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De acuerdo a la metodología del INE, el 13% de la población de Chile habita en zonas rurales. Sin embargo, al usar la definición de la OCDE esta sube a 30%. El cambio en el porcentaje es determinante a nivel de políticas públicas, que impactan en la calidad de vida de esas personas, lo que hace que migren a la ciudad, incidiendo en la productividad de esas zonas.
El 83%
de la superficie de Chile son comunas con alta ruralidad, las que representan un total de 262 comunas, de las cuales 184 son rurales y 78 mixtas.
CARLA ALONSO BERTAGGIA
s un tema clave para decidir políticas pú- blicas y mejorar la calidad de vida de las personas que ha- bitan fuera de los centros urbanos, definir y medir la población rural en Chile ha sido complejo. “Mientras el INE (Instituto Nacional de Estadísticas) estimaba que el 13% de los chilenos habitaban en zonas rurales, el Banco Mundial, en 2005, y posteriormente la OCDE, en 2014, fijaron esa cifra en 32% y 35%, respectivamente”, plantea Alberto Valdés, investigador asociado de la Universidad Católica y consultor en Odepa, (Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura). Las diferencias son por un desacuerdo en cómo definir la población rural: “El INE solo consideraba las localidades de menos de 2 mil habitantes, pero el Banco Mundial y la OCDE incorporaron un criterio de mayor densidad de población y lejanía; es decir, tiempo de viaje a centros urbanos de cierto nivel de población”, detalla Valdés, Este último criterio ha sido incorporado por el actual Ministerio de Agricultura (Minagri) en su estrategia de desarrollo rural territorial. Tener una tasa menor de ruralidad impacta a nivel de políticas públicas y en la calidad de vida de esos habitantes. “Si la cifra real es aproximadamente el doble, implica que se incorporan como rurales muchas
localidades adicionales, lo que plantea un enorme desafio institucional y presupuestario, incluyendo el mayor costo de elevar el acceso de esa población a mejores servicios básicos —como educación, salud, vivienda y agua potable—, caminos rurales y conectividad de internet”, enumera Valdés. La definición de ruralidad no es absoluta, advierte William Foster, profesor titular del Departamento de Economía Agraria de la Universidad Católica. “Debe ser funcional y relevante alas políticas, y a las visiones que están impulsando las políticas. ¿ Qué densidad y qué distancia determinan las comunidades en que debemos focalizar los subsidios?”, se pregunta el experto. Da un ejemplo: si se evalúa el impacto de políticas agrícolas en el desarrollo económico en zonas menos densas y relativamente remotas, “sería muy importante —en términos del número de impactados, como del costo total— definirsi hablamos del 10% dela po-
blación, o del 25 o 30% de ella”.
EL IMPACTO EN LA PRODUTIVIDAD Más allá de la cifra, una de las implicancias de esta subestimación es que el país pierde capacidad productiva, porque las personas que viven en el campo tienden a irse ala ciudad, buscando mejorares condiciones de vida, Foster explica que, en la medida en que una subestimación de la población rural contribuye a una menor atención del público y de los políticos, “resultando en una subinversión en bienes públicos en zonas rurales —porque los impactados son considerados pocos—, sí podría darse una reducción en la capacidad productiva de esas zonas, incluyendo la agricultura, pero también en actividades no agrícolas. Entonces, ha contribuido indirectamente a la migración a ciudades”, El impacto de la subrepresentación del mundo rural en el país se relaciona con temas de empleo y de migración campo-ciudad, “El retraso en el acceso a servicios básicos y conectividad en zonas rurales, reduce el atractivo para la inversión privada en dichas regiones, lo que conlleva menores oportunidades de empleo bien remunerado, acelerando la migración rural-urbana”, indica Valdés, Si se toman las definiciones de la OCDE para cuantificar lo rural, se puede llegar a establecer que el 34,6 % de la población vive en áreas
sCambiar el paradigma
Todolo anterior motivó a que el Minagri decidiera cambiar la forma de medir la ruralidad, María Emilia Undurraga, directora nacional de Odepa, detalla que actualmente la ruralidad se mide en función de la cantidad de habitantes que viven juntos, estableciendo como límite 2 mil personas; es decir, cerca de 500 casas. Esto último, independiente del entorno donde se encuentren. “La propuesta de cambio es considerar la ruralidad no solo por la cantidad de personas viviendo juntas, sino también en un espacio determinado y tomando en cuenta, por ejemplo, la distancia a ciudades con mayores servicios”, explica. La metodología que está adoptando el Minagri es de la OCDE que mide la densidad de la población, en la unidad administrativa de la comuna. Con ella, la ruralidad en suelo nacional llega al 30% y representa a más del 80% del territorio, Parte esencial del trabajo detrás de este cambio tiene que ver con la visibilización y revalorización de lo rural, dice José Luis Romero, jefe del nuevo Departamento de Desarrollo Rural del Minagri, creado el 17 de octubre. “Queremos cambiar el paradigma sobre qué es lo rural. En el campo habita el alma de Chile y es lo que estamos promoviendo. El cambio de medición es solo una parte”, señala. María Eugenia Undurraga aterriza el impacto del cambio: “Va a definir mejor el territorio y cómo se habita, y permitirá desarrollar indicadores de calidad de vida del desarrollo rural”, También, entregará pautas sobre cómo se utilizan y priorizan los recursos, a la luz de las nuevas cifras. Y los cambios no son menores, En la Región de La Araucanía, por ejemplo, la ruralidad pasa de 29% a 65%, con la
nueva metodología DE, de 31% a 62%.
