Cuando muere un lonko
Pedro Canales Tapia.
IDEA-USACH El 28 de febrero recién pasado falleció, producto de un paro cardiaco, don Luis Huaiquimil, Lonko de la comunidad Gallardo Tranamil en Rulomapu al sur oeste de Nueva Imperial. Un momento difícil y triste para la familia y la comunidad que lo respetaba y admiraba.
De don Luis se pueden enunciar muchos comentarios. Sin embargo, y a modo de reflexión-homenaje postumo, me centraré en cuatro ¡deas principales. Lo primero se refiere a la comunidad Gallardo Tranamil. Don Luis fue Lonko en sus últimos años de vida de esta comunidad, que recibió su Título de Merced el año 1900 -luego de consumada la ocupación militar del territorio mapuche por parte del ejército chileno hacia 1883por el mismísimo Gallardo Tranamil, señor de las tierras de Rulo, del cual hemos escrito antes. En este sentido don Luis mantuvo vivo el peso de la historia y memoria de los antiguos mapuche entre las nuevas generaciones; dejando claro el valor de ser mapuche y de perseverar en la defensa de lo propio.
En segundo lugar, este Lonko que se ha ido a Wenumapu, al cielo, fue un verdadero Kimche, un hombre sabio. En 1995 lo conocí, al igual que otros señores de Rulo haciendo mi tesis de grado sobre la comunidad. Con don Luis aprendí, sin libros intermediarios, el peso y daño del "extraccionismo científico" en trabajos de campo propios de las ciencias sociales. Me aclaró que muchos investigadores habían desfilado por su casa para preguntarle acerca de los saberes mapuche (Kimün), desapareciendo posteriormente para nunca más saber de ellos y ni de tan relevantes estudios. Me pidió que yo no hiciera eso y que volviera a Rulo siempre. Asi lo hice, y mi amistad con él permaneció hasta el día de su muerte. Hoy le doy gracias por tan gran lección de vida.
En tercer lugar, como profesor de su hija/nieta Rosita Alejandra, pude conocer otras dimensiones de don Luis. El marido, padre, abuelo, amigo, vecino. En este sentido resalto el trato el trato afable, cordial y tierno con su familia. Con su compañera de vida, la Sra. Elvira, sus ocho hijos y más de veinte nietos y siete bisnietos. Un hombre justo, honorable como los antiguos mapuche; cuya palabra era fundamental en sus compromisos y vínculos. Entendió que la educación y la escuela eran lugar importantes para los mapuche, su formación y el poder defenderse de la alteridad chilena abusiva.
En cuarto lugar, por último, consignar que la figura de don Luis será recordada por generaciones y generaciones que hoy están valorando y atesorando la riqueza que implica ser parte de un pueblo como el pueblo mapuche. En esta línea argumentativa, don Luis es un ejemplo de consecuencia y decisión frente al peso del colonialismo chileno, el racismo discursivo y la violencia contra los mapuche en particular y todos los pueblos indígenas dungün como idioma propio y de la cultura toda.
apaga y del doCuando un Lonko muere una comunidad se remece; una memoria se lágrimas brotan lor de la partida. Frente a este triste cuadro, también emergen fuerzas colectivas, convicciones y sentido de pertenencia. Los nuevos mapuche, los jóvenes y niños, los que viven en la ciudad y "pareciera" que ya no quieren ser mapuche, ellos y muchos más comienzan a caminar por la senda que don Luis caminó.
en general. Sin duda que la vida de este Lonko es señera marca un camino: el camino de la revitalización del mapuA los 92 años nos dejó este querido Lonko; fue testigo de casi un siglo de historias, siempre precarizadas, marcadas por el abuso y la burla contra los mapuche, sin embargo su aura de dignidad y su voz clara y precisa permiten vislumbrar en el horizonte, el nacimiento de nuevos Lonkos, Kimche y Machi...
Descanse en paz don Luis.