Investigación realizada por especialistas de las universidades Católica de Valparaíso, Federico Santa María, de Valparaíso y de Playa Ancha detectó seis amenazas vinculadas a ese fenómeno en la zona, a la vez que indagó en factores de riesgo presentes a nivel local.
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| Área Metropolitana de Valparaíso (AMV), integrada por Va E paraíso, Viña del Mar, Concón, Quilpué y Villa Alemana, es una de las zonas más expuestas del país a los efectos del cambio climático, de acuerdo a un estudio de vulnerabilidad y riesgo de ese territorio realizado en el marco del Programa de Resiliencia Climática por especialistas de las universidades Católica de Valparaíso, Federico Santa María, de Valparaíso y de Playa Ancha. La investigación identificó para esta zona seis amenazas vinculadas al cambio climático, que son los incendios forestales, remociones en masa, sequía, inundaciones, marejadas y olas de calor, señala Ariel Muñoz, académico del Instituto de Geografía de la Pontificia UCV, quien lideró este proyecto que fue financiado por el Banco de Desarrollo de América Latina, que contó con la colaboración del Ministerio de Medio Ambiente y con una mesa técnica integrada por el Gobierno Regional de Valparaíso, la secretaría ministerial de Medio Ambiente y los municipios de Valparaíso, Viña del Mar, Concón, Quilpué y Villa Alemana. En esta entrevista el científico, ingeniero forestal, magíster en Ciencias, doctor en Ciencias Forestales y director del Laboratorio de Dendrocronología -disciplina que estudia los patrones de crecimiento de los árbolesdel mencionado instituto, profundiza en las conclusiones de la investigación que fue presentada en septiembre, abordando también la salud ambiental del país y los caminos de salida.
FACTORES DE VULNERABILIDAD - ¿ Por qué el Área Metropolitana aparece como tan vulnerable? -Hay que considerar que sólo hay tres áreas con esa cantidad de habitantes en Chile, la Región Metropolitana, Concepción y Valparaíso. En ese contexto nosotros tenemos más amenazas que la mayoría de las áreas metropolitanas, pero también hay elementos atribuidos a otros factores. Lo interesante de los estudios como éste, que están dejando de identificar solamente amenazas y cruzan la información con las zonas donde presentan más población expuesta, es que buscan hacer ciudades menos vulnerables, más resilientes. Entonces, cuando bajamos las investigaciones al territorio, como hicimos acá, nos encontramos con que si bien puede haber lugares que están menos expuestos, por ejemplo, a una ola de calor, pueden ser finalmente más vulnerables porque la población tiene dificultad para acceder a los consultorios, no cuenta con planes de contención o servicios. Cuando llevamos las amenazas del cambio climático a una escala territorial urbana diversa, como es el Gran Valparaíso, tenemos una diversidad de otros factores que hacen que la población sea vulnerable.
- ¿ Qué factores se consideran en este enfoque, por ejemplo? - Hay que indagar en las características que tienen los habitantes de esos territorios que los pueden hacer más sensibles a estos riesgos o más capaces de adaptarse. Esto requiere tener una cantidad grande de información sobre el nivel socioeconómico, pero también ambiental. Y ahí creo que es donde contamos con menos datos. Tenemos muchos más antecedentes sobre la materialidad de las viviendas o la demografía de la población que datos sobre calidad de los suelos, humedad, plantas amenazadas o fuera de peligro. Pero por otro lado en nuestra capacidad adaptativa incorporamos elementos como el desarrollo de planes reguladores frente a los riesgos concretos y eso es distinto en cada comuna. No sólo son las amenazas, sino también la capacidad del territorio en términos de su gobernanza para hacer frente al cambio.