Ruralidad en Chile ce
"INE "OCDE, FUA "OCDE Banco Mundial (2017) Áreas Urbanas Tipología Regional (2005) Funcionales (2014)
(2012)
13% 29% 27%
Menos de 2000 Menos de 150 hab
por y má de hala,
Presentación Desarrollo rural, del de Agricultura, de septiembre de 2018
Rurales, desde 13,1 % que es la medición actual del INE, confirma Luiz Carlos Beduschi, oficial de Políticas en Desarrollo Territorial de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Se trata, además, de entender que estas regiones viven en dinámicas rurales. “Por eso el tipo de políticas públicas que se requieren son distintas a las que necesitan las zonas urbanas”, recalca, En ese sentido, cree que el impacto del cambio en la definición puede ser de “proporciones importantes, no solo en la asignación de recursos públicos, sino que también en el
sentido de las políticas destinadas al mundo rural”, El problema, agrega Beduschi, es que la manera como se mide hoy la ruralidad deja fuera muchos aspectos de las realidades locales. “Muchos territorios que son esencialmente rurales aparecen, bajo la medición, como urbanos. El problema con el actual criterio no solo es que subrepresenta la ruralidad, sino que también define como urbanos muchos territorios que operan bajo dinámicas rurales”, En su análisis, una mirada más contemporánea implica reconocer
un cambio significativo en el mundo rural, “Admitir su creciente complejidad, las interacciones entre lo urbano y lo rural y, por sobre todo, reconocer que una fracción importante del territorio es rural, se conecta con la agricultura, la agroindustria, los recursos naturales y la pesca de una manera trascendental, que definen sus estrategias de vida y las demandas de esos territorios por políticas públicas consistentes con esas demandas”, enfatiza Beduschi. Un dato clave es que, si se toma la tipología utilizada en los países de la OCDE, el país concentra el 82% de la superficie en comunas rurales, “con un sector agrícola que contribuyealaseguridad alimentaria de la población nacional y también a nivel mundial como exportador en algunos rubros importantes. Además, si consideramos las variables ambientales y el uso de los recursos naturales, en un contexto de cambio climático, contar con instrumentos y criterios que puedan medir de forma acertada la ruralidad es clave en un país como Chile”, asegura el oficial de la FAO,
Desarrollo más inclusivo
El cambio en la forma de medir la ruralidad es relevante, afirma William Foster, académico de la Universidad Católica, porque al hacerlo “el ministerio está reconociendo que sus acciones de apoyo a la agricultura primaria y ala cadena de alimentos son importantes para el bienestar de poblaciones, mucho más allá que el predio agrícola. Y mi sospecha es que un cambio en el enfoquea una definición de lo rural más geográfica, basada en densidad poblacional y distancia, va a permitir un diseño e implementación de un portafolio de políticas más consistente, con un mejor desempeño de la economía de alimentos y otras actividades en territorios rurales”, Uno de los principales desafíos de las medidas que se tomen a partir de la nueva información es desarrollar “un sólido diagnóstico de las brechas en servicios básicos para cada localidad y una propuesta realista de sus alcances respecto de financiamiento”, apunta Alberto Valdés. Desde su perspectiva, proporcionar un nivel de educación y servicios de salud comparable en pequeñas escuelas y a hogares dispersos en zonas rurales “es mucho más costoso por persona y por alumno, en comparación a ofrecerlo en ciudades. Requiere compensar por las indudables ventajas de aglomeración”. En la FAO creen que el desafío que se ha puesto el gobierno, de implementar la política de desarrollo rural, es una oportunidad importante para avanzar hacia un desarrollo más inclusivo, “Esperamos que este cambio contribuya a mejorar las políticas y su impacto en el mundo rural, poniendo a Chile en la senda del cumplimiento de los compromisos relacionados con los objetivos de desarrollo sostenible, al 2030”, afirma Luiz Carlos Beduschi. Respecto de qué esperar en el mediano plazo, Foster estima que los énfasis en el desarrollo territorial y las poblaciones rurales vulnerables “van a continuar y será un impulso a cambios en nuestro pensamiento sobre lo rural y sobre el tipo de políticas que contribuye al bienestar de familias rurales”, William Foster, pone el ejemplo de Indap, que tiene como misión fomentar la productividad agrícola de pequeños agricultores, “hoy también está cumpliendo un rol de apoyo social, especialmente con programas como Prodesal (.. .). Chile vaa continuarteniendo productores pequeños en el mediano plazo, siendo una consecuencia de la inercia y la evolución demográfica. Quizás es el momento de reconocer el rol de apoyo social de Indap y considerar cambios institucionales que podría promover la contribución de este organismo al sector rural, al desarrollo territorial en general, y a las familias rurales vulnerables más específicamente”,
A 05%
Sube la ruralidad en La Araucanía, con la nueva metodología. La anterior contabilizaba 29%.
PROBLEMAS DE LA MEDICIÓN ACTUAL DE RURALIDAD (INE)
+ No muestra el verdadero tamaño de la población rural del país. * No reconoce la existencia de espacios mixtos. + No hace posible la comparación internacional, No identifica la importancia y potencial de las zonas rurales. * Al definir ruralidad por zonas geográficas y no administrativas, es más difícil obtener estadisticas y asignar responsabilidades a un territorio definido,
Fuente: Presentación Desarrollo Rural, del Ministerio de Agricultura, de septiembre de 2018, en base a información de la OCDE,
“Queremos cambiar el paradigma sobre qué es lo rural. En el campo habita el alma de Chile”
JOSÉ LUIS ROMERO | JEFE DEPARTAMENTO DE DESARROLLO RURAL DEL MINAGRI
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