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emprendedor de origen argentino Víctor Grunberg — dedicado a la ropa usada y las telas, con la firma Ram—, el nuevo persecutor de los ilícitos contra la libre competencia ha desplegado una vastísima carrera ligada a esta área, en Chile y Estados Unidos, ejerciendo en el mundo público y en el privado. Trabajó en la Federal Trade Commission en Washington, y en Chile ya estuvo en la FNE y luego como asesor del exministro Luis Felipe Céspedes. Asiduo lector de novelas y poesía, y amante de la gastronomía, el nombramiento de Grunberg, exalumno del Instituto Hebreo, fue ampliamente aplaudido. “Competencia y meritocracia son mis banderas de lucha, para que mis hijos puedan vivir en un país desarrollado”, ha dicho el nuevo persecutor.
“Soy abogado, socio de Grunberg Puyol Abogados, profesor de Derecho Económico y de Derecho de la Competencia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y un apasionado de las políticas públicas. Como asesor del ministro de Economía, me tocó liderar la tramitación de la última reforma a la Ley de Defensa de la Libre Competencia de 2016. Anteriormente trabajé en la Fiscalía Nacional Económica (FNE), combatiendo carteles y cuidando el buen funcionamiento de los mercados. Competencia y meritocracia son mis banderas de lucha, para que mis hijos puedan vivir en un país desarrollado. La literatura y la gastronomía son mis hobbies”.
Así se autodescribía Jorge David Grunberg Pilowsky, ante el Harvard Club de Chile, cuando participó como candidato para postular al directorio de esa entidad, resumiendo una trayectoria que esta semana lo hizo saltar a la esfera pública, luego de que el Presidente Boric lo nombrara como fiscal nacional económico, tras un concurso ADP. Con el
nombramiento, se corona para Grunberg un camino profesional hecho al alero de la libre competencia. En breve, tras titularse de abogado en la U de Chile, hizo dos posgrados, un máster en Derecho de la Universidad de Harvard (2010) y otro máster en Regulación y Competencia en la Universidad de Nueva York, período fuera de Chile en el que incluso postuló y trabajó en la Oficina de Asuntos Internacionales de la Federal Trade Commission (FTC), en Washington, Estados Unidos.
Más tarde, ya en Chile, llegó a la FNE como abogado de la División de Litigios (2012-2014), y aún más tarde, se fue de asesor al Ministerio de Economía para esta misma área de libre competencia. Una carrera en el sector público que también complementó en otros períodos en el sector privado, pues trabajó en Carey, en Claro y Cía y en Cariola Diez Pérez-Cotapos, hasta fundar su propio estudio, Grunberg Puyol, donde estaba hasta ahora. Varios abogados resaltan la nominación de una persona que mantendrá el perfil técnico de la FNE, pues —afirman cercanos— es un profesional que podría catalogarse como de centroizquierda liberal, no político, pero al mismo tiempo conocedor de la política, del Ejecutivo, del Congreso, de la tramitación legislativa y la importancia de la independencia de la FNE.
Su yo judío: abuelo abogado y padre emprendedor, con negocios en la ropa americana
Egresado del Instituto Hebreo, generación 1998, Jorge Grunberg es tercera generación nacida en Chile, pues proviene de una familia que emigró de Europa del Este, de lo que hoy sería Lituania. Su padre fue Víctor Grunberg — conocido como Pepe—, ya fallecido, un emprendedor argentino que en Chile se dedicó a varios emprendimientos, algunos de corte logístico y destacando un negocio de ropa usada y telas, de nombre Ram (de Ropa Americana). La madre, Vivian, hija de Amiti Pilowsky Roffe, abogado también, quien fue el primer hermano —de cuatro de esa familia—, que nació en Chile, pues el hermano mayor, Beny Pilowsky, nació en Lituania. El tercero, Jorin Pilowsky,
también fue abogado, y el cuarto, León, aun vive en Israel y por años fue profesor de Literatura Yiddish (idioma hebreoalemán) en la U. de Haifa.
Quienes conocen a Jorge Grunberg señalan que esta familia por parte de madre llegó a Chile en el contexto de las migraciones judías que se dieron previo a la Segunda Guerra, una primera ola migratoria hacia América que se produjo entre fines del siglo XIX y principios del XX, cuando en Europa del Este ya se respiraba un ambiente antijudío y solo se les permitía realizar profesiones consideradas “despreciadas” por aquel entonces.
