Advierten que casos como Petorca y Acúleo serán cada vez más recurrentes si no se toman medidas: Se necesita mucho más para enfrentar que una lluvia otoñal actual escasez hídrica Investigadores proponen hacer un recambio a cultivos con menos demanda hídrica, reutilizar aguas residuales y generar una cultura que valore este recurso.
Un recambio de cultivos por otros de menor demanda hídrica evitaría las consecuencias ambientales y sociales que están dejando las plantaciones de palta en Petorca y alrededores.
Mirada al 2030 El proyecto Escenarios Hídricos 2030 reúne a 40 instituciones que, entre otras cosas están construyendo hojas de ruta con propuestas basadas en la realidad de las cuencas de los ríos Copiapó, Aconcagua, Maipo, Maule, Lebu y Baker. Estas se entregarán a fin de año a las autoridades como insumo para la creación de políticas hídricas en Chile.
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PAULA LEIGHTON N.
Si se trata de rankings, Chile aparece en uno poco envidiable: según el Instituto de Recursos
Mundiales, el país ocupa el lugar 24 entre las 33 naciones del mundo con mayor riesgo hídrico para 2040.
La falta de agua para consumo humano y de pequeños agricultores en Petorca y la desaparición de la laguna de Acúleo no son hechos aislados, sino ejemplos que se irán multiplicando. Esto son "una alerta que nos dice 'ojo, como país debemos avanzar para saber cómo están nuestros recursos y cómo queremos seguir avanzando" advierte Camila Álvarez, investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y de la U. Austral de Chile.
"Este tipo de sucesos se van a volver cada vez más recurrentes si seguimos gestionando el agua con las prácticas que tenemos hasta ahora", coincide Ulrike Broschek, subgerente de Sustentabilidad y líder de Escenarios Hídricos de la Fundación Chile. Y es que lluvias como las que cayeron desde el lunes en la zona central no solo son cada vez más esquivas, sino que el escenario se ve agravado por patrones de extracción irracionales y falta de una cultura del agua que permita hacer un uso más sustentable de este recurso, coinciden las expertas. Génesis y soluciones La misma preocupación llevó a 18 premios nacionales y cuatro rectores de universidades a redactar el Acta de Tarapacá, documento que entregarán a la Presidencia pidiendo "revertir las malas prácticas en el uso del agua y garantizar su acceso como un derecho inalienable para futuras generaciones" (ver nota relacionada). Mala planificación en el uso del agua, ausencia de proyecciones de cambio climático y falta de mediciones y datos que permitan estimar cuánta agua entra, se almacena y sale o se extrae de los acuíferos para así establecer qué cuencas están más afectadas, son parte del problema, dice Álvarez. A esto se suma "el sobreotorgamiento de derechos de agua a nivel nacional, y que supera en cinco a seis veces la disponibilidad real de agua" advierte Broschek. Ambas coinciden en la urgencia de un abordaje territorial y multidisciplinario, especialmente considerando que solo a nivel estatal en Chile hay unas 40 instituciones que tienen que ver con gestión del agua (ver recuadro). Tanto los firmantes del Acta de Tarapacá como las expertas del (CR)2 y Fundación Chile llaman a establecer una cultura del agua que, a través de programas de educación ambiental y participación ciudadana proactiva, lleve a la población a valorar y hacer un uso adecuado de este recurso. Analizar nuestro patrón de desarrollo es otro aspecto clave. "A nivel nacional, más del 80% del agua se usa en la agricultura. Este es el sector que tiene que generar el mayor cambio" señala Broschek, quien advierte que el plan de Chile de convertirse en una potencia alimentaria incrementa la presión sobre el agua, recurso vital para la industria exportadora de frutas, verduras, salmones y vino. "La pregunta es cómo sostenemos ese nivel de producción si hoy vemos que está yendo en desmedro de las reservas de agua. ¿Podremos sostener ese nivel de exportación y qué impacto puede tener nuestra economía interna?". Para estimarlo agrega, es necesario "incorporar el agua en la ecuación". Y también el cambio climático, añade Álvarez. "Necesitamos formas de agricultura más sustentables, que en su planificación incorporen proyecciones climáticas, porque hay zonas que a futuro estarán en escenarios distintos, lo que requiere planear mejor el tipo de cultivo". Algunos más "estratégicos", por su menor consumo hídrico pueden ser olivos, manzanos higueras y ciertas variedades de uva. El Acta de Tarapacá propone también "instaurar una cultura hídrica que adopte innovaciones tecnológicas". Tras vivir sus propias crisis hídricas, países como Israel, Singapur y Australia ya lo hicieron, por lo que "no es necesario inventar la rueda", señala Ulrike Broschek. Algunos ejemplos incluyen la reutilización de aguas grises y residuales —incluso las servidas que hoy se van al mar— para riego agrícola u otros destinos, y las recargas de acuíferos aprovechando aguas lluvia que hoy se van al mar a través de colectores.