- Elestudio también señala que ciudades como Quilpué y Villa Alemana concentrarán mayor riesgo de incendios forestales hacia fines del siglo. ¿Por qué se proyecta eso? -Para poder proyectar esto de aquí a fin de siglo hay que tomar en cuenta algunos supuestos. Si hoy en día no se generan las acciones que permitan por ejemplo reducir los efectos de las olas de calor en las comunas del interior, Villa Alemana, Quilpué, ellas van a estar mucho más afectadas que la población costera, que tiene el efecto moderador de la humedad, la brisa marina y el componente de mayor ventilación y menor temperatura. Lo que proyectan los modelos es que vamos a tener un mayor aumento de temperatura en la zona interior y una reducción de precipitaciones, lo que hace que ellas sean más vulnerables a futuro. Si no cambiamos la configuración del paisaje reemplazando especies extremadamente inflamables plantadas en forma homogénea, estarán mucho más expuestas que la zona costera. Si estas comunas modifican su cercanía a lugares riesgosos, si manejan el arbolado urbano y utilizan los servicios ecosistémicos de la vegetación para reducir las olas de calor, tal vez no lo estarán.
-La vulnerabilidad entonces es una condición que cambia. - Lo que hoy sabemos en este caso es que si solamente consideramos el cambio del clima, para el futuro esas ciudades serán más vulnerables. Y no sólo a los incendios sino también a las olas de calor y alas sequías. Hoy la vulnerabilidad o riesgo de las comunas de la conurbación costera es mayor en la mayoría de los casos, pero de aquí al 2100 eso se va invirtiendo en la medida que van siendo cada vez más fuertes los efectos de la temperatura y la sequía en la zona interior. Tenemos una transformación de la vulnerabilidad a lo largo del tiempo. Si no consideramos nada de la gobernanza y solamente tomamos en cuenta el clima, la población de estas comunas va a pasar aser más vulnerable incluso que la costa.
COMPONENTES NATURAL Y HUMANO - ¿ En qué se va a traducir el impacto del cambio climático puntualmente? ¿ Ya lo estamos viendo en las olas de calor, las marejadas anormales, la prolongada sequía que nos afecta? -Todo nos parece cambio climático, pero las señales de ese tipo, por ejemplo la sequía que hemos vivido por más de 10 años, tiene un componente de variabilidad local y otro forzado por las modificaciones en la atmósfera que ha inducido el ser humano. Algunos estudios concluyen que la sequía actual es un 25% de responsabilidad de los gases que ha emitido la sociedad a la atmósfera. Pero hay otro 75% que es variabilidad natural. Es decir, nos habría tocado una sequía, aunque posiblemente no hubiera sido tan larga ni tan intensa si le hubiéramos restado ese 25% que es el componente humano. Lo que estamos experimentando es un cambio en el clima que en una proporción de alrededor de un cuarto del efecto total proviene de lo que el ser humano ha hecho en el ambiente. Es decir, si se registra un evento extremo, tenemos que estimar cuánto de eso se debe al cambio climático y cuánto es natural.
- De alguna manera los chilenos nos resignábamos a nuestra condición sísmica pensando que peor era tener huracanes. Pero este año también aparecieron los tornados. ¿La intensidad del viento que parece ir en aumento es igualmente un efecto de este fenómeno? - Tenemos pocos datos para decirlo. Para este estudio pensamos que donde menos problemas íbamos a tener sería en caracterizar el clima de Valparaíso, Viña del Mar, Concón, Quilpué, Villa Alemana. Pero nos dimos cuenta de que no tenemos datos climatológicos confiables en la cantidad suficiente para poder entender cómo cambia el clima desde el plan de Valparaíso a una quebrada, a Punta Ángeles o al centro de Viña de Mar o Quilpué. Tenemos muy pocas estaciones meteorológicas que nos permitan capturar eso que los ciudadanos sabemos por experiencia. Nuestra red es muy pobre como para poder desarrollar análisis más precisos y monitorear el cambio climático.
QUEMAR LA BIOMASA DEL PASADO - Al presentar el estudio el rector Claudio Elórtegui planteó que “nos transformar nuestra forma de vivir y producir bienes y servicios para asegurar el desarrollo sostenible”. ¿ Qué cambios son los que urgen? -Muchos cambios, pero el primero y que convocaa lasreuniones internacionales como la COP, es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Hemos basado nuestro desarrollo en los combustibles fósiles, quemamos la biomasa del pasado. Pero ya sabemos que hacerlo provoca una serie de impactos que a su vez generan una atmósfera más cálida, es decir, que no deja que la radiación salga por el efecto invernadero. Lo que nos urge es reducir las emisiones. Nuestro primer caminos la transformación energética. Tenemos una matriz muy basada en la energía termoeléctrica que no sólo contamina a gran escala y aescala local. Hemos visto que prácticamente en todo lugar donde hay una termoeléctrica en Chile hay problemas de contaminación.