Jorge Grunberg, afirman personas que lo conocen, fue muy cercano a su abuelo Amiti Pilowsky, quien lo inspiró en lo humano y profesional, y le trasmitió la impronta profesional, intelectual y el amor a la lectura y a la poesía. Un sello que el recién nombrado fiscal mantiene como uno de sus grandes placeres, siendo un ávido lector y manteniendo en su hogar una “gran” colección de libros de literatura, latinoamericana por cierto, pero también mundial (Bolaño, Zambra, Joyce, entre muchos). Algunos de estos textos, afirman estos cercanos, son un gran tesoro para Grunberg, porque eran de su abuelo y además contienen dedicatorias de sus autores, como uno del poeta Maquieira. Por lo mismo, Grunberg mantiene muy arraigado su judaísmo, en el sentido de comunidad, más que como observante religioso, dicen personas que lo conocen.
Su otro gran placer es de corte gastronómico, gustándole mucho cocinar y ser anfitrión. Mientras estuvo en la FNE era un asiduo visitante del Japón, comiendo incluso en la barra, algunas veces en compañía del hoy exfiscal Felipe Irarrázabal.
Grunberg está casado con la economista Francisca Pérez, PhD en Economía de la U. de Boston, quien es actual profesora de la Escuela de Negocios de la UAI y fue asesora económica en el Ministerio de Hacienda en macroeconomía y mercado laboral, y también fue analista en la gerencia de Análisis Macroeconómico del Banco Central. Grunberg y Pérez tienen tres hijos, dos hombres y una niñita menor de un año.
Qué dicen los alumnos: “Un crack” y fue profesor de Kel Calderón en Derecho Económico
Jorge Grunberg ha sido profesor de la U. de Chile desde el 2008, dictando por varios años cátedras de Derecho Económico, derecho del Consumidor y de Libre Competencia. Como dato curioso, le hizo clases a Kel Calderón, de Derecho Económico.
Wikibello —la plataforma comunitaria conformada por estudiantes de la U. de Chile—, está plagada de comentarios de sus alumnos, en torno a sus clases y estilo académico. Algunos de los cientos de comentarios dicen los siguientes: “Es un crack”; “habla rápido”; “tiene cara de gringo”; “siempre está sonriendo”; “buen docente y él muy simpático”; “de las mejores opciones en económico”; “sus clases son estilo gringo, leer textos de autores chilenos y extranjeros, y discutirlos”; “el promedio del curso oscila entre el 4,5 y el 5. La mayoría de las notas siempre están en los cuatros, luego vienen los cincos, luego los rojos y seis. Ha puesto notas siete, pero no muchas veces”. También en Wikibello le atribuyen haber votado en las primarias de 2013 por Andrés Velasco.
En un tuit de julio de 2021 reprochó a Daniel Jadue, en el marco de un debate presidencial realizado la noche previa, criticando su “autoritarismo” y la “mentira”. “No queremos eso para Chile”, dijo.
Su yo profesional: uno de los impulsores de la última gran reforma de 2016, pero traspié con el Sernac “con dientes”
No hay dos opiniones en torno a que la elección hecha por el Presidente Boric de nombrar a Jorge Grunberg fue la más acertada.
El abogado Claudio Lizana lo conoce de cuando Grunberg aterrizó en Carey ytrabajó con él directamente, siendo categórico en su juicio: “Excelente designación; profesional de primer nivel. Tiene la virtud de haber trabajado en el mundo privado y público, y en la misma FNE. Conoce ambos mundos y entiende las complejidades que enfrentan las empresas. Nos alegramos por la FNE, ya que continuará con su sello de profesionalismo que la caracteriza. Deberíamos esperar mucha prudencia y alto nivel técnico en las decisiones de la FNE”, dice el abogado fundador del Estudio Lizana.
“Estoy contento por Chile, por la FNE y por él. Es un paso muy importante en su carrera. Me alegra mucho por Chile. El Presidente Boric eligió muy acertadamente”, manifiesta Felipe Irarrázabal, extitular de la FNE, quien trabajó con Grunberg allí. “Yo lo contraté”, rememora Irarrázabal, desempeñándose Grunberg en la división Litigios (2012-2014), período en el que trabajó con Víctor Santelices, actual jefe de Litigios, y le correspondió junto con ese equipo litigar el caso Pollos.
Estando en la FNE, ocurrió su paso al gobierno como asesor del entonces ministro de Economía Luis Felipe Céspedes, en el segundo gobierno de Michelle Bachelet. Fue Céspedes quien lo llamó, pues dado que Grunberg se había ido a especializar a Estados Unidos, Céspedes recién nombrado ministro y antes de asumir la cartera, armando su
equipo, consideró que era la persona idónea para llegar como Asesor en Libre Competencia y Protección al Consumidor. Era un contexto en el que en ese programa de gobierno venía explícitamente el mandato de perfeccionar el sistema de libre competencia, lo que terminó siendo la última gran reforma, de 2016, que entre otras modificaciones, estableció la sanción penal para colusiones y el control de fusiones obligado, y se aumentó el monto de las sanciones.
