Statu quo
Vivimos un momento trascendental en la historia de Chile, sin duda. Nadie en el territorio nacional puede mantenerse al margen de la coyuntura que enfrentamos. El discurso errático del gobierno en las últimas semanas no ha hecho más que apagar el fuego con bencina. Y basta pensar en nuestra zona. Que en comunas tranquilas como Quillota, La Cruz, Limache, La Calera, Olmué y Nogales se alcen manifestantes mostrando su descontento sólo es la evidencía de que el statu quo no puede continuar. Con estas líneas, en ningún caso valido como forma de expresarse la violencia y destrucción de un grupo reducido de delincuentes en relación a la gran multitud de personas que han dado a conocer su molestia ante los abusos que se cometen en la sociedad con manifestaciones, jornadas de reflexión y cacerolazos. El problema es que con facilidad se cae frente al noticiario que muestra los daños de los delincuentes y no a las personas caminando alegres y sin molestar a nadie. La opinión del televidente prefiere quedarse en el análisis de la forma
y no del fondo. Que estemos así como país no es casualidad, tampoco la responsabilidad es únicamente de este gobierno, que la tiene y no lo excusa de lo que ocurre, pero que es uno más de los culpables de mantener esta situación y empeorarla con su abulia. Y si bien, a nivel nacional se critica el abuso de las pensiones, los altos sueldos de los parlamentarios, la poca empatía de esta “clase política” con sus representados, la corrupción y evasión a gran escala, los problemas que vive nuestra región están lejos de ser pocos. Enumeremos: El primero y más urgente sin duda es la escasez hídrica a raíz de la sequía que nos afecta y que ha permitido visualizar otros problemas como lo son el acaparamiento de agua, la extracción ilegal, la explotación de áridos en la ribera del río y la muerte de la flora silvestre; segundo, la permanencia de centrales termoeléctricas que han dañado el medio ambiente local, entregando migajas reparadoras a los vecinos de los sectores más perjudicados, pero que son pan para ahora y hambre para mañana.
Tercero, el crecimiento del parque automotriz, que trae ligada la contaminación y la congestión, que no va a disminuir al tener una planificación urbana con calles con pocas posibilidades de ampliarse y una Avenida 21 de Mayo que en estos momentos es el mejor acceso gratuito entre Quillota y La Cruz. Cuarto, la delincuencia que afecta a todos los chilenos y que en nuestras comunas existe desde siempre, pero que últimamente ha hecho aumentar la sensación de inseguridad de quienes vivimos en la provincia. Se me quedan otros, como lo son el crecimiento inmobiliario a costa del uso de zonas agrícolas, la cesantía, las dificultades en el acceso a la salud y tantos más. Para finalizar, es momento de que las autoridades nacionales, regionales y locales comprendan que lo que vivimos será un episodio que quedará escrito en los libros de historia y que será el tiempo el encargado de juzgar si sus respuestas estuvieron a la altura de lo que se demanda.
Claudio Bavestrello Ruz Profesor de Historia y Geografía Universidad de Playa Ancha