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Recorrido desde Yerba Loca hasta los 3. 800 m.s.n.m. :
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E. Bosques de olivillos y especies que sirven como alimento de distintos animales se están secando y podrían tener problemas para regenerarse. Según la botánica Mary Kalin, quien lleva décadas analizando el sector, este año es cuando la falta de agua ha mostrado sus peores consecuencias.
La altura del Santuario de la A Naturaleza de Yerba Loca, un bosque de olivillo está pintado de amarillo. Es el mismo color que debería tener en abril, pero no cuando recién comienza el mes de febrero. El bosque de montaña ha tenido un adelanto inusual en su florecimiento. Y la culpable, explica Mary Kalin, botánica y ecóloga, es solo una: la megasequía que invade la zona central. Cuando hace unos 40 años Mary Kalin comenzó a subir a la cordillera frente a Santiago a estudiar la vegetación de altura, le llamó la atención una planta que crecía entre las curvas dos y tres del camino a Farellones. Se trataba de una rareza, ya que la especie Chuquiraga oppositifolia vive normalmente mil metros cerro arriba; de alguna forma una de sus semillas llegó cerro cuatro décadas siguiendo. Si todo el proceso se adelanta, la floración es más débil y también lo es la formación de semillas. Si esto sigue así, año tras año vaa haber un momento en que no va ha haber un reemplazo para las plantas que han cumplido su ciclo natural y están a punto de morir”.
Jines color verde claro que trepan las laderas montañosas. Son parientes de las llaretas del altiplano. Estas plantas de montaña se alimentan del agua subterránea y por eso tienen raíces muy profundas. “Van muy abajo para buscar agua, pero cuando el nivel baja, no alcanzan a captarla. Por eso, mientras algunos colchoncitos lucen un saludable verde, otros se ven amarillos y resquebrajados e inguru
las mayores temperaturas. El próximo destino es donde un grupo de investigadores de campo está determinando las especies polinizadoras y el impacto que puede tener el cambio climático en ellas. Dos asistentes de Kalin están parados frente a varios matorrales, pacientemente, contando los animales que se posan en ellos. Hasta ahora han encontrado abejas y moscas, pero el premio mayor es el colibrí de montaña, que esperan que aparezca hacia el fin de la tarde. Y tienen razón: justo en ese momento el pequeño pájaro se muestra, lo que permite registrarlo con detención. “Estamos interesados en registrar esto (el cambio en el ecosistema), porque la cantidad de néctar que producen las flores podría bajar y eso podría afectar a los polinizadores, especialmente a estos colibríes que solo viven en esta zona”, dice Kalin. Reanudamos el camino hacia unas vegas donde hay llaretas, pero de ambiente más húmedo y que tienen una textura más blandas. Al caminar sobre ellas se hunden levemente, pero mantienen estabilidad, ya que reposan sobre decenas de metros de sedimento vegetal, conocido como turberas. Aquí también hay algunos colchones secos y pequeñas flores
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¿ Ciclo estacional o cambio climático?
Es difícil saber si la actual megasequía es resultado del cambio climático u obedece a un ciclo estacional, reconoce la botánica y ecóloga Mary Kalin. Sí, es cierto que la temperatura en la montaña ha subido un grado desde 1975, fecha que se estima que el cambio climático comenzó a mostrarse. No obstante, la sequía depende de los ciclos de lluvia, que se rigen por otros factores. Ahora, si esto se hace más frecuente, sumado al impacto de la mayor temperatura, sí podría tener un efecto en el clima, dice Kalin. Aparte de la sequía, otro fenómeno está cambiando a la montaña. A medida que la temperatura aumenta, las plantas están buscando lugares más altos donde la temperatura sea soportable, en especial algunas especies arbóreas. Pero en invierno el frío se mantiene, lo que podría da dirles huir mucho: 10 más arr
RICHARD GARCÍA
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