EL POTENCIAL DE LA HIDROELECTRICIDAD EN CHILE
] unto con el inicio del año, se dio vida a la campaña "Chile se está secando”, a través de la cual el gobierno asumió estratégicamente la crisis hídrica, luego que el 2019 fuera uno de los años con menos recipitaciones de nuestra historia.
P En este contexto de cambio climático, el desafío es evidente y junto con ello, la necesidad de implementar una agenda pro inversión, que ermita mantener el agua disponible para todas las actividades.
P El caso del agua es bien complejo, pues se enmarca dentro del plan de descarbonización en el que nos obligamos a reemplazar fuentes de generación, por energías renovables y limpias. Por ello, no debemos olvidar la complejidad que enfrenta el país por la mega sequía producto del cambio climático, lo que implica una menor disponibilidad de agua en varias regiones. E e
hile cuenta con una geografía que favorece el desarrollo de nergías alternativas no excluyentes como la eólica, la geotérmica e idroeléctrica, lo cual nos presenta grandes oportunidades.
Aún en este escenario de escasez, la hidroelectricidad mantiene un rol fundamental en la matriz de generación. Sus atributos de energía limpia y accesible plantean un beneficio directo para las comunidades y finalmente para el país en su conjunto, al promover un uso compartido del agua entre distintas industrias y/o actividades.
Actualmente, existen minicentrales hidroeléctricas que suman al sistema más de 500 MW, que han financiado mejoras a la infraestructura de riego, aumentos en la capacidad de almacenamiento y mejoras en la red de distribución de aguas. Esto es clave para aprovechar un recurso cada día más escaso, y generar mayores capacidades para adaptarse al cambio climático.
Por ello, resulta necesario mejorar nuestro marco normativo, dotar de mayores y mejores capacidades al Estado y resolver dificultades en materia de permisos, disminución de tiempos de tramitación, de autorizaciones sectoriales y ambientales, entre otros.
Hoy existen proyectos que, teniendo lo necesario para ejecutarse, no son viables por la incertidumbre de los tiempos de tramitación o dificultad para la obtención de las licencias. A lo anterior, se suma a incertidumbre en torno a la modificación del Código de Aguas y a a Constitución, particularmente respecto de las propuestas de fijarle un plazo a los derechos de aprovechamiento de aguas, exponerlos a a caducidad u otros mecanismos que pueden sepultar la expansión hidroeléctrica.
Uestro desafío energético es reemplazar las centrales a carbón. Debemos aprovechar todo el potencial de la energía hidroeléctrica, desarrollando centrales de pequeña y mediana capacidad, por traer consigo beneficios menores impactos, y sobre todo, porque muchas de ellas contemplan la construcción de obras hidráulicas que mejoran la capacidad de almacenamiento y conducción de las aguas, que hoy más que nunca requiere nuestro país.
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Matías Desmadryl, socio de Carcelén, Desmadryl, Guzmán y Tapia Abogados