Ingenieros logran deshidratar frutillas sólo con energía solar
Braulio Rossel y Francisco Vásquez desarrollaron este proyecto con agricultores de Litueche y apoyados por la Fundación para la Innovación Agraria.
Meuissa FORNO oda Energía, consultora que R ofrece servicios relacionados con la demanda energética, desarrolló durante 2014 un proyecto para deshidratar con energía solar las frutillas producidas por agricultores de Litueche (Región de O'Higgins). Cinco años después, su proyecto comienza a ver frutos. "Hasta ese momento el mercado sólo ofrecía la alternativa de deshidratadores que funcionaban con algún combustible fósil, como el petróleo”, cuenta el ingeniero Braulio Rossel, gerente de gestión técnico comercial de la empresa. Según explica Francisco Vásquez, subgerente de proyectos de la consultora, la idea surgió cuando se preguntaron si era posible realizar el mismo proceso de deshidratación de forma más amigable con el medio ambiente. Es decir, utilizando energía solar, captada a través de colectores solares. Fue así como consiguieron el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura para comenzar a realizar las pruebas. Valor agregado “Quisimos generar un impacto en la comunidad de productores de frutillas de Litueche, agregándolo valor a su producto y comprándolo a un precio justo.
Actualmente obtenemos frutillas deshidratadas que contienen menos de 10% de agua, lo cual permite que puedan ser almacenadas por un tiempo significativo, alrededor de seis meses”, detalla Vásquez, ingeniero civil químico egresado de la Universidad de Santiago.
Dentro del proyecto, su rol es verificar el resultado del proceso de deshidratación, gestionar con qué agricultores trabajar y, en general, todas las tareas que se relacionan con la producción y estudio de secado de las fruta. El proceso Rossel explica que el proceso de deshidratación requiere de una superficie de 200 metros cuadrados de colectores solares, los que calientan agua a partir de la radiación. Una fracción de esta última es enviada a la cámara de secado para agregar temperatura en su interior. Esto eleva los grados Celsius dentro la cámara de secado para deshidratar las frutillas.
La fracción restante de agua se almacena en un estanque para acumular energía y utilizarla cuando las condiciones de radiación no sean suficientes para mantener el aire caliente, extendiendo el período de secado y ampliando la gama de posibles productos a deshidratar. Rossel, ingeniero civil eléctrico de la U. De Santiago, tiene a cargo el diseño del sistema de control de la planta, la cual automáticamente regula los niveles de temperatura, entre otras variables. Actualmente se encuentran realizando pruebas con otras frutas y champiñones.
Valor nutricional Paola Cáceres, subdirectora de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Chile, explica que al deshidratar la frutilla se extrae la humedad de la fruta, lo que aumenta su nivel de carbohidratos y azúcares, manteniendo su contenido de fibra (lo que contribuye a la salud intestinal). "Comer frutillas deshidratas es una buena alternativa si se busca un snack saludable en caso de que no se pueda consumir como fruta fresca, especialmente pensando en personas que habitan en zonas donde hay poca disponibilidad de ellas.
Sin embargo, no se aconseja comer más de 10 gramos diarios por su contenido calórico”, dice la nutricionista. )) “Permite que puedan ser almacenadas por un tiempo significativo, alrededor de 6 Francisco Vásquez Fabrican snacks saludables sin necesