Al extenso corte de agua en esta ciudad, historia repetida en Puerto Octay, se sumaron las legítimas demandas de un estallido social donde vándalos aprovecharon para destruir y generar destrozos como el edificio en el Kauak.
Ste 2019 estuvo marcado E por conflictos que revelaron diferentes caras de los osorninos: unas que nos enorgullecieron y otras que nos llenaron de rabia e indignación. El prolongado corte de agua potable en Osorno, registrado el 11 de julio por la contaminación del proceso de producción del vital elemento con petróleo desbordado de un generador en una planta de Essal, reveló la fuerza delos habitantes de esta ciudad, quienes indignados pero estoicos resistieron diez días de interrupción del servicio. Exactamente dos meses después, fueron los vecinos del sector bajo dela villa de Puerto Octay quienes, por contaminación del agua con diluyente, soportaron 21 días sin suministro. Las complejidades seguirían con el estallido social, que puso en evidencia justas demandas de millones de chilenos, cuyas necesidades han sido postergadas por décadas. El 19 de octubre comenzaron en Osorno multitudinarias y pacíficas movilizaciones. Sin embargo, al finalizar muchas deesas marchas se registraron saqueos y episodios de vandalismo protagonizados por delincuentes, quienes han provocado escenas de inusitada violencia que puso en riesgo los empleos de muchos osorninos y han dejado millonarios daños. Un ejemplo es el gran incendio del 12 de noviembre que afectó a locales comerciales y departamentos del edificio Kauak. He aquí algunos de los testimonios de sus protagonistas.
DIGNIDAD Luis Álvarez, presidente de la Asociación de Consumidores de Osorno (ACO), expresa sobre el corte de agua, que fue “una verdadera tragedia que afectó la dignidad de los osorninos y un hecho inédito lo que se vivió en esta ciudad, por la cantidad de días que estuvimos sin agua, lo que puso a prueba el carácter, la resiliencia para poder aguantar esta situación que afectó al 80% de los usuarios de la empresa, muchas familias con adultos mayores, personas postradas y niños”, lo que alteró significativamente la vida de casi 47.500 delos 51 mil hogares locales. Destaca que esto mostró el temple delos osorninos ante el corte más extenso vivido en una ciudad del país. Miles tuvieron que ir a buscar el líquido en puntos de abastecimiento en las esquinas. Valora que la gente también participó en marchas muy masivas y pacíficas, “en las que familias completas exteriorizaron su malestar y rabia”. Junto con estimar que “Essal no dio el ancho como una empresa abastecedora de agua potable para una ciudad como Osorno”, el inspector del Instituto Comercial añade que la Ley del Sernac vino a paliar esta situación entregando una compensación obligatoria, a lo que se suma un monto reparatorio adicional para los usuarios afectados de $63.250 , en proceso en tribunales. Pero recalca que “ninguna compensación va a cubrir el daño, molestia y afectación. ¿Cuánto cuesta nuestra dignidad? Notiene precio”, enfatiza. Acota que esta situación que vivió Osorno dejó en eviDe la emergencia, .. . las decisiones fueron muy erráticas, poco diligentes”
Luis Álvarez Presidente de la Asociación de Consumidores de Osorno
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María Isabel Triviño
Dencia cuán desprotejidos están los usuarios debido a la falta de una fiscalización más potente de estas empresas por parte de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS). Álvarez afirma que esto podría haber pasado en cualquier ciudad y momento, por la precaria infraestructura y forma de gestionar la distribución del agua, lo que insiste “debe cambiar, más allá si se queda o no Essal”, refiriéndose a la decisión que, considerando el informe de la SISS, deberá tomar el Presidente Piñera en eneroo febrero, respecto de sicaducará la concesión de la empresa. Junto con comentar que las autoridades regionales y provinciales se defienden señalando que la información que les llegó no adecuada, la verdadera y, en función de eso, no se tomaron buenas decisiones, sostiene que “al principio de la emergencia, los primeros 304 días, las decisiones fueron muy erráticas, poco diligentes y, por lo tanto, creo que no dieron el ancho para llevar adelante es-
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ta emergencia tan grave”. Y considera que las autoridades fueron “bastante condescendientes con la empresa”, se dejaron llevar por lo que Essal les informaba, añade, “e hicieron un papelón cuando vino el Presidente a anunciar la llegada del agua”, que horas después se cortó. “Esa fue la prueba más clara que el manejo de la emergencia no lo tenía el gobierno, sino que laempresa”, argumenta. Además, el representante de los consumidores osorninos concluye que “a partir de esto debemos sacar varias lecciones y comenzar a generar cambios importantes”.
