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Por |. Badal y C. Rivas
a plataforma digital inglesa Richtopia. Com publicó la edición 2018 de su rán- king “Las 200 empresas de relaciones públicas más influyentes del mundo”. La lista —elaborada sobre la base de la influencia que tienen en redes sociales— es liderada por Ketchum PR, de EE.UU. Con presencia en más de 70 países. No está en Chile, pero entre las otras agencias ranqueadas, 13 sí lo están, ya sea con oficinas propias o a través de asociaciones. Un fenómeno de internacionalización que también es visto en otras industrias, como por ejemplo las oficinas de abogados. “Las agencias globales van a seguir creciendo, porque los servicios que ofrecen son cada vez más similares en distintos lugares. Las multinacionales quieren tener una consistencia comunicacional, por lo que requieren que las mismas políticas se apliquen en los distintos lugares donde están, y en eso las agencias globales tienen más experiencia”, describe Daniel Halpern, académico de la Facultad de Comunicaciones de la UC. Si bien reconoce que las diferencias culturales entre distintos países pueden
ser una fortaleza para los actores locales, afirma que ello cada vez es menor, “porque nos hemos ido formando culturalmente más iguales, sobre todo en las nuevas generaciones”. Como ejemplo, menciona el contenido de Netflix, que es igual en muchos lugares. Entre las agencias internacionales con presencia en Chile, desde Llorente €: Cuenca, la directora ejecutiva Constanza Téllez comenta como una ventaja que “las firmas internacionales podemos acceder mejor a las últimas tendencias, dar respuesta con técnicas y herramientas innovadoras e, incluso, poner al servicio de nuestros clientes los profesionales más especializados de otros países”. Pero no es el único camino. Entre las agencias chilenas más renombradas, como Tironi, Imaginacción (de Enrique Correa) o Azerta (de Cristina Bitar), no hay asociaciones con firmas internacionales.
“En ellas hay personas re- conocidas, que han creado una agencia a su alrededor y que ya tienen mucha experiencia propia. Sus clientes confían en ellos”, describe Halpern. También hay casos de agencias chilenas que han salido al exterior. Azerta, por ejemplo, desde hace un año instaló una oficina en Perú, que funciona con socios locales. “Hay clientes que encuentran fantástico que los podamos atender en ambos mercados”, dice Felipe Edwards, socio de la agencia.