2019, UN AÑO HISTÓRICO
Este año, el estallido social que se tomó las calles de Chile desde el 18 de octubre, marca un “antes y un después” en la historia del país. En esta coyuntura, las industrias minera y energética no pueden quedar ajenas a las transformaciones que demanda la ciudadanía.
Resulta difícil hacer un balance de lo que fue este 2019 cuando a sólo dos meses de terminar el año, el país dio comienzo a un estallido social que, hasta el cierre de esta edición, continúa. Las manifestaciones se han hecho sentir de Arica a Punta Arenas, solicitando una serle de demandas que atraviesan pilares fundamentales para la vida de un ciudadano, como lo son la educación, la salud y el sistema de pensiones.
En medio de este complejo contexto, las industrias minera y energética han estado en el centro del debate. Sólo basta recordar la polémica sobre la incorporación de medidores inteligentes en los hogares de Chile, y el alza en los precios de las cuentas de la luz. Para algunos representantes del sector, la molestia que generaron estas medidas en la ciudadanía, podría ser interpretada como un adelanto de la crisis social que se avecinaba.
Pero eso no Las manifestaciones también han cuestionado la manera en que se desarrolla la minería. Las nuevas exigencias ambientales, la discusión sobre la crisis hídrica que azota al país, y el cuidado y manejo de los glaciares; son algunos aspectos que la sociedad ha puesto en el debate.
Sumado a ello, cobra especial importancia la propuesta que realizaron parlamentarios oficialistas respecto a que la industria minera financie alguna de las demandas sociales, por medio del ajuste al impuesto específico a la o algún otro mecanismo similar.
Con esta propuesta en pleno desarrollo, ambos sectores cierran el 2019 con más interrogantes que respuestas. ¿Será que en 2020 estas industrias deberán realizar cambios importantes para estar en línea con las demandas sociales y el proceso constituyente que se avecina? Sólo queda esperar para saber si estos rubros acogen las demandas de una ciudadanía que despertó. Es de estimar que estén a la altura del nuevo Chile que comienza a construirse.