Los efectos del déficit de lluvias
En lo que va corrido del año, se advierte en gran parte del país un importante déficit de lluvias, lo que acentúa el fenómeno de sequía que vive el país desde hace años. De acuerdo con datos de la Dirección de Meteorología de Chile, en ciudades como La Serena, Valparaíso y Santiago, el déficit es de 100%, en lo que va del año. En Concepción, han precipitado 186 milímetros a la fecha, con una falta de lluvia de 26% con relación a un período normal en estos meses. Y ciudades como Curicó y Chillan promedian 50% de déficit.
Desde hace casi una década, la Región del Biobío y gran parte del norte y centro del país enfrentan una sequía que se traduce en que las napas, vertientes y riachuelos se están secando paulatinamente.
Incluso se han dado situaciones extremas, como la desaparición de la Laguna de Acúleo, que se secó por completo este año. Era una de las atracciones turísticas de la Región Metropolitana y referente na cional en la práctica de deportes náuticos, en su superficie de 12 kilómetros cuadrados donde, en vez de agua, hoy hay una planicie seca resquebrajada.
La sequía afecta a miles de personas, especialmente en comunas rurales, que no cuentan con un buen suministro de agua para sus necesidades diarias y para regar sus cultivos. En los últimos años los afectados han debido racionar el agua en acciones cotidianas, cues tión que resulta especialmente dramática en verano. Por ello, en los períodos más críticos las autoridades despliegan un costoso programa para abastecer a las familias con camiones aljibe.
Cada año se van acumulando los déficits y se va afianzando la se quía. Dicen los meteorólogos que también ha habido un cambio en el régimen de lluvias, porque cuando caen precipitaciones fuertes se concentran en muy poco tiempo, por lo que el agua escurre superficialmente hacia los ríos y no se infiltra para recargar los acuí feros. Eso explica los problemas que hay en la captación de aguas subterráneas, que se hace más notorio durante el verano. Hay que considerar también que los procesos de urbanización modificado los patrones de drenaje de los terrenos, lo que reduce la infiltración, el agua no se absorbe y -por el contrario- hay más posibilidades de desbordes de los ríos, como ocurrió el año pasado en Curanilahue.
El cambio climático es una realidad innegable. Paralelamente, está la creciente necesidad de agua que tienen la agricultura, la industria y las ciudades, mientras los recursos hídricos son finitos. Por otra parte, la contaminación de ríos, lagunas y lagos es cada vez mayor, lo que afecta a muchas zonas y acelera la crisis del agua, algo que solo puede abordarse elaborando planes integrales. Y mientras nuestra zona enfrenta el déficit de lluvias, en el norte de Chile, la desertificación avanza sin cesar. Son situaciones que deben llevar a man tenernos dispuestos a trabajar para enfrentar esta realidad. La comunidad científica y académica, a través de propuestas tecnológi cas que impulsen una agricultura sustentable y capaz de enfrentar el cambio climático, mientras el Estado busca asegurar estándares ambientales y entregar el apoyo necesario para mejores prácticas que hagan sostenible la conservación y recuperación de suelos.
Dicen los meteorólogos que estaremos con un déficit importante, por lo menos hasta junio, pero lo lamentable es que no sólo es el déficit acumulativo de lluvia, sino que además no somos capaces de aprovechar el agua cuando cae, por la falta de embalses. Por eso, lo que se necesita es nieve, no solo para el turismo invernal, sino mantiene un almacenamiento de agua en la cordillera y eso no ha ocurrido este año.
Las personas deben tomar conciencia del impacto que puede provocar cualquier actividad que realizan, más si se trata de las reconocidas como atentatorias contra el ambiente, como talas indiscriminadas de bosques o incendios forestales. El cuidado de los recursos hídricos nos compete a todos y debe partir desde cada hogar, para no acentuar los efectos, porque el agua es cada vez más escasa.
De acuerdo con la Dirección de Meteorología, en La Serena, Valparaíso y Santiago, el déficit es de 100% en lo que va del año. En Concepción, han precipitado 186 milímetros, con una falta de lluvia de 26% con relación a un período normal en estos meses, mientras Curicó y Chillan promedian 50% de déficit.