Radio Paula (Chile)
03-05-2020
No soy tu madre (o por qué algunos buscan una mamá en sus parejas)
El complejo de Edipo es un término acuñado por el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, en su teoría de las etapas psicosexuales del desarrollo para describir sentimientos de deseo de un niño por su progenitor del sexo opuesto, y los celos y la ira hacia el progenitor de su mismo sexo.
Básicamente se refiere a que el niño siente que está compitiendo con su padre por la posesión de su madre, mientras que una niña siente que está compitiendo con su madre por el afecto de su padre. Freud pone este nombre al complejo a raíz del personaje de Sófocles de la mitología griega, Edipo, quien mata a su padre y se casa con su madre. En la leyenda, Edipo es abandonado al nacer y por lo tanto no sabe quiénes son sus padres. Y es sólo después de que ha matado a su padre para casarse con su madre, que descubre sus verdaderas identidades. En adelante, seguidores de psicoanálisis como el inglés John Bowlby y su teoría del apego han hablado de que nuestro gran primer amor es la mamá. Este primer vínculo deja improntas y modelos de referencia que nos van a servir de guía para seleccionar y establecer relaciones significativas.
“ Especialmente en el caso de los hombres, que la elección de sus parejas está determinada por el lazo que los unió a sus madres, lazo que pudo haber sido amoroso y de presencia materna o ausente y descalificante”, explica la psicóloga especializada en ciclos vitales femeninos y estudios de género, Irina Duran.
“Los hombres que buscan el rol de madres en sus parejas suelen estar atrapados en el vínculo materno, en el sentido de que no logran su independencia emocional y esto puede ser porque no tuvieron afectos nutritivos, protectores y formativos de parte la madre. En ellos queda esa carencia y, al momento de buscar una pareja, tratan de compensarla con esa mujer. Es decir, desplazan el rol de mujer de su pareja transformándola en madre”, dice. Pero también se puede dar cuando la relación madre e hijo está en el otro extremo. “ Los casos de hombres que tuvieron una madre demasiado sobreprotectora, que los hizo sentir insuficientes e incapaces de valerse por sí mismos. Cuando eso ocurre, el niño al momento de transformarse en hombre necesita esa validación externa proveniente de una mujer y la va a buscar en su pareja para sentirse seguro. En el fondo, lo que necesita es continuar esa sobreprotección por no haber desarrollado una capacidad de autonomía emocional”, agrega Durán. La académica de la Facultad de Psicología de la UDP, Eliana Heresi, dice que ésta es una dinámica que se produce entre dos personas, no es un fenómeno que se da unilateralmente. “El hombre puede tener expectativas, necesidades y motivaciones de buscar en la pareja algo, pero también esa mujer hace el juego y complementa para que esto se de. En estas relaciones el hombre asume un rol dependiente, como de hijo y la mujer la otra parte, es decir, quien protege y cuida. Pero si una mujer se niega a ser ese rol de madre con su pareja, la relación no va a funcionar. Para Irina Durán estas relaciones son poco sanas, ya que ni el hombre ni la mujer se desarrollan como tal, sino que asumen roles que no les pertenecen.
“En ellos no está reparado el dolor de la relación materna y por ende es probable que si esa pareja tiene hijos, esos hijos vean a su padre como un hermano y puedan desvalorizar a los hombres al ver que no son capaces de valerse por sí mismos como sí lo hace su mamá. Son las famosas heridas transgeneracionales”. Además \u2013dice\u2013 c uando alguien busca a su madre como pareja, lo que está haciendo es no ver al otro, sino que se concentra en lo que él necesit a. “Es un vínculo desde las propias necesidades y no desde lo que tengo para entregar”, agrega. Eliana Heresi prefiere no hablar de daño. “En esto aparecen las experiencias que cada uno puede traer de su biografía personal o de su historia de origen. La búsqueda de una relación así puede ser porque se está repitiendo una pauta que tuvo en su historia familiar probablemente con sus propios padres”, explica.
“Ese hombre no necesariamente percibe esa historia como algo tóxico, al contrario, puede haber una pareja que funcione con esa forma de relación \u2013ella en un rol de madre de él\u2014 y no tener conflicto”. “Mi madre lo es todo, ojalá fueras como ella” Esta frase tantas veces escuchada en las discusiones de pareja y en los espacios de terapia, es la mejor expresión de un hombre que no tiene resuelto su vínculo materno y que por tanto lo busca en la pareja. Para Irina Durán, esto suele ser complejo para las mujeres, ya que sobrepone a otra mujer encima de su rol. Y no solo por eso.
“Lo que puede pasar es que a ese hombre le cueste mucho respetar a su mujer como mujer y que su esposa o pareja cumpla un rol de madre y por ende no sea con ella con quien desarrolle su intimidad y sexualidad.
Para eso, muchas veces buscan a otra mujer”. Heresi dice que lo que también suele ocurrir es que en relaciones donde el hombre es dependiente y la mujer muy fuerte se empieza a generar desencanto por parte de ellas. “En esto influyen los estereotipos de género, porque tenemos en la cabeza la idea de un hombre fuerte, no frágil. Y por tanto puede ser poco atractivo”. Pero también porque este tipo de relación es muy patriarcal.
“Aunque se piense lo contrario porque se ve un hombre más inseguro y una mujer con ‘más poder’, lo que se esconde acá es que ella queda atrapada en el cuidado de este hombre, el cual se transforma en una carga más. Es otro hijo, y junto con eso viene la culpa propia de la maternidad. Ella podría querer zafarse de él, pero no puede porque no quiere hacer sufrir a este hombre, porque en realidad no quiere hacer sufrir a este niño”, agrega Irina. La sanidad o toxicidad de una relación así \u2013concluyen las expertas\u2013 debe determinarse y trabajarse buscando el hilo inicial de aquel complejo de Edipo.
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