OTROS PROYECTOS DESTACADOS
Descifrando los secretos y ciclos sísmicos de Chile
El Dr. Marco Cisternas es geógrafo y profesor de la Escuela de Ciencias del Mar PUCV, e investigador asociado del Núcleo Milenio Cyclo, que estudia los fenómenos sísmicos en nuestro país. Desde comienzos de este año, el profesional lidera un proyecto que busca establecer la recurrencia del ciclo de grandes terremotos y tsunamis en Chile. “Estudiamos terremotos antiguos, que los vemos registrados en la geología y tratamos de entender cada cuanto tiempo ocurren, y para eso usa-
mos dos aproximaciones”, cuenta Cisternas. “Una es através de la historia escrita, buscando documentos en archivos de España, Perú y Japón donde hay registros (.. .) Y usamos también la geología costera, porque un terremoto deja marcas que son muy distintivas; produce cambios verticales en la costa, que se puede levantar o hundir, como ocurrió en Valdivia, que se hundió dos metros (en 1960) o en 2010 en parte de la costa de Arauco, que se levantó dos metros”, agrega.
Geólogos, geofísicos y modeladores trabajan en este estudio de tres años renovables, que a partir de modelaciones matemáticas busca entender el ciclo de los grandes eventos sísmicos. “La idea es que si ves hacia el pasado, y observas cada cuanto tiempo ocurren estos eventos, puedes saber la recurrencia, pero no es un modelo predictivo. Saber la recurrencia nos sirve para aprender y entender el fenómeno que los está generando”, explica el geógrafo.
El Dr. Marco Cisternas forma del Núcleo Milenio que estudia es ds terremotos y tsunamis en Chile.
Profesores unidos para mejorar la educación
La nueva carrera docente fomenta el trabajo colaborativo entre profesores y les exige mayor reflexión sobre las prácticas y resultados de aprendizaje. En ese contexto nace hace ocho años, como parte de un proyecto Fondecyt, el grupo regional PRETec (Profesores Reflexionando por una Educación Transformadora en Ciencias). Y qué es lo que han dejado esa y otras experiencias similares es lo que intenta dar cuenta el estudio del equipo que lidera la Dra. Corina González, profesora del Instituto de Bio-
logía y quien se desempeña en el área de formación docente de la Facultad de Ciencias PUCV. El proyecto, otro Fondecyt, iniciado en abril y con tres años de duración, incluye también la participación de grupos de Quintero y Puchuncaví. “Queremos comprender cómo se originan estos grupos, qué los mantiene y ver su funcionamiento”, explica la profesional. “A partir del segundo año queremos visualizar cuál es la incidencia del trabajo colaborativo en el desarrollo profesional de los profesores, ver cómo cambian
o mejoran sus conocimientos, lo que hacen en la sala de clases y lo que sucede con los estudiantes”, agrega. Profesionales del Instituto de Geografía y de la Escuela de Psicología PUCV son parte también de la iniciativa, cuyo objetivo final es levantar un modelo de desarrollo profesional basado en el trabajo colaborativo. “Se trata de reconocer que el conocimiento que tienen los profesores es valioso también cuando se comparte, y que mejora la calidad de la educación”, indica González.
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Observar lo que genera el trabajo colaborativo docente es lo que busca proyecto Fondecyt que lidera Corina
Cuencas y árboles que advierten sobre el Cambio Climático
Los árboles tienen en sus troncos anillos de crecimiento que dan información sobre su edad, pero también sobre las condiciones de escasez O abundancia hídrica. Mientras más húmedo es el año, más grande es el anillo de crecimiento. Con esa premisa trabaja el Dr. Ariel Muñoz, profesor del Instituto de Geografía PUCV, para determinar con su proyecto Fondecyt cómo ha cambiado la disponibilidad de agua en las cuencas de los ríos Petorca, La Ligua y Aconcagua, y cómo
afectó a estos territorios la mega-sequía que disminuyó severamente los recursos hídricos entre 2010-2015 en la Región. Hasta ahora la conclusión es que “la situación actual de disponibilidad de agua y la mega-sequía que hubo son muy inusuales, tanto al considerar mediciones con instrumentos como al estudiar la información de los árboles”, indica Muñoz. “1924, 1968 y 1998 fueron los años más secos del Siglo XX, pero con sequías anuales donde generalmente al año si-
guiente llovía, por lo que los ecosistemas y embalses se veían afectados y al año siguiente se recuperaban. Hoy no hemos tenido sequías tan severas, pero sí de varios años consecutivos”, agrega. La información de los árboles y la de imágenes satelitales permiten reconstruir la historia hídrica de las cuencas. A partir de eso, el proyecto busca hacer proyecciones sobre el Cambio Climático en la zona en las próximas décadas, algo vital para el futuro uso del agua en la V Región.
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de losárboles han permitido conocer la variación de las cuencas de tres ríos de la Región en el último siglo.