- Y eso pasa por el modelo de desarrollo. -Un primer punto de cambio es la transformación energética. Pero paralelamente es una transformación del modelo de desarrollo neoliberal o principalmente basado en el mercado, que nos ha traído como consecuencia desigualdad territorial, desigualdad económica y grandes impactos ambientales, básicamente porque los derechos comunes son vulnerados frente a los derechos individuales, que es algo típico en economía ambiental.
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Algunos estudios concluyen que la sequía actual es un 25% de responsabilidad de los gases que ha emitido la sociedad a la atmósfera. Pero hay otro 75% que es variabilidad natural. Es decir, nos habría tocado una sequía, aunque posiblemente no hubiera sido tan larga ni tan intensa si le hubiéramos restado ese 25% que es el componente humano”
- Rosa Zamora Cabrera
Ariel Muñoz, investigador PUCV y jefe de estudio sobre Resiliencia Climática del Gran Valparaíso:
EMISIONES Y ACUERDO DE PARÍS - Aestas alturas, ¿definitivamente no se van a alcanzar las metas de la Cumbre de París para estabilizar el aumento de latemperatura global, ya que entre otras cosas el Protocolo de Kioto vence el 2020 y Trump retiró a EE.UU. Del Acuerdo en 2017? - Ajuicio de expertos de varias comunidades de países no alcanzaríamos las metas propuestas en París para estabilizar la temperatura. Por ende tendríamos que esperar una siguiente negociación, pero parece haber voluntad, principalmente de los países más contaminantes, de incrementar sus compromisos acorde a lo que la investigación científica relacionada con el cambio climático ha presentado. En ese contexto parece que nos estamos quedando un poco cortos e inmóviles frente a un cuerpo de información científica y de efectos absolutamente medibles y evidenciables respecto de los impactos que está teniendo el fenómeno en la sociedad. Tendremos que hacer nuevos esfuerzos por llegar a acuerdos en la siguiente reunión de las partes para alcanzar no sólo a estabilizar la temperatura del planeta sino más bien a hacer frente en forma consciente a la necesidad de incrementar los compromisos de mitigación, de reducción de emisiones, pero también de adaptación.
-¿ Y qué se puede decir en el caso de Chile? - En el caso de Chile parece haber un incremento más concreto de los compromisos, pero tenemos una contribución muy pequeña a las emisiones globales, al calentamiento global y el consecuente cambio del clima. Pero somos uno de los países más impactados y por eso se ha criticado no tener un rol más fuerte en buscar compromisos más exigentes, pero eso también de alguna manera depende de los otros países. A nivel interno, nosotros deberíamos planificar el territorio en forma más organizada, que nos haga menos vulnerables por ejemplo alosincendios, pero por otro lado que nos ayude a mejorar componentes de la biodiversidad y a fijar carbono. Porque las metas no se basan sólo en reducir lo que emitimos sino en cuánto somos capaces de capturar carbono del ambiente. En eso Chile ha hecho un compromiso y estamos bastante expectantes de que la mayoría de las hectáreas que ha comprometido plantar sea con especies nativas para asegurar que ese carbono quede fijo en la biomasa de los árboles y no esté en la atmósfera. - ¿ Qué piensa del plan de descarbonificación planteado por el Gobierno, que incluye el adelanto del cierre de las termoeléctricas Ventanas 1 y 2 en los años 2020 y 2022? -Me parece muy importante y necesario, pero también necesitamos esas mismas señales en otras zonas. Habría que poner atención en otros dos territorios muy relevantes como Concepción y Talcahuano, donde está la termoeléctrica Bocamina, y por otro lado Mejillones. Me atrevería a decir que estos dos puntos, más Quintero-Puchuncaví, vendrían a ser las zonas de sacrificio que tanto conflictos ambientales y tantas personas afectadas han dejado, y que son tan contaminantes.
