Los desafíos que enfrenta el sistema universitario chileno
Por Víctor Salas, académico del Departamento de Economía y director del Observatorio de Política Públicas en Educación Superior de la U. De Santiago de Chile.
Las universidades y la educación superior enfrentan diversos desafíos. Uno de mediano plazo es el envejecimiento de la población chilena. Según estimaciones preliminares del Observatorio de Política Públicas en Educación Superior de la Universidad de Santiago de Chile, cada año habrá una menor cantidad de egresados de educación media (5% entre 2011 y 2017) y postulantes a estudiar en la educación superior y en las universidades. En años recientes ya se ha observado que la matrícula de primer año está comenzando a manifestar una tasa decreciente. En docencia, mientras tanto, uno de los principales desafios es aumentar la calidad de la formación profesiona! y técnica de pregrado, calidad que tiene que ver con la actualización de los perfiles de egreso de las carreras y profesiones que dictan para que respondan a los requerimientos del mercado laboral actual y sus futuras evoluciones, y con la mejora de los métodos de trabajo académico que se realiza con los estudiantes para que los profesionales egresados estén
actualizados y vinculados con los nuevos conocimientos (teóricos y aplicados) y las tecnologías que se utilizan hoy. La calidad tembién tiene gue ver con la mejor preparación de entrada de los estudiantes, lo cual está relacionado con el sistema de selección de alumnos y con los fortalecimientos necesarios en la educación media del país. Obviamente, la calidad de la actividad universitaria tiene que ver esencialmente con la calidad de los cuerpos académicos y de sus quehaceres en docencia e investigación y en su vinculación con el medio, En este ámbito de la calidad, un desafío fuerte es tener universidades de nivel mundial, objetivo aún lejano, de acuerdo a los resultados observados en los rankings internacionales recientes. Un factor de calidad del académico universitario es la producción de conocimiento. En Chile, el Estado es el principal aportante de fondos para investigación científica y tecnológica, y esta se realiza básicamente en las universidades. En este caso el desafío de política pública en educación superior y del nuevo Ministerio de Ciencia y
Tecnología es mantener un crecimiento alto y constante de fondos por sobre el actual 0, 43% del PIB para potenciar la creación de nuevo conocimiento teórico y
Aplicado a la innovación. Desde la política pública en educación superior, el desafío es entregar facilidades para un mayor acceso a este nivel. Ello
quedó asociado con los avances en Gratuidad, las becas y los créditos. En este ámbito el desafío será resolver los impactos negativos en el
presupuesto de las universidades e instituciones adscritas a la Gratuidad, déficits resueltos parcialmente con recursos estatales adicionales no permanentes. En 2016, aun con ese complemento, las 30 instituciones adscritas tuvieron déficits globales del 5% de los ingresos que hubieran recibido si les pagaran los aranceles que efectivamente cobraban. Situación similar ocurrió en 2017 y es probable que ocurra en 2018. La Gratuidad sigue siendo un espacio de desencuentro. La nueva institucionalidad que trae la Ley de Educación Superior plantea desafíos a la política pública y a las universidades. El problema radica en la forma en que se pongan en marcha los elementos regulatorios con que la nueva Ley de Educación Superior (21.091 de mayo 2018) dota a la nueva Superintendencia y Subsecretaría de Educación Superior, tales que sus atribuciones y controles pudieren chocar con la necesaria autonomía de las universidades, poniendo en pie forzado a estas corporaciones y generando una situación de tensión permanente al respecto e inestabilidad en el sistema.