Los procesos de reconstrucción en Chile no logran disminuir el riesgo en las zonas afectadas
Factores sociales afectan en la vulnerabilidad: Los procesos de reconstrucción en Chile no logran disminuir el riesgo en las zonas afectadas Según estudios de geógrafa de la UC, las comunidades que no reciben medidas sociales de acompañamiento en la etapa posterior a los desastres naturales no desarrollan resiliencia ante estos eventos. AA La caleta Tubul se vio afectada por el maremoto del 2010. Según la geógrafa de la UC Carolina Martínez, luego del desastre, no se pensó en las necesidades de la comunidad y el suelo, por ejemplo, se rellenó con tierra que no resiste el oleaje. B.C.P. El 27 de febrero de 2010 es un día que Tubul, una localidad 89 km al sur de Concepción, jamás olvidará.
La tierra se sacudió e hizo caer los endebles cimientos de sus construcciones, y luego, con un rugido característico de su fuerza imparable, el mar entró hasta un kilómetro desde la costa, arrastrando consigo todas las 260 viviendas que fueron destruidas por el terremoto.
La caleta de la cual se abastecía la mayoría de la población desapareció, y el humedal en el que crecían el alga pelillo, otra importante fuente económica del lugar, fue arrastrado por la crecida del mar y el río, quedando luego totalmente seco.
Durante los meses siguiente se realizó la reconstrucción del lugar; se repusieron las viviendas destruidas, se relocalizó a familias en soluciones habitacionales vecinas, se construyó un parque de mitigación y se instaló un roquerío para enfrentar el oleaje. Pero según Carolina Martínez, académica del Instituto de Geografía UC, todo este proceso terminó por empeorar la situación de la comunidad, que hoy se ve expuesta al mismo nivel de riesgo que antes del desastre.
“Los procesos de reconstrucción en Chile están netamente enfocados en la construcción de estructuras de emergencia, no nos preocupamos del complejo tejido social de las comunidades, y eso las deja vulnerables tras un evento catastrófico”, dice la geógrafa.
Es lo que muestra uno de sus estudios, realizado en 2017 en las comunidades de la zona de Arauco que vivieron un proceso de reconstrucción tras el terremoto de 2010, Actualmente, 44 de ellas se encuentran en situación de riesgo, según la investigación, debido a que sus comunidades están menos cohesionadas que antes. La incorporación de otros grupos que no poseían ninguna relación con el territorio, y el brusco cambio de actividad económica que debieron soportar los habitantes, trajo consigo una crisis de identidad geográfica en la zona. “En el caso de Tubul, además se rellenó el suelo con tierra que no resiste el oleaje y se dieron soluciones habitacionales más baratas.
Todo esto porque se estaban supliendo situaciones de urgencia, pero no hubo una reconstrucción acabada pensando en las necesidades locales de la comunidad”. En el seminario “Política Pública para el Borde Costero”, organizado por la ONG The Pew Charitable Trusts, Martínez expuso esta realidad y dio a conocer otros aspectos de la planificación territorial chilena que hacen que nuestro borde costero esté en constante amenaza. El seminario tenía por finalidad comparar la política pública de nuestro país con la implementada por el estado de California, en Estados Unidos. El Dr. Charles Lester, ex miembro de la Comisión Costera de California, expuso las principales directrices de la regulación de ese estado en el desarrollo urbano cercano al borde costero. “La autoridad para tomar decisiones respecto al borde costero surge del compromiso cultural del pueblo californiano para proteger sus playas y costas”, dijo en la ponencia.
La geógrafa chilena es partidaria de que este tipo de regulación se implemente en nuestro país con un plan nacional de borde costero: “Chile necesita una política de Estado que se centre en la prevención de amenazas a nuestras costas, pero no solo en la reacción a emergencias, sino que cuente con una declaración de principios que contemple la sustentabilidad y la cohesión social”.