Frente a los desafios ambientales y sociales del agro, nace un nuevo sistema de entrega de capitales a las empresas, el que está atado a la captura de CO. , el uso de energías renovables y buenas prácticas laborales gana terreno en Chile.
Dmundo Valderrama, junto a sus socios de Agrisur, tiene 160 hectáreas de castaños en El Carmen, en la Región de Ñuble. El cultivo de ese fruto está surgiendo como una alternativa rentable para la zona precordillerana. Las personas detrás de la empresa decidieron añadirle un elemento diferenciador: convertir el huerto de convencional a orgánico. Les queda un año para terminar la transición. El objetivo de los socios es lograr mejores ventas en Europa, donde se valora esa forma de producción de alimentos. Aunque la meta está cerca, todavía falta. Por lo pronto, Agrisur tiene que conseguir el financiamiento del día a día. —Estamos creciendo fuerte y necesitamos capital de trabajo para sostener ese incremento —afirma Valderrama. Para los bancos, los mayores costos y riesgos de los cultivos orgánicos son puntos en contra a la hora de evaluar un crédito. Este año, sin embargo, los socios de Agrisur tuvieron a un aliado financiero inesperado. La plataforma de financiamiento Doble Impacto se apareció en su camino. El organismo comenzó a operar a fines de 2016 y entrega préstamos a proyectos empresariales con un impacto
positivo para el entorno, incluyendo el medio ambiente. —No se trata de filantropía, sino de generar rentabilidad —afirma Gerardo Wijnant, responsable del área Medio Ambiente de Doble Impacto. El capital proviene de personas, familias y un fondo de inversión, interesados en promover un desarrollo económico integral. Las instituciones financieras tradicionales también se están subiendo al desafio de la preocupación por el entorno.
—En la actualidad, nadie te va a financiar un proyecto que tiene un impacto ambiental negativo. Es el piso para obtener cualquier financiamiento —sostiene Paulo Escobar, CEO de Bioinsumos Nativa.
DESARROLLO EQUILIBRADO Gerardo Wijnant explica que un grupo de profesionales holandeses comenzó en los años 70 a cuestionar el sistema financiero. Con el objetivo de rentabilizar al máximo el capital, se colocaban préstamos en las
iniciativas que generaban más ingresos. Hasta ahí todo marchaba bien, el problema se presentaba al examinar el efecto que provocaba en el medio ambiente, por mencionar una externalidad. Financiar una industria que contaminaba podía ser bueno para el prestamista, pero malo para la sociedad, incluyendo a las personas que tomaban la decisión de entregar el capital, así como sus familias y descendientes. Pero —a veces como discurso y en otras oportunidades como exigencia básica o como objetivo final— el uso delos recursos financieros para promover conductas responsables con el medio ambiente entró en escena. Para el ejecutivo, el agro está en primera fila en el cambio del financiamiento. —Hay una tendencia mundial, especialmente en Europa, a que las
EDUARDO MORAGA VÁSQUEZ
Personas consuman alimentos en forma más responsable. La gente quiere saber en qué condiciones se produjo. Si los agricultores no son sostenibles, van a perder mercados. Financiamiento para el uso de energías renovables en el riego, la transición de agricultura convencional a orgánica o de captura de CO» a través del cuidado de bosques son algunas de las nuevas alternativas. De hecho, el Fondo Verde del
Clima también dispone de recursos para apoyar proyectos en algunas de estas áreas. En Chile, en el caso del Estado, las Comisión Nacional de Riego, CNR,
ha puesto énfasis en el uso de energía fotovoltaica e hidroeléctrica generada en los propios campos para financiar los proyectos de riego tecnificado que postulan. En 2018, por ejemplo, se financiaron 153 que incluyeron energía solar y cuatro con centrales de pasada, equivalentes a 858 kW de potencia. El financiamiento involucrado no fue menor: 457 millones de pesos.
FINANCIAMIENTO PARA BOSQUES
La semana pasada la FAO anunció la entrega a Chile de US$ 63,6 millones para proyectos que cuiden los bosques. Dentro del combate al cambio climático, la captura de CO» de la atmósfera es una de las actividades centrales. “Los beneficiarios corresponden a pequeños propietarios forestales, los que podrán optar al financiamiento mediante un concurso público y presentación de proyectos”, sostiene José Manuel Rebolledo, director ejecutivo de Conaf.
NUEVAS EXIGENCIAS Edmundo Valderrama explica que los profesionales de Doble Impacto visitaron el campo de Agrisur para examinar su proyecto de castañas en vías de ser orgánicas. Junto con analizar las cifras del negocio, los encargados de la plataforma de financiamiento también estudiaron el tipo de contrato que tenían sus trabajadores, así como las relaciones de la empresa con la comunidad. —Como son temas que nos preocupaban desde antes a los socios, no fue difícil pasar esas exigencias —sostiene Edmundo Valderrama. Gerardo Wijnant explica que un primer filtro es determinar si el proyecto de la empresa es viable financieramente, si tiene una buena gestión y si existe un mercado para que sea un negocio que perdure en el tiempo. Tienen que ser muy rigurosos en ese aspecto, pues detrás está el capital entregado por los inversionistas. Sin embargo, ese es el piso de exigencia, perfectamente el comité de crédito de Doble Impacto puede bajarle el pulgar a un proyecto muy rentable, —Lo que nos importa es el impacto social, ambiental o laboral que pueda tener la empresa. Que contribuya a un mundo mejor.
US$ 63,6
millones entregará la FAO para el cuidado de los bosques