Imprimir Cerrar |
|
Antes de la última remodelación que la transformó en un mall, la galería Imperio vivió un "lifting" a finales La antigua galería fue demolida entre 2014 y 2016, dando paso al Mall Vivo Imperio, el que cuenta con
la década de los 80, quedando con su característico color verde oscuro.
En un terreno lleno de leyendas —se supone que se en el lugar donde vivió La Quintrala—, el espacio se recuerda también por el Teatro Imperio.
Pasillos anchos, techos altos y un piso blanco. Aquí se ve una vista del patio de comida del recinto.
o
Ad portas de cumplir un año desde su inauguración, un mall vino a reemplazar con inmaculada modernidad a la tradicional Galería Imperio, emblema de estas laberínticas construcciones en el centro de Santiago. Soría MALUENDA
e Jalon € Salon Unisex Local 963 - Fono
TS ES
NE La placa original aún permanece en la entrada de San Antonio.
María Abarca y Liliana Carrasco trabajan junto a otros 10 peluqueros en el Salón Imperio, el que fue fundado en honor a la antigua galería.
L listado de las marcas caras acosa desde la entrada por Estado 235, pero una vez cruzado ese umbral —el mismo que una vez albergó a una de las galerías más tradicionales del centro— la sensación es de una teletransportación inmediata. El panorama sorprende y desde afuera pasa casi inadvertido: techos altos, transparentes vidrieras, piso reluciente. Hasta el bullicio y el ajetreo de las calles aledañas se adormecen al entrar en este moderno búnker blanco. La sorpresa espera a quienes creen ingresar al antiguo espacio donde reinaban las peluquerías. Desde que el Grupo Saieh adquirió el terreno de la galería, en 201%, de a poco los rumores sobre el proyecto que iban a desarrollar fueron confirmándose. Lo que comenzó a principios de 2014 con la primera parte del recinto demolida, culminó en mayo de 2016 con el cierre definitivo y el éxodo de los locatarios para dar la bienvenida al Mall Vivo Imperio en noviembre del año pasado, Cuatro pisos de tiendas, ocho de oficinas, un amplio patio de comidas, zona de restoranes, servicios, salas de cine e, incluso, una terraza abierta en la parte superior, fue el resultado. “Es una operación de urbanismo de retail bastante destacable, porque lo que hizo fue reconvertir, y no por primera vez, una estructura que ya estaba presente en el comercio del centro de Santiago en un espacio más acorde con las demandas de los consumidores del centro hoy”, señala Liliana de Simone, profesora de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica e investigadora del sector retail. “La función principal de interconexión se recuperó en base a una buena inversión en términos de iluminación, pavimentos, cielos y experiencia de compra, dándole una nueva oportunidad a un sector que tiene un alto valor patrimonial y de flujo en la ciudad”, explican desde Vivo Corp los encargados del proyecto. Lo único que se mantuvo del original fue una placa metálica con el nombre “Galería Imperio” en el suelo, entrando por San Antonio, y la tradicional reja verde —ahora negra— que resguardaba esa entrada, lo que no evitó que se generara un debate entre los defensores de la galería
y la inmobiliaria. Aun así, cubriendo los flancos de San Antonio, Huérfanos, Estado y Agustinas, y pronto a su primer aniversario, el Mall Vivo Imperio se alza en el cen-
tro de Santiago como una elegante alternativa que podría estar en cualquier sector de la ciudad. En medio del movimiento de uno de los ejes comerciales más solicitados de la capital, el espacio se integra con una nueva lógica de consumo. Y no deja de impresionar.
Bases imperiales
Era el reino verde de las peluquerías. Con dos plantas, espacio abierto y, a pesar de tener un tragaluz central, un tanto oscura, fue construida originalmente a mediados del siglo XX por los arquitectos Eduardo Cuevas, Carlos Silva y Carlos Neira. Esto, aunque la Galería Imperio como la conoce la mayor parte de la gente de hoy— fue realmente el resultado de la remodelación que se hizo en los años 80. Por lo
mismo, no cabe dentro de la categoría inicial de las galerías del centro de Santiago, que llegaron a su corazón entre 1850 y 1890. “Después en los ochenta, con la remodelación, se transformó en la Galería Imperio como la conocimos casi todos, una versión un poco posmoderna, de arquitectura metálica, verde, con vidrio espejo, que transformó esta galería moderna en un espacio más convencional”, dice José Rosas, doctor en arquitectura e investigador de galerías y pasajes, sobre la versión 2.0. En un terreno lleno de leyendas —se supone que se levantó en el mismo lugar donde vivió La Quintrala—, el espacio se recuerda también por el Teatro Imperio. Cómo olvidar un gran mural por el costado izquierdo de la entrada por Estado, donde se ubicaba la sala de cine. “Su pi-
so con patrones de ondas de color causaban un efecto casi hipnótico al caminar, así como sus muros con imágenes que evocaban figuras medievales”, escriben los investigadores Tomás Rojas y María Isabel Molina, quienes hicieron el levantamiento de información “Recorriendo las galerías de Santiago Centro: catastro para una puesta en valor patrimonial, Fondart Metropolitano 2013”. Entre sus atractivos principales, además, estaban sus decenas de peluquerías, que la convertían en un fcono de este oficio. Desde boutiques y locales de venta de lana y bordados, hasta artículos y libros religiosos, era posible encontrar en pequeños locales atendidos, generalmente, por sus propios dueños. “El principal problema que tienen hoy las galerías es que no disponen de una institucionalidad que les permita, unidos como agrupación de locatarios, tener una protección oficial patrimonial de parte de la municipalidad para que se mantengan sus características originales”, explica José Rosas.
Rescatando la memoria
“Fue bien traumático para nosotros”, dice Liliana Carrasco (47), mientras termina de secar un largo cabello negro frente a ella. Es que invocar ese nombre es como volver a abrir una herida que nunca sanó muy bien. Desde un ala de Diagonal Pasaje Matte, entre las calles Estado y Huérfanos, y a solo pasos de la antigua Galería Imperio, un grupo de peluqueros de tres salones decidieron unir fuerzas y fundar el Salón Imperio, en honor a su antiguo emplazamiento. “A esta peluquería se vinieron profesionales de tres locales, aunque ahora quedamos de dos”, dice la estilista. Salón Nicole, Alcántara y Cosmos fueron los constituyentes, En total, fueron 12 los peluqueros que se reagruparon, el mayor de ellos con 8l años. “Nosotros sabíamos que nos veníamos con clientela, pero igual fue como empezar de cero”, afirma. “Lo que más echo de menos es que cuando la gente llegaba a la Imperio era porque buscaba peluquerías, y acá no, la gente va dando vueltas, buscando otras cosas, como en cualquier galería”, cuenta. “Fue un golpe muy duro para todos”, coincide su compañera María Abarca (40). “Cuando Dios cierra una puerta, abre otra”, agrega. Y esa otra puerta tiene el nombre de Salón Imperio.
Copyright © 2022 · LITORALPRESS