Imprimir Cerrar |
|
Entre las razones están el menor precio de la patente, el buen rendimiento y el espacio
El sociólogo Alberto Mayol pagó $13.000 por el permiso de circulación de su Daihatsu Charade de 1993 “y me rinde 15 kilómetros por litro”.
El Toyota Yaris de Natalia Gatica es
) “Me cambié de casa y en él trasladé un librero, cuatro sillas y toda la ropa” $51.000 de
Ivette Fuentes (sobre su Chevrolet Spark año 2010).
RomMA MONTOYA G.
Vos se dispararon. Solo el primer semestre van comercializadas 202.130 unidades, 39.467 más que en igual periodo del año pasado (162.663 ), según cifras de la Asociación Nacional Automotriz (Anac). Sin embargo, no todas las personas están interesadas en renovar su vehículo por uno cero kilómetros. Hay casos donde el vínculo del propietario con su auto es más fuerte por otros motivos. La causa tiene que ver con el bajo precio del permiso de circulación, el buen estado del auto o un precio de reventa que no conviene. Además del valor emocional.
E ste 2018 las ventas de autos nue-
60.200 km en ocho años: Natalia Gatica (38), directora de proyectos del Grupo Samara, tiene un Toyota Yaris del año 2010 que compró nuevo. Cuando lo habitual es que un auto haya recorrido 160.000 km en ocho años (unos 20.000 anuales), el suyo registra solo 62.000 en el cuenta-kilómetros. "Lo uso muy poco. Soy más peatón que automovilista”, relata la ejecutiva, quien lo tiene “impecable”, dice. "Siempre le hago aseo y le tengo las mantenciones al día en la marca. La última me costó $200.000 ”, explica. Comenta que en 2010 lo compró en $9. 000.000 y que ahora solo le podrían dar $4. 000.000 por él, pero no lo quiere vender. "Me lo regaló mi papá, que murió 3 años después. El auto es una especie de vínculo con él”, dice. "Además lo compré full equipo. Tiene airbags, frenos ABS, cabina de seguridad, aire acondicionado y es muy amplio. Probé el New Yaris (modelo actual) y no es igual de espacioso”, asegura.
15 km por litro: el primer auto del sociólogo Alberto Mayol (42) fue un Daihatsu Charade del año 1993, catalítico, que mantiene hasta hoy. "Se lo compré usado a (la periodista) Scarleth Cárdenas en 1998. Hasta el día de hoy pregunta cómo lo estoy cuidando”, afirma el académico de la U. De Santiago. Entre los atributos de su vehículo destaca que lo siente casi como una extensión de sus extremidades. “Reconozco cada uno de sus movimiento. Sé perfectamente como reacciona a ciertas maniobras y los espacios dónde puedo estacionarlo”, sostiene. Y asegura que varias veces le han ofrecido comprárselo. "En 2005 me fui a estudiar a España por dos años y estuve a punto de venderlo, pero no pude. Es que le tengo mucho cariño”, confiesa. Pero ahora tiene claro que “ya no me conviene” venderlo, dice. "Nadie me va a dar todo lo que he gastado por él. Una vez se le fundió el motor y gasté $600.000 en arreglarlo. Es casi como llevar a la mantención un
Mercedes-Benz”, comenta. También celebra el rendimiento del auto, que aunque fue fabricado hace 25 años "me da 15 kilómetros por litro”. Ahora lo tiene en pana porque se echó a perder una pieza que traslada el agua, “así que mientras lo arreglo, ando en Metro y micro”, precisa. Por la misma razón, este año no pagó el permiso de circulación, “pero en 2017 me costó $13.000 ”.
Mudanza en un citycar: en 2012, la publicista Ivette Fuentes (54) se compró un Chevrolet Spark nuevo. "Es un auto que parece muy chico, pero es espacioso. El 2013 me cambié de casa y en él trasladé un librero, 4 sillas y toda la ropa. En otra ocasión fui a buscar a mi hija adolescente a una fiesta y pude llevar a 7 de sus amigos”, comenta. Hace dos años recibió una herencia y estuvo a punto de cambiarlo por otro. ¿Por qué no lo hizo? “Mi familia no me dejó”, dice, refiriéndose a que su hija y su mamá se opusieron a la idea. "Le tienen hasta nombre: Lolo”, cuenta, riendo.
Patente a $23.000 : Eugenio González (70), jubilado, tiene un Lada 2104 del año 1991. “Con él recorrí el norte y el sur de vacaciones con mi familia”, recuerda. Como tenía problemas para encontrar repuestos se compró otro auto igual. “Lo tengo para sacarle las piezas que fallan en el mío. Ahora hay que cambiarle la caja de dirección”, detalla. También adquirió un Subaru Outback 2014 para el uso cotidiano, pero "la instrucción para mis hijos es no vender nunca el Lada. Quiero que quede para mis nietos”, dice. Además de tener las alternativas de repuesto, González solo pagó $23.000 por el permiso de circulación, por lo que le sale más barato mantenerlo.
Copyright © 2022 · LITORALPRESS