ES MOMENTO DE ACTUAR
Tras el denominado “estallido social” del 18 de octubre de 2019, Chile ha vivido una transformación social histórica. En este desafiante contexto, es importante que la minería, el principal pilar económico del país, tome una actitud proactiva y muestre disposición a aportar en esta nueva etapa en desarrollo.
“Chile despertó” es la consigna emblema de los ciudadanos que desde aquel histórico 18 de octubre de 2019 han salido a las calles a dar a conocer su disconformidad con un país que destaca por su nivel de desigualdad. De acuerdo a un informe del Grupo del Banco Mundial en 2018, Chile figura en el séptimo puesto cuando hablamos de las naciones más desiguales a nivel económico en el mundo.
Es por ello que demandas como la salud, educación y pensiones, hacen eco transversal en los miles de manifestantes que han obligado al gobierno y el Congreso a cambiar la agenda y trabajar en las urgencias demandadas por la sociedad. Es este momento crucial en que la industria minera ha asomado en la discusión.
Algunos parlamentarios oficialistas han deslizado la opción de que este sector financie parte de algunas de las medidas que anunció el Ejecutivo en la denominada “nueva agenda social". De hecho, se ha barajado la opción de, si a propósito de la crisis, pedirles a las grandes mineras un aporte monetario, o hacer un cambio tributario permanente.
En tanto, sectores más críticos han manifestado la necesidad de nacionalizar los recursos estratégicos, entre éstos, los mineros, en el marco del Plebiscito 2020 que se realizará el próximo 26 de abril. Este proceso trae consigo una serie de dudas, ya que podría abrir una nueva etapa para la industria.
Sumado a ello, los cuestionamientos sobre el royalty minero, la protección de los glaciares, la participación de los pueblos originarios y la descentralización de los recursos; formarán parte del debate, y eso posiblemente sacará ronchas en la industria y en los sectores políticos.
En medio de este escenario, es importante que la minería tome una actitud proactiva y muestre disposición a aportar en esta nueva etapa en desarrollo. Que la vieja política de los desacuerdos no sesgue el objetivo principal de este nuevo camino que quiere pavimentar la sociedad: hacer de Chile un país justo, más igualitario, y donde la dignidad se haga costumbre.