CALIDAD El vertimiento de un diluyente, el 11 de septiembre, dejó sin agua potable durante 21 días a 2. 800 habitantes del sector bajo de la villa de Puerto Octay, suministro que es provisto por el municipio. Katia Vásquez, cuya familia está a cargo del Hotel Haase y el restaurante Baviera de esa villa, es la presidenta de la Corporación de Desarrollo Turístico de esa comuna, y recuerda que siempre han tenido problemas de calidad del agua, ya que algunos días salía turbia, problema en el cual influye la antigúedad de las cañerías. Cuenta que los afectó bastante, porquejusto se preparaban para el 18 de septiembre, que iba a tener 8 días de fiesta y contaban con reservas. Sin embargo, cuenta que a raíz del corte “el restaurante estuvosin atender público cuatro días hasta que pusieron el estanque, mientras que el hotel se mantuvo cerrado nueve”. Señala que si bien le parece positivo que se haya cortado el suministro para evitar que alguien consumiera el agua contaminada, también cree que las condiciones de seguridad de la planta no eran las óptimas, a lo que a su juicio se suma una falta de fiscalización. Asimismo, valora que desdeel día uno, la municipalidad puso camiones aljibes y repartió agua envasada casa por casa, pero estima que la casa edilicia debiera asumir las responsabilidades que le corresponden en este corte. En este sentido, Katia comenta que en algún momento el municipio solicitó información de las pérdidas económicas experimentadas por parte de las personas que tienen locales comerciales gastronómicos y hoteleros, que fueron las más afectadas. Pero indica que ello quedó en nada cuando comenzó el estallido social.
La representante gremial precisa que “asícomo en Osorno Essal respondió y hubo indemnización a cada ciudadano, creo queacá no corresponde porque no es privatizado (el suministro de agua potable), además, un 60 a70% de la gente de la villa de Puerto Octay no paga el agua (la cuenta) y el municipio no se los corta”. Y aunque piensa que sería bueno que quienessí pagan las cuentas de agua fueran indemnizados, agrega que tomando en cuenta que antes del corte el municipio se había ganado un proyecto para cambiar filtros, no considera que dicha reparación sea exigible dada la situación del municipio en términos económicos. Katia asimismo manifiesta el deseo de que la villa cuente con agua de óptima calidad, peroindica que falta el cambio de cañerías que requiere tiemnpo y dice que mucha gente no lo entiende. Lo que acota, sí han comprendido empresarios locales del rubro turístico, que han invertido en filtros y estanques a fin de contar con agua de calidad para poder atender alos visitantes. Y explica que “con el problema del agua vino menos gente, pero al menos algo. En cambio, en el estallido social no ha llegado nadie y el 19 de octubre empezaron a cancelar todas las reservas del hotel y del servicio de restaurante”, lamenta la presidenta de la Corporación de Desarrollo Turístico de Puerto Octay, quien añade que en estas últimas semanas, lentamente se está empezando a reactivar, lo que espera se mantenga.
