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Incorporar sistemas de riego tecnificado, limitar las plantaciones en laderas, cuidar las cubiertas vegetales y eliminar el sobrepastoreo ayudarán a evitar la erosión y la pérdida de capacidad de los suelos de producir alimentos.
Producto del cambio climático y de una agricultura intensiva, el suelo ha ido perdiendo cada vez más su biota y, con ello su capacidad de producir alimentos. El proceso de erosión deja abierto el camino a la desertificación, la que ya afecta a zonas de la Región Metropolitana y avanza hacia el sur. De ahí que se ha vuelto urgente evitar la erosión, la principal causa de la desertificación, con medidas que la prevengan ola detengan en etapas tempranas. Según Fernando Santibáñez, investigador del Centro de Agricultura y Medio Ambiente de la Universidad de Chile, una de las formas más básicas, pero de mayor efectividad, para evitar la erosión generada por la actividad agrícola es eliminar el riego por tendido o surcos e instalar sistemas de riego tecnificado. El hidrólogo Roberto Pizarro recomienda complementar con la construcción de diques o barreras
Transversales en las quebradas aledañas a los campos, las cuales permiten controlar el nivel y velocidad de escorrentía del agua y retener así los sedimentos que la corriente arrastra. Otra recomendación es hacer un manejo adecuado de las plantaciones en laderas, ya que por la forma en que se realizan pueden generar tasas de daño hasta 650 veces mayores que las ubicadas en zonas planas. PROTECCIÓN DEL SUELO Otra acción importante es el cuidado y protección de la cubierta vegetal del suelo. “Cuando no hay cubierta, la gota de lluvia rompe el suelo, sobre todo si son cortas e intensas”, explica Patricio González, investigador del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología, de la Universidad de Talca. Una de las formas más simples
Y efectivas de proteger la cubierta vegetal natural es incorporar capas de material orgánico. Una fórmula es compostar los residuos de cosechas de diferentes cultivos, como cereales (avena, centeno y cebada), leguminosas (lupino, arveja, haba, entre otras) y crucíferas (raps, mostaza), y aplicarlos al suelo de forma superficial. EVITAR SOBREPASTOREO Otra recomendación para frenar la erosión, especialmente de las praderas, es evitar el sobrepastoreo. Patricio González sugiere delimitar zonas del predio para el pastoreo, idealmente en cerros con poca pendiente. Asimismo, la ganadería regenerativa permite no solo evitar la erosión, sino que a través del manejo de la pradera se consigue incluso una mayor captación de carbono, equilibrando así el impacto ambiental producto de la emisión de metano propia de los animales.
LA OPCIÓN AGROFORESTAL Cuando el suelo ya tiene ciertos grados de erosión, existen alternativas que permiten reversar el proceso. Para Fernando Santibáñez una de las más útiles es utilizar sistemas agroforestales, que consisten en incorporar árboles y arbustos nativos y exóticos en los predios agrícolas. Así, por ejemplo, si lo que se busca es recuperar el suelo de un predio cerealero o dedicado ala producción de praderas, los expertos recomiendan establecer un sistema agroforestal que reemplace de manera temporal al cultivo principal. Para ello, una vez que se ha cosechado el cultivo principal, se deben establecer en esa superficie especies arbóreas, como acacia saligna y cassiaclosiana, y herbáceas, como phalaris y hualputra, las cuales no solo disminuirán la erosión, sino que también favorecerán la fijación de nitrógeno en el suelo.
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FLORENCIA POLANCO
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