Código de Aguas
El cambio climático no parece ser algo pasajero. Las temperaturas en el norte del país han cambiado, lo que tiene consecuencias directas no solamente desde el punto de vista del consumo humano, sino también en actividades productivas -agro y minería- y la generación de energía. Por describir únicamente un ejemplo, el río Copiapó, en la Región de Atacama, el más importante de la zona, tiene una brecha hídrica entre disponibilidad del recurso y la demanda de 62 por ciento, ubicándose como el sexto con mayor diferencia del país. En vista de ello, es imprescindible que se concretice la decisión del
Gobierno sobre modificar el Código de Aguas. Porque tal como mencionó el ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, urge establecer plazos definidos para los derechos de este vital elemento, fiscalizando y restringiendo al mal uso que, en muchas ocasiones, se está dando al recurso en la actualidad. Y es que el acelerado proceso de cambios a nivel hídrico nos obliga a evolucionar el marco regulatorio que tenemos, estableciendo límites para que exista una buena inversión y una extracción sostenible en el tiempo.
Sofía Maldonado