“Él era joven, venía de haber hecho investigación ‘de frontera y era el adecuado. Estuvo a cargo de él liderar el proyecto de libre competencia y trabajó con gente de la OCDE en esto”, recuerda un cercano del ministerio.
“Yo lo sentí porque Jorge tenía un rol clave en la litigación en la FNE, pero al mismo tiempo me alegré por él y porque para la FNE iba a ser muy bueno tener una contraparte de la calidad de Jorge en el ministerio”, recuerda Felipe Irarrázabal. Así ambos, Grunberg desde el Ejecutivo, e Irarrázabal desde la FNE, fueron protagonistas en la tramitación legislativa de esa reforma. El extitular de la FNE califica a Grunberg como un “superabogado” y destaca sus conexiones internacionales —por su paso en la FTC—, y el hecho de que conozca ambos mundos, el privado y el de la autoridad.
También desde el Ministerio de Economía en esos años del segundo mandato de Bachelet —recuerda otro abogado—, Grunberg participó activamente en la reforma que buscaba cambios al Sernac, proyecto que fue muy cuestionado por el sector privado, porque le entregaba facultades a la entidad para fiscalizar, mediar, sancionar e interpretar normas. Se hablaba coloquialmente del “león con dientes”, o “sin dientes” —dependiendo del punto de vista de cada quien sobre el asunto—, y al final, tras los reclamos de la banca y comercio, particularmente, la iniciativa tuvo cuestionamientos a su constitucionalidad, fue llevada al TC, y este le quitó las atribuciones sancionatorias en 2018, ya en el siguiente gobierno de Piñera. Por cierto, Grunberg ya había emigrado al sector privado para ese momento, a Cariola, incluso antes de la renuncia de Céspedes al Ministerio de Economía, en el marco del episodio Dominga.
Sus convicciones en libre competencia: interlocking abarca a la unidad económica, esto es, también filiales.
Jorge Grunberg fue ayudante del profesor Domingo Valdés, que además fue el profesor guía de su tesis de pregrado, “Ilícito monopólico de colusión: los acuerdos colusorios entre competidores”. Como es costumbre, el recién nombrado fiscal no ha hablando públicamente, pero diversos escritos académicos, en causas o incluso en Cartas al Director han ido dejando huella de su posición en varios temas gravitantes de libre competencia.
El Centro Competencia (CeCo) de la UAI, cita que una materia a la que Grunberg recientemente le ha dedicado varias páginas es el interlocking. Dice que en el artículo “La regulación del interlocking en el Decreto Ley Nº211 de 1973” (2022), Grunberg afirma, entre otras cosas, que esta constituye una conducta “intrínsicamente anticompetitiva” —es decir, se le aplicaría la regla per se, al igual que en Estados Unidos—, y que no resulta aplicable respecto a empresas que tienen una relación de competencia potencial.
Asimismo, Grunberg hizo un Informe en Derecho titulado Análisis del Tipo Infraccional de Interlocking, encargado por la FNE en la causa que la agencia levantó en contra de Hernán Büchi, Falabella, Consorcio y Banco de Chile. Allí Grunberg afirma —apunta CeCo—, que el concepto de “empresas competidoras” es “de carácter amplio”. “Abarca a aquellas entidades jurídicas que puedan calificarse que configuren una unidad económica”, dice el texto de Grunberg. En su informe, Grunberg especifica: el “hecho que una sociedad matriz tenga derechos que le permitan influir decisivamente en la administración de su filial corresponderá presumir que ambas consisten en una misma empresa competidora”.
Sobre la sanción penal para la colusión, en una carta enviada a este medio en 2016, en su calidad de asesor del ministro de Economía, decía textualmente: “La criminalización de la colusión contenida en la Ley Nº 20.945 ha sido una decisión de política pública seria y responsable (…) El diseño institucional le asigna a la FNE, en su calidad de organismo persecutor especializado, el poder y el deber de llevar a sede penal aquellas colusiones que comprometan gravemente la libre competencia en los mercados, una vez que la sentencia condenatoria dictada por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia se encuentre firme. El legislador prefirió esta opción secuencial a fin de otorgarle certeza a la delación compensada, que ha probado ser el principal mecanismo para desbaratar carteles tanto en Chile como en el derecho comparado”.
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