose. ¿Cómo vives esta investigación? Poco cotizada y ninguneada. Esta alga, por su naturaleza, es flexible y muy resistente. resistente. La trabajo fresca; en cuanto la saco debo regresar de inmediato a Santiago a tejer, torcer, torcer, doblar y enrollar, porque una vez seca pierde las propiedades elásticas y se vuelve quebradiza. No es fácil manipularla, y a veces llego a Tunquén y no hay nada porque el mar no ha botado cochayuyo o el oleaje está bravo, bravo, y no es posible meterse. Cuando no resulta, resulta, tomamos sol en la playita y volvemos. Y cuando sí, lo vivo feliz, como un hallazgo, tal como deben sentirse los buscadores de oro.
La dicha es total cuando aparece un tubo delgado para un tejido o pedazos más anchos que visualizo en un bultol Hay que saber seleccionar; seleccionar; hay mucho que tengo que descartar descartar porque están pasados. Al principio traje sacos que no servían y el olor era tremendo.
“La caleta Lise”, me decían. ¿Qué sentido tiene este arte orgánico? Estaba haciendo paquetitos de cerámica, contenidos, sin poder abrirlos ni saber qué tenían tenían adentro, protegían y escondían, cuando caminando entre las rocas de Tunquén me topé con este material maravilloso que me ha ayudado a soltar... ¿De qué se trata “Cobijar”? Cobijar, proteger y guardar es mi mensaje... mensaje... Cosas mías; mucho dolor político y personal. personal. Eso está envuelto ahí, escondido, seguro. Algunas se liberaron, vaciaron y quedaron los esqueletos. Las dejé abiertas; desde hace rato rato lo estoy haciendo, lentamente. ¿Ganas de qué tienes ahora, Lise? Seguir produciendo; ya descubriré algo dentro del mismo tema. Quizás haga un objeto objeto grande, siempre con un vacío interior, que va a tener ese significado. Me protejo del dolor dolor para que no vuelva a suceder, que no me afecte más. Y si mejor liberaras eso? Para qué; no veo la necesidad. Esos dolores dolores son parte del punto de partida de mi creación. creación. Sin ellos, quizás otra Lise hablaría. VE) Una instalación de gres y otra de cochayuyo cochayuyo sobre sal de Cáhuil se adueñan adueñan del subterráneo de CasaPlan. Las fotoserigrafías surgen del mismo lugar donde extrae las algas. Embarrilados, paquetes, trenzados trenzados y fardos son parte de su quehacer quehacer artístico. El cochayuyo es tema recurrente en su trabajo, independiente de la técnica..