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MARCO DEL CAMBIO CLIMÁTICO, QUE HA traído como consecuencia unahistóricasequíaque lleva casi diezañosen lazona central de Chile, es imposible no tomar conciencia de que enfrentamos un año inusual de escasas precipitaciones y altas temperatura para la época, lo que ha causado un impacto alarmante en diversindustrias Sin ir más lejos, y a modo de graficar el contexto global que nos envuelve, en estos días fuimos testigos de
cómo se reactivó la conversación medioambiental en la Cumbrede Acción Climática desarrollada en la sede de la ONU en Nueva York, donde
más de 60 líderes internacionales debatieron con el objetivo de llegar aun acuerdo respecto a la reducción de niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera y su impacto en el calentamiento global. En nuestro país el panorama que se avecina no es muy diferente. En diciembre se espera que más de 20.000
personasacudanala25”versión de Conferencia de las Partes de la ONU (COP25), que se realizará de forma inédita en tierra chilena, con el objetivo de encontrarunarespuestaalineadafrente al cambio climático. Si bien es cierto, y pese a lo crítico que demuestra ser el escenario atmosférico alrededor del mundo, desde el punto de vista vitivinícola, este invierno -y por lo tanto las condiciones climáticas que afectarán la vendimia 2020no nos plantea un escenario en extremo preocupante. Sin embargo, sí nos
RICARDO BAETTIG DIRECTOR ENOLÓGICO MORANDÉ WINE GROUP
Obliga a ser previsores y trabajar en mejorar las condiciones y prácticas para convivir con esta situación en el largo plazo, y no ver mermada la producción de un activo que por décadas se ha posicionado como el emblema de las mesas chilenas y del vino.
EL ESCENARIO Los modelos climáticos que hemos revisado con el apoyo de profesionales en climatología nos muestran -en un periodo amplio de treinta años o másque la zona central del país está en proceso de desertificación, presentando menos eventos de precipitaciones, los cuales, si bien son menos numerosos, son más torrenciales. Enesteperiodosedala curiosidad de que desde el punto de vistadel volumen anual, las precipitaciones en promedio no son tanto menores, pero se presentan en pocos eventos de granvolumen, conlasconsecuencias que ello implia y la mala distribución queconlleva. El alza de las temperaturas es un hecho, y consecuentemente la de la isoterma cero también estádemostrada. Esdecir, nieva a mayor altura, con lo que tenemos menos superficie nevada, y por lo tanto menos reserva hídrica. Otro hecho notable y contraintuitivo es que, si bien nos estamos “secando” y suben las tempera turas medias en el valle central, la costa se está poniendo más fría, generando un notable cambio de la nacional. Respecto a los escenarios que prevemos para la próxima cosecha, entendemos que El Niño está normal a débil, por lo que esperamos poca precipi tación en lo que resta de la temporada. Resulta ser queel agua -el elemento vital del planeta cuya proporción en la tierra es de un 70% (un 97,5 % de ellase concentra en los océanos y mares de agua salada, y únicamente el 2, 5%es agua dulce transitada por ríos, lagos, lluvias y humedad del suelo)se ha transformado en nuestro principal “incierto” de hoy en día. Más aún cuando cerca del 80% del agua se va directamente al océano Pacífico, sin ser aprovechada para ningún uso. Nisiquiera el deriego. Cabe preguntarse entoncessiestereplanteamientoenelusoyconcientización del agua alcanza para solucionar este inconveniente, graficado en la escasez hídrica que golpea ala industria, considerando que el principal problema en este ámbito es la pérdida del recurso en nuestros mares, y que la inseguridad de los riegos se ha transformado en nuestra mayor amenaza. Ahora bien, y como ya lohaplanteado el vicepresidente de la asociación que agrupa a productores y exportadores de vinos nacionales (Vinos de Chile A.G. ), Mario Pablo Silva, “Chile debería ser el país menos afectado en términos vitivinicol, Para países productores
Como Francia, las fluctuaciones detemperaturasen 40-50 años, deberían ser de 2 a 2, 5"C; en nuestro
El desafío hoy esadaptarse al cambio. Trasladar características de viñedos antiguos que soportan mejor los años secos, a viñedos de riego más jóvenes, con el fin de reducir considerablemente los niveles de aguaconlos que se trabajaba hasta hace algún tiempo para regar plantacione: ¿ Una tarea difícil? Puede ser. Pero el reto se podría oportunidad país, aprovechamos nuestra “ventajavitivinícola” frente aotros lugares del globo donde el impacto climático ya es -y seguirá siendomucho más severo.
LA EXPERIENCIA MORANDÉ Las precipitaciones en nuestros campos del Maipo, ubicados en Romeral, a orillas del río, fueron de 130 mm, lo cual es menos de la mitad de
un año normal. Pero en Isla de Maipo ha sido más dramático aún: menos de 60 mm. Por esta razón hemos hecho riegos de invierno en torno a los 100-120 mm. En Maule, donde la media histórica supera los 600 mm, hemos recibido sólo 300 mm. Y en Cachapoal, en nuestra propiedadde La Moralina, cercana a Los Lingues, las precipitaciones bordea180 mm. A su vez las temperaturas han sido altas para la época, lo que sumado al cumplimiento de las horas de frío de las vides ha provocado que las parras despierten de su dormancia e inicien su ciclo vegetativo, con una brotación anticipada de diez a catorce días en Peronosolodespiertanlas viñas; todo el ecosistema comienza a moverse, es decir, también los insectos y eventuales plaga Distinta es la situación en la costa, particularmente en Casablanca. En Lo Ovalle, por ejemplo, la precipitación histórica es de450 mmyelaño pasado tuvimos 280. Este 2019, con sólo 100 mm, nose ha resentido, demostrándose en una brotación que aún no empieza y que incluso está levemente atrasada. La evapotranspiración “índice que engloba diversos factores relacionados
atemperatura, luz y otrosnos muestra a la fecha un año normal, al igual que las horas de frío acumuladas. Sinembargo, escasas lluvias, también hemos procedido a hacer riegosdeinvierno entorno alos100 mm. Llevamosmuchastemporadas implementando medidas de bajo consumo o aprovechamiento del recurso hídrico; sin embargo, este año labores como romper la tien para aprovechar las pocas gotas que puedan aún caer enprimavera se hacen más necesarias que nunca. En este sentido, el control de malezas y haber promovi do el desarrollo radicular delasviñasenprofundidad hasido esencial. Hace unos años, un estudio del Laboratorio Internacional en Cambio Global (LINCGlobal), en el que colaboró el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Espa (CSIC) y la Pontificia Universidad Católica de
Chile (PUC), adelantó que para el año 2050 la superficie de terreno apta para la viticultura disminuirá entre un 25% y un 73% en algunas de las regiones productoras de vino más importantes del mundo. Un escenario que pone categoría “urgente” para tomar riendas en el asunto, considerando que cada variedad de uva tiene requerimientos específicos detemperaturay agua. En Viña Morandé contamos con viñedos antiguos de secano de más de 65 años, que soportan mejorlosañossecos, como los que se han presentado en la última década. Sin embargo, el desafío que tenemos como empresa es promover esta característica en los viñedos de riego, ya maduros, pero no tan antiguos, e ir promoviendo a través de manejo de suelo, follaje, carga, portainjertos y otros una vitivinicultura que se sustente con volúmenes de riego menores alos que se trabajanenel pasado.