- ¿ Cuáles serían sus demandas si usted fuera ciudadano de la zona QuinteroPuchuncaví? - Nosotros hicimos hace poco un estudio de contaminación en Quintero-Puchuncaví con árboles. Lo que hacemos básicamente es estudiar sus anillos y en este caso observamos las trazas de elementos químicos en ellos desde el año 50 en adelante. Y eso lo comparamos con ejemplares de la misma especie ubicados en Isla Negra. La mayoría de los metales pesados está en mayores concentraciones en Ventanas y empezaron a aumentar exponencialmente en la década de los 90. Estas diferencias son significativas y ahí nos encontramos con algo muy curioso: cuando miramos el dato de las emisiones de las empresas de Ventanas, vemos que han reducido sus emisiones y es verdad, los datos lo demuestran. No obstante, los metales se ha ido concentrando en el ambiente. Entonces hay un efecto de acumulación de contaminantes en el suelo, en los vegetales, y eso
requiere de una restauración o remediación. Si es que se van las empresas, el suelo debe ser sometido a un plan de descontaminación para retirar los contaminantes. Y eso va a tener un costo. Eso tal vez sea uno de los apéndices que se requiere para reactivar ecológica, ambiental, socialmente un lugar como éste, tan afectado también en su tejido social. O
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No contamos con datos climatológicos confiables en la cantidad suficiente para poder entender cómo cambia el clima desde el plan de Valparaíso a una quebrada, a Punta Ángeles o al centro de Viña de Mar o Quilpué. Tenemos muy pocas estaciones meteorológicas que nos permitan capturar eso que los ciudadanos sabemos por experiencia”
EL AGUA Y LAS DEMANDAS AMBIENTALES
e -En el ámbito nacional, ¿cómo califica la relevancia que tiene la dimensión ambiental en las protestas? -El medio ambiente es el sostén de la vida, por tanto subyace tras las demandas. No hay manera de huir de la naturaleza porque somos parte de ella. Por más que queramos segmentarla en una política ambiental sin afectar otros componentes del desarrollo social, creo que eso es imposible. Para tener una buena educación requerimos un ambiente saludable, lugares de recreación; para tener buena salud también debemos contar con buena calidad del aire, con vegetación. En ese sentido dentro de las demandas de la ciudadanía tal vez no están explícitamente mencionadas en forma prioritaria descontaminar, adaptarnos al cambio climático. No obstante, creo que subyace tras las demandas de mejor salud, educación, vivienda. Básicamente necesitamos un modelo de desarrollo que nos permita una mejor calidad de vida.
¿ Cómose logra eso? que conversar de nuevo sobre cuáles son nuestros marcos regulatorios para enfrentar el problema de la pérdida de biodiversidad y de servicio ecosistémico asociada a la pérdida del bosque nativo y fundamentalmente al Código de Aguas, que como existe hoy genera una desigualdad territorial tan grande prácticamente la principal frustración de la mayoría de las comunidades que viven en zonas rurales y que no nos permite proyectar el desarrollo del país de un manera equitativa. Necesitamos democratizar el agua, reincorporarla a los bienes comunes, que sea un derecho, sobre todo de las personas que habitan en los lugares donde no hay sanitarias que les provean agua. En ese sentido el Código de Aguas es uno de los iconos que hay que transformar, y en este contexto es donde necesitamos la ayuda y la comprensión de los agricultores, que son los que más consumen agua. Pero también hay un llamado para las instituciones académicas y del Gobierno para precisar los balances hídricos, que hoy son muy generales y no nos permiten saber cuánta agua tenemos o cuánta nos queda en los acuíferos como para subsidiar este desarrollo agrícola tan grande. Entonces estamos hipotecando el futuro del desarrollo rural. En esa línea, así como necesitamos monitorear el clima en las ciudades de una manera más precisa, del mismo modo necesitamos monitorear el agua en los territorios del país para poder repartirla, porque hoy la estamos repartiendo sin saber cuánta hay, y eso es muy irresponsable desde la perspectiva de una sociedad.