MARIO ORELLANA, encargado de diplomado para dirigentes sociales:
“Es fundamental que la base social tenga una buena dirigencia, que tenga un buen liderazgo”
Redacción
(foto)ORELLANA IMPARTE CLASES A LOS 40 ALUMNOS QUE TIENE ESTA ESCUELA.
Mario Orellana, destacado dirigente social de Renca, encargado del diplomado para dirigentes sociales en la Universidad de Santiago de Chile y coordinador académico de Grupo Impulso, acaba de presentarse en la versión 2018 de ICARE exponiendo sobre la relación de la empresa y la sociedad.
Hoy está en Atacama dictando la primera Escuela de Líderes Sociales que se realiza en Tierra Amarilla. Con un discurso social, desde la propia experiencia habla de los nuevos desafíos de la vida dirigencial y propone el concepto de "la divina trinidad", que refleja el trabajo en conjunto del Estado las empresas privadas y las comunidades.
¿Ya habías estado en Copiapó?
-Sí, he estado en Copiapó varias veces, de visita haciendo cosas lindas como un seminario de innovación social con la gente de El Diario Atacama. También estuvimos instalando 15 postes en una Plaza de Paipote para un proyecto de litro de luz (sic). Hemos estado compartiendo charlas con el Fisat (Festival de Innovación Social de Atacama) y ahora estamos trabajando en la Escuela de Líderes Sociales, en Tierra Amarilla con Minera Candelaria.
Cuéntame de la Escuela de Líderes de Tierra Amarilla...
-Es un provecto muy bonito estamos armando hace algún tiempo en varias comunas de Santiago y varios espacios del país y ahora nos toca debutar acá en Tierra Amarilla. El proyecto consta de 10 sesiones, en donde hay tres módulos de trabajo. El primer módulo es de formación personal, donde abordamos el control de las emociones, respetar las emociones, la capacidad de abordar de manera distinta, en distintos focos, distintas problemática. Algunas metodologías para resolver problemas también, para facilitar al dirigente el desarrollo personal. La autoestima, el quererse, el creerse la capacidad que tiene, ordenar un poco y empaquetar los saberes que ha tenido desde la construcción de su espacio de liderazgo desde el inundo autodidacta, de la necesidad de resolver problemas, de manera muy intuitiva. No vamos a enseñar nada nuevo, lo que nosotros hacemos es agregar un poco de metodología para que ellos puedan empaquetar estos saberes y contrasten experiencias que trac cada uno.
¿En qué ayuda la formación de líderes Sociales?
-A la sociedad. Es fundamental que la base social tenga una buena dirigencia, que tenga un buen liderazgo, que tenga una buena guía, porque es la base la que está desarrollando el bienestar de las comunidades, la forma de mejorar la calidad de vida. Es cierto que hay un aporte de la empresa, del Estado pero si estos aportes no son bien gestionados la comunidad no se beneficia con estos espacios y para eso hay que tener buenos líderes, dirigentes y dirigentas, que tengan criterio desarrollo personal, que tengan noción de la necesidad que sean democráticos, que sean empáticos, que ejerzan un liderazgo horizontal y que esté muy lejos del existencialismo y del paternalismo. Que estén más bien por la co-construcción y el co-diseño. Para eso la escuela es fundamental, la escuela y los contenidos que hemos ido trabajando con cada uno de los profesores es fundamental, porque le permite al dirigente ver la forma de equilibrar la balanza en cuanto a las discusiones políticas. Sabemos que el mundo intelectual, político y académico tiene un lenguaje muy elevado, muy sofisticado, nosotros a veces les pedimos que lo encasillen un poco pero nosotros también estamos cumpliendo con elevar el nivel de la discusión y eso es un poco la provocación a la que queremos invitar a todos los que participan de nuestra escuela.
¿Cuáles son las falencias que han detectado en las organizaciones?
-Una gran dificultad que tiene el mundo social y popular, que es un problema cultural, es la falta de formación técnica y académica. En cuanto a la gestión, al despliegue, tenemos mucha motivación, muy comprometidos con cada uno de los proyectos, pero a veces no sabemos cómo ordenar todas las ideas. No sabemos cómo establecer una discusión, cómo desarrollar un buen plan de trabajo, no tenemos capacidad para delegar tareas, el trabajo en equipo se nos hace un poco difícil, nos da miedo que surjan nuevos líderes, más jóvenes nos da miedo la innovación. Todas esas dificultades tienen que ver con un tema cultural un problema de educación. La mayoría de los dirigentes no tiene educación universitaria todos tenemos a duras penas la enseñanza media lista y algunos incluso la enseñanza básica y con esas cincuenta palabras queremos conquistar el mundo. Pero es muy difícil.
¿El Estado fomenta los líderes o los opaca?
-El Estado fomenta el liderazgo, pero desde una mirada más bien asistencial. El Estado fomenta el liderazgo como actores de la administración de los bonos y los bienes que gotean desde el Estado. Cada vez que nosotros hemos solicitado formación, ha sido de proyectos que a ellos les parecen de gran envergadura, como es la Ley de Lobby, la Ley de Transparencia, pero una escuela de liderazgo social no está en los causes y esto es lo que genera desconfianza y es la dificultad más grande que tiene en la actualidad la sociedad.
¿Cuál es la mayor dificultad que tiene que superar un líder durante su relación con la propia organización?
- La capacidad de escuchar. En nuestro mundo social y popular la capacidad de escuchar es un bien escaso, porque caemos mucho desde esta deficiencia cultural en síntomas de autoritarismo, en síntomas de apernarse a la presidencia de la junta de vecinos, que aquí no se mueva una hoja sin que yo lo sepa, y esas son dificultades que tiene que ir resolviendo cada uno de los líderes. Con respecto a esta escuela
¿Se potencian los líderes?
-Se potencian, y más que se potencian, se rescatan atributos que ellos no han logrado explotar y esa es un poco la tarea nuestra, más que generar nuevos liderazgos o creer que vamos a inventar la rueda, es descascarar los miedos, descubrir el potencial que tiene cada uno de los dirigentes, que el los mismos empiecen a verse en el espejo como personas, con un potencial de liderazgo tan grande que pueden mover a una comunidad de 60,70,100 familias.
¿Cómo vez la conformación de organizaciones de Atacama?
-Yo creo que Atacama goza de buena salud en cuanto a la organización comunitaria, pero aún veo y sin ser peyorativo y con una mirada más santiaguina, veo una mirada muy provincial en cada una de las organizaciones, de mucha sumisión ante las autoridades. Creo que ya es hora de mirar de frente a ellos, ya no hay que poner tanta alfombra roja, las autoridades están ahí porque nosotros los hemos elegido y son servidores públicos y son parte del Estado, tanto como nosotros que somos ciudadanos y gente activamente política, ex