INDIGNACIÓN Alas 22:30 horas del 12 de noviembre comenzó la noche de terror que vivieron Claudio Osman, su familia y todas las personas que habitan o trabajan en el edificio Kauak de Osorno, la que terminó con 6 departamentos incendiados y otros 20 afectados en menor medida. Según recuerda el miembro del directorio del Comité de Administración del recinto, hora estaba con su esposa Marcela Nallar, sus hijos José Ignacio y Paula, en el departamento del piso 14, cuyo balcón da a calle Ramírez y sobre los locales comerciales incendiados. Y, como todos los días, estaban viendo las manifestaciones quese producían en la plaza de Armas. “Había demasiada gente, pero no protestando. Hay que aclarar ese tema, porque la marcha había terminado y se empezaron a producir desmanes, como barricadas con las cosas que sacaron de Coopeuch y armaron un fuego enorme. Lo estaba grabando y en el relato dije que se iba a producir de una envergadura importante, pero nunca pensé que se iba a ver afectado el edificio Kauak y el Germania”, rememora. Y al ver que desdela tienda Chantilly comenzaba a salir un humo muy tóxico empezaron apreocuparse. Bajó a ver cuando llegaron los bomberos y se
Fue mucha angustia, por no saber qué estaba ocurriendo o lo que podía pasar” Claudio Osman
Residente y miembro del Comité de Administración del edificio Kauak
Y otros 20 afectados en menor
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Dieron cuenta que debían evacuar el edificio, ya que reventaron las llamas y las barandas de madera de los balcones comenzaron a arder por el calor. Cuenta que tiene 40 departamentos usados como oficinas y otros 40 residenciales. Esos últimos fueron evacuados y destaca que los residentes, muchos de la tercera edad, bajaron muy rápido y tranquilos, labor en la que destaca a su hijo, quien supo reaccionar por su experiencia como cadete de bomberos, y luego se sumaron voluntarios bomberiles. Y si bien el departamento resultó con inundación de agua, humo y vidrios quebrados, opina que “la sacamos barata, porque el incendio afectó hasta el piso 17. Creo que tuvimos mucha suerte y también fue gracias a mi señora, ya que no teníamos cachureos o cosas en el balcón, las que al arder contribuían a que agarrara
temperatura, se quebraran los vidrios y luego se quemaran los departamentos”. “Fue mucha angustia, por no saber qué estaba ocurriendoolo que podía pasar. Aparte que uno veía fuego y departamentos que empezaban a arder. Y hay que darle las gracias a bomberos que combatieron al mismo tiempo los incendios en departamentos y el que se estaba produciendo en los locales. Fue un trabajo muy arduo”, recalca. A días de volver asu departamento, reflexiona que “nose entiende cómo tanto odio. En menos de un mes nos cambiaron el país”, expresa con dolor Claudio Osman.
ORGULLO Marcelo Millar, comandante del Cuerpo de Bomberos de Osorno, recuerda el que ha sido el incendio más grande provocado en el contexto del estallido social. Junto con calificarlo como “muy violento”, menciona que el siniestro afectó, inicialmente, a un edificio donde había 4 locales comerciales en el primer piso, y oficinas en un segundo piso y un altillo, entre las cuales había algunas de contabilidad y abogados, entre Otros. Además, confirma que el incendio parte en el local de Coopeuch, se propaga al resto
de la construcción en cuyo interior había gran cantidad de materiales combustibles, pues había una tienda con muchas telas almacenadas. Además, el edificio tenía frontis de cemento, con una gran superficie y una estructura de madera muy antigua, a la que se sumaba un subterráneo del mismo porte. Explica que, por ello, “reunía todas las condiciones para que fuera un incendio bastante grande y así fue, producto de la radiación de calor y la intensidad del fuego, se vio afectado el edificio Kauak donde hubo 6 departamentos destruidos en su totalidad”. Recuerda que tuvieron que evacuarlo completamente y, raíz del siniestro quedó sin energía eléctrica, fue bastante dificultoso subir los más de20 pisos que tiene para evacuar a las personas, pues había gente que no quería salir y la mayoría de quienes viven ahí
son adultos mayores. Relata que también evacuaron el edificio Plaza Germania, pues parte de su techumbre había empezado a arder, producto de la radiación de calor En cuanto a la labor de los voluntarios, destaca que en el interior del edificio Kauak trabajó personal de la Tercera y la Sexta Compañía, y en el Plaza Germania bomberos de la Primera Compañía lograron evitar daños mayores en la estructura del edificio. El comandante, quien estuvo al mando desde que el incendio partió cerca de las 22:30 horas hasta que terminó su primera etapa (alrededor de las 6:30 de la mañana), dice que después hubo rebrotes durante dos días en distintos horarios, en los que unos 300 bomberos de las ocho compañías trabajaron con apoyo de camiones aljibes del municipio y del Cuerpo de Bomberos de
San Pablo y Río Negro. “En este incendio se mostró toda la capacidad del Cuerpo de Bomberos de Osorno y la entereza para trabajar durante tres días”, comenta Millar. Tras indicar que hubo dos voluntarios con lesiones menores, resalta lo complejo que es trabajar por horas en la escala a32 metros pues hay que tener el manejo de la situación, el control de la emergencia y saber hacer una labor que no cualquiera puede realizar. “Una de las falencias que tenemos es una escala mecánica de mayor altura, para combatir estos incendios. Lo habíamos planteado 2 meses antes y estábamos en tratativas. Ocurrió este incendio, seapuraron las cosas y mediante Fondo Nacional de Desarrollo Regional se financiará el proyecto de una escala de 42 metros quese entregará el 2021”, valora el comandante Marcelo Millar. C3
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