Un llamado de alerta desde el desierto de Atacama
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Científicos reunidos en el Acta de Tarapacá llaman a cambiar la percepción que la sociedad tiene del agua. Además de reducir el uso de acuíferos, utilizar fuentes alternativas y racionalizar su consumo.
RICHARD GARCÍA El problema del agua en Atacama es crítico, asegura el arqueólogo de la U. de Tarapacá, Calógero Santoro promotor principal del Acta de Tarapacá, documento que tiene por objetivo que el Estado de Chile y la sociedad en general reconozcan el agua como un recurso no renovable y un derecho inalienable. El documento será suscrito en Santiago, el próximo lunes, por un grupo multidisciplinario de académicos, incluyendo 18 premios nacionales, y luego entregado en La Moneda como carta al Presidente Sebastián Piñera. Santoro encabeza el proyecto "Escallonia", de Conicyt, que reúne especialistas de distintas disciplinas, como arqueólogos, biólogos, paleoclimatólogos y antropólogos de las universidades de Chile, Católica, Alberto Hurtado y Tarapacá, y el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza). Tras años de investigación en el desierto, llegaron a la conclusión de que el agua que se extrae desde las napas subterráneas es superior a la que se recarga de manera natural, por lo que buscan llamar la atención del Estado y de la sociedad con miras a generar una revaloración social, un cambio de percepción, de actitudes y prácticas sobre el agua, y así mitigar el impacto humano en el desierto más árido del planeta. La última sobrecarga de agua en la zona del desierto ocurrió hace entre 17 mil y 10 mil años, cuando las condiciones climáticas regionales eran más húmedas que las actuales, según pudieron comprobar los científicos. "Hoy en cambio, estamos contribuyendo a que sea el paraje más seco y estéril del planeta y transformándolo en un espacio inhabitable", señala el documento. Aunque la investigación se ha centrado en Tarapacá, Santoro dice que sus recomendaciones son a escala nacional porque el problema abarca a todo el territorio. El documento plantea que el agua debería desprivatizarse y desmercantilizarse, lo que el arqueólogo Calógero Santoro cree que debería hacerse en forma paulatina. Recomienda, además, establecer políticas públicas que sistemática y progresivamente reduzcan la extracción de aguas desde los acuíferos, que incrementen el aporte de nuevas fuentes (como desalinización de agua de mar o la condensación de camanchaca) y que incentiven el uso responsable del recurso en todos los ámbitos de la sociedad. Santoro aclara que no es un tema de echarle la culpa a alguien. Es un problema de toda la sociedad. "No es un tema de ecologistas. Es un problema que si no se resuelve, afectará a la economía; si no hay agua, todo colapsa". f™™
Quiénes apoyan
Entre los firmantes del Acta de
Tarapacá figuran seis premios nacionales de Ciencias Naturales seis de Historia, dos de Geografía, uno de Ciencias Exactas, uno de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, y uno de Conservación.
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__ [ • *>*****«. , . , ' La extracción desmedida de agua de los frágiles acuíferos es uno de los mayores problemas de Tarapacá. Uno de los afectados habituales ha sido el salar de Llamara, en la foto.
CAMILA ÁLVAREJyüB»! 11 fiftlih'o de Ciencia def Clima y la Resiliencia
Wm éé Tenemos que sentarnos todos los usuarios y actores y planificar un futuro con un desarrollo productivo sustentable en el tiempo y lo más diverso posible". Ww Es fácil desconectarse y echarles la culpa a otros, a la agricultura o la sequía. Pero todo lo que hacemos deja una huella hídrica, por lo que también somos responsables de hacer nuestro aporte individual" Ríos sin agua, como lucía en enero de 2017 el Maule, y plantaciones secas por falta de lluvias y riego se volverán escenarios habituales si no se toman medidas a tiempo. ULRIKE BROSCHEH Fundación Chile