MÁS AGUA Y ENERGÍA
Según estudios de Cochilco, la gran minería del cobre aumentaría en un 230% el consumo de agua de mar y en un 41% el uso de energía eléctrica al 2029 en relación al 2018.
La minería tiene una "sed" insaciable.
Mientras más mineral produce más agua necesita. Según datos del Consejo Minero, la industria consume un 3% de toda el agua de origen continental del país, un 20% del recurso que extrajo en 2018 provino del mar, y en 10 años más las nuevas inversiones realizadas permitirán que más del 40% del agua que utilice tenga esa procedencia.
En su reciente estudio "Proyección de Consumo de Agua de la Gran Minería del Cobre 2018-2029", la Comisión Chilena del Cobre Cochilco, prevé un sostenido aumento del consumo de agua de mar en las operaciones de este segmento minero en el próximo decenio. "Se proyecta que tal incremento será cada vez mayor llegando a 10,82 metros cúbicos por segundo al año 2029, lo que representa un alza del 230% respecto al valor esperado para el 2018. Con esto, el 43% del agua total requerida en la industria minera del cobre vendrá de agua de mar, pues son cada vez más las mineras que se suman a la construcción de sus propias plantas desaladoras o emplean agua de mar directa para enfrentar la escasez del recurso" sostuvo Camila Montes, analista de la entidad durante la presentación del informe.
Agregó que este aumento será impulsado fuertemente por la Región de Antofagasta, particularmente entre 2019 y 2024, periodo en el cual se espera la puesta en marcha o ampliación de varias plantas desaladoras: las de Escondida EWS y Distrito Norte de Codelco, la ampliación de tuberías para el Distrito Centinela de Antofagasta Minerals, el uso de agua de mar para expansión de Sierra Gorda, y la puesta en marcha progresiva del proyecto de hierro Dominga a partir de 2020. La estimación de consumo total de agua de origen continental esperada al 2029 alcanza los 14,53 m3/s, lo que representa un aumento de un 12% respecto a la demanda de 2018. ENERGÍA ELÉCTRICA Un incremento importante en el consumo de energía eléctrica registrará también esta industria en la próxima década. En base al estudio "Proyección de Consumo de Energía Eléctrica en la Minería del Cobre 2018-2029", Rosana Brantes, analista de Cochilco, comentó que "este sector ya es un consumidor intensivo de energía en Chile y tas proyecciones estiman que su demanda de energía eléctrica aumentará 41% en los próximos 11 años". En concreto, el consumo eléctrico esperado del rubro crecería desde 22,6 TWh hasta 31,9 TWh entre 2018 y 2029, y para satisfacer tal demanda se requeriría agregar una capacidad de generación eléctrica de 1.336 MW en ese periodo. La Región de Antofagasta seguirá concentrando más de la mitad del uso de energía eléctrica en minería cuprífera, en tanto que a nivel de procesos la concentradora será por lejos la principal fuente de consumo esperado, creciendo desde un 58% del gasto en 2018 al 67% hacia el 2029. Ante esta realidad, el Subsecretario de Minería, Pablo Terrazas, señala que "hs futuros requerimientos de agua y energia por parte de la industria minera podrán a prueba nuestra creatividad en lo que se refiere al uso responsable de los recursos. Entre otras cosas, para responder a estos desafios presentes y futuros, como gobierno estamos trabajando a través de una mesa multisectorial en optimizar el uso eficiente de nuestro territorio potenciando ta utilización de infraestructura compartida en, por ejemplo, puertos y desaladoras".
Reparos del Consejo Minero
El Presidente Ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino, asistió hace algunas semanas a la Comisión de Recursos Hídricos del Senado para manifestar los reparos del gremio al Proyecto de Ley sobre el Uso de Agua de Mar para Desalinización. La iniciativa busca "regular ciertos vacios e imperfecciones legales que han quedado en evidencia con el aumento de proyectos para la implementación de plantas desalinizadoras". El ejecutivo expuso la oposición del Consejo a la calificación legal del agua desalada como Bien Nacional de Uso Público, ya que tendría carácter expropiatorio, lo que haría aplicables las restricciones constitucionales del caso. "Nuestra recomendación es rechazar esta propuesta, porque el interés público está debidamente resguardado mediante el otorgamiento de concesiones marítimas para plantas desaladoras y el ordenamiento del borde costero. Además, el agua desalada, al igual que el agua continental extraída bajo el amparo de un derecho de aprovechamiento, es de quien la desaló por contar con una concesión”, afirmó. La propuesta legal también propone que los solicitantes de agua de mar para desalinización especifiquen la cantidad de este recurso que requieren y justifiquen su finalidad. Al respecto, Villarino dijo que "estos requisitos ya están establecidos a nivel reglamentario, por lo que cabe preguntarse si es necesario replicarlos a nivel legal”. Otro de los vacíos que alegan los autores del proyecto es la "falta de atención al riesgo ambiental de la desalinización", afirmación que, a juicio del Consejo, no estaría bien justificada. “Mientras en el caso del agua continental solo algunos usos se someten al y el principal de ellos, la agricultura, no lo hace, en el caso de las plantas desaladoras todas se califican en el SEIA, de modo que los impactos ambientales son debidamente evaluados, mitigados y compensados”, planteó Villarino. Por último, hizo un llamado a considerar a las plantas desaladoras de agua de mar como una alternativa importante para solucionar la escasez de agua continental, y no como parte del problema.
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