Hasta seis días de adelanto r •? Tfv f obtiene la cereza royal dawn bajo niacrofímeles en Palquibudi, Rauco.
GRANDES DESAFIOS
POR LA EXPANSION
DE LOS TECHOS La protección del clima y una mejor calidad de la producción los hacen atractivos. Sin embargo, se requiere más investigación en el manejo agronómico, variedades y portainjertos, así como un mayor apoyo financiero. EDUARDO MORAGA VÁSQUEZ
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•. \ 10 mil DÓLARES por hectárea es el costo mínimo de techar un huerto.
José Flores se arriesgó.
Hace cuatro años, el agricultor de Palquibudi, a medio camino entre Curicó e Iloca, en la comuna de Rauco, Región del Maule, decidió poner parte de su producción frutícola bajo macrotúneles. Las estructuras metálicas de techo curvo y cubiertas de plástico fueron su opción para comenzar a proteger a sus arándanos.
La elección de esa tecnología tenía un objetivo claro: adelantar la producción. Las condiciones climáticas al interior del túnel permiten salir cerca de dos semanas antes de lo habitual.
—La variedad que está bajo túneles fue desarrollada en Florida, por lo que están más adaptadas a las condiciones que se experimentan bajo techo, como por ejemplo una mayor humedad y más temperatura. El resultado ha sido positivo, pues se logró el adelantamiento y, además, estamos consiguiendo una mejor calidad en los arándanos —afirma el fruticultor palquibudino.
Con la salida anticipada se metió en la parte inicial de la temporada, con el objetivo de obtener mejores precios por sus berries.
El resultado entusiasmó a Flores y su padre, con quien comparte la propiedad de la empresa agrícola que maneja 17 hectáreas de arándanos.
Lo que partió como un proyecto experimental, ya suma nueve hectáreas del berry bajo macrotúneles.
Sin embargo, ese no es el fin de la historia de los Flores con la producción bajo techo.
La familia también tiene 50 hectáreas de cerezos.
En forma paralela a los arándanos, decidieron experimentar con una hectárea de cerezos. Hoy ya llevan 9,5 hectáreas.
Mientras en los berries hay experiencias en varios lugares con esa tecnología, experiencias con cerezos son casi inexistentes.
Los que hay son techos de plástico, pero su uso todavía es marginal dentro de la superficie cerecera.
—Una de las variedades que tenemos es sensible a las lluvias, por lo que necesitábamos protegerla. También estaba la posibilidad de adelantar la cosecha —recuerda José Flores.
Lo novedoso de la iniciativa motivó a que se realizara una investigación de posgrado en la Pontificia Universidad Católica.
Hasta ahora los resultados han sido menos espectaculares que con los arándanos —con cerca de cinco o seis días de adelanto— pero tienen conforme al agricultor que ha seguido creciendo con ellas bajo macrotúneles.
Mientras tanto, Flores sigue acumulando experiencia e información.
La producción bajo techo está en pleno despegue. Des
de las semillas que necesitan aislamiento, hasta arándanos que buscan ganar semanas de la temporada, o cerezas que buscan protegerse de la lluvia.
También la geografía se amplía, desde el límite con Perú, en la pampa Concordia, hasta Puerto Williams en Tierra del Fuego.
—Estamos en un momento similar al que se vivió algunas décadas atrás cuando '«»o> se introdujo el riego tecnificado. Los escépticos decían que en Chile había suficiente agua y que una inversión tan alta no se justificaba. ¿Qué pasa ahora? Es imposible pensar en un proyecto frutícola que no tenga incorporado el riego por goteo —sostiene Christian Abud, presidente de Abud y Cía., empresa de investigación y asesorías frutícolas.
Abud afirma que de aquí a 2040, sino antes, todos los proyectos frutícolas tendrán algún sistema de protección física de las plantas, desde mallas a techos, pasando por invernaderos o túneles.
De hecho, en una decisión estratégica giró la investigación de su empresa a ese tipo de tecnologías y su implementación en Chile.
—Se trata de avanzar a una agricultura segura. El productor vive en medio de la inseguridad: no controla los precios ni el clima. Trabajar con algún tipo de protección en los frutales permite darle sustentabilidad al proyecto agrícola —sostiene Abud.
I ALTA INVERSIÓN Pablo Vial, ejecutivo de Haygrove Chile, trabaja en el rubro de la protección física de plantas y tiene claro los cambios en los últimos años.
—En Chile la oferta de productos se ha sofisticado, las tecnologías han dado un salto importante frente a lo que había hace 10 o 15 años.
Plásticos con funciones específicas o estructuras que se adaptan mejor a las necesidades del agricultor, mayor servicio de posventa, son parte de los cambios del negocio en los últimos años.
Es que el mercado frutícola, el principal usuario de estas tecnologías, también es cada vez más exigente. Los consumidores están interesados en comprar fruta, pero tiene que ser de alta calidad.
El producto que no cumple los estándares tiene un piso inferior a los de una década atrás, por eso un manejo cuidadoso en el huerto puede marcar la diferencia entre un agricultor que escribe sus resultados en rojo o en azul.
En algunos casos, las estructuras sobre el huerto prometen mover la fecha de cosecha, otorgando al fruticultor la posibilidad de llegar a un mercado más despejado.
En países más desarrollados, además, el movimiento
de la cosecha es visto como un elemento importante en el manejo de mano de obra. En situaciones de estrechez en el número de trabajadores, cosa cada vez más frecuente en Chile, permite aplanar el peak de cosecha.
Una oferta de más semanas 0 días de contratación en un mismo lugar siempre es más atractivo para los trabajadores.
Sin embargo, se trata de inversiones importantes. Una hectárea bajo techo puede requerir inversiones que van desde los US$ 10.000 hasta los US$ 50.000. Más aún, cada tres o más años hay que cambiar los plásticos desgastados por el clima.
De ahí que los agricultores se tomen con calma la decisión de a qué método de protección apostar sus recursos.
La ecuación de qué estructura levantar o qué materiales usar es diferente para cada realidad productiva.
—No existen soluciones únicas, dependen de los objetivos productivos y comerciales. Además hay que agregar las variables de la zona geográfica, la especie y del clima específico en que está el huerto. Por eso es importante que los agricultores elijan proveedores que los asesoren en la decisión de qué comprar y que tengan un buen servicio de posventa —sostiene Pablo Vial.
1 MÁS INVESTIGACIÓN Gabriel Sellés tiene una reconocida trayectoria como J investigador de riego en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA. Sin embargo, en los últimos años cada vez más ha explorado la agronomía bajo techos y mallas. Su puerta de entrada fue el estudio de los requerimientos hídricos de las plantas. De ahí derivó al estudio del microclima bajo esas estructuras y el efecto en las plantas.
En las mallas identificó, en colaboración con otros científicos, una sensible disminución de la radiación solar y una reducción de los requerimientos de agua.
Cuando se metió en los techos plásticos, también detectó una importante baja de la radiación solar, además de disminución de la velocidad de los vientos y mayores temperaturas. La necesidad de menor consumo de agua también se repitió.
Con la disminución de las precipitaciones, para Sellés es razonable que las estructuras que cubren los frutales estén ganando terreno. De hecho, el investigador señala que se han obtenido interesantes resultados iniciales con paltos en la zona de Petorca, la razón principal estaría en que disminuyen los dos factores críticos en la evapotranspiración: el viento y la radiación solar.
En uva de mesa, también hay novedades. En el límite sur para la producción de uva de mesa, en San Vicente de Tagua Tagua, Región de O'Higgins, Sellés explica que con el uso de mallas se detectó un adelantamiento de ocho a nueve días en los procesos fenológicos. Una segunda novedad es que se logró una mayor uniformidad de los calibres.
A pesar de los hallazgos Sellés cree que falta mucho por investigar.
—La fruticultura se está extendiendo hacia el sur y su realidad productiva es distinta de la zona central, donde se han centrado las investigaciones. Por ejemplo, hay que ver cómo influye la humedad ambiental o las temperaturas que se dan en esas regiones.
Pablo Vial agrega que también es necesario tener claro el material vegetal más adecuado, tanto en las variedades como en los portainjertos. No toda la oferta disponible responde de la misma manera a vivir bajo techo. Por ejemplo, portainjertos muy vigorosos pueden generar huertos difíciles
de manejar.
— Lo positivo para los agricultores es que la mayoría de las variedades que están lanzando los obtentores vegetales en la actualidad están pensadas para trabajar bajo algún tipo de protección —sostiene el ejecutivo.
I ADAPTARSE AL SUR Eso sí, también hay tareas para las empresas proveedoras.
Ricardo Aguilera, productor de cerezas en Angol, Región de La Araucanía, sostiene que los techos pueden generar altas temperaturas en la parte alta de los huertos.
Uno de los efectos es que la fruta tiende a ablandarse.
—Cuando había menos oferta de cerezas, el tener una fruta más blanda no era una preocupación. El mercado consumía todo lo que se enviaba desde Chile. Sin embargo, en la última temporada enviamos el doble de volumen que en la anterior y se comenzó a ver diferencias importantes en los precios.
En los próximos años vamos a enviar incluso más. Por esto es importante investigar e incorporar nuevas tecnologías para hacerle frente a ese problema.
Repensar el diseño de las estructuras que se levantan sobre los huertos e investigar el material que se usa para cubrirlos asoman como tareas urgentes.
Christian Abud, en tanto agrega que uno de los principales desafíos no es tecnológico, sino que financiero. Al tratarse de estructuras de alto valor, la adopción es más lenta de lo que debería dados los beneficios evidentes.
—Los bancos tienen un papel clave que jugar. No hay mejor respaldo para una inversión que esta se vuelva más confiable. Con los techos evitas o minimizas eventos como lluvias o heladas que dañan la producción. Los bancos deberían ser los primeros interesados en que los proyectos frutícolas incorporen esa tecnología —sentencia el empresario. H
¿MBf v •fpf "Con la llegada de los techos se abren muchos temas para investigar. Hay plásticos con características diferentes. También hay que estudiar cómo cambian los requerimientos agronómicos cuando una especie pasa de estar al aire libre a quedar cubierta".
CHRISTIAN ABUD DUEÑO DE ABUD Y CÍA.
"Estamos ante tecnologías relativamente recientes en el país que se han masificado en los últimos cuatro años.
El crecimiento ha sido por el interés de los agricultores.
Se necesita investigar cómo funcionan en el país pues hay realidades muy diferentes".
GABRIEL SELLÉS INVESTIGADOR INIA Dos SEMANAS de adelanto en la cosecha del arándano se pueden lograr con macrotúneles.
20% DE MENOR evapotranspiración potencial se ha detectado con el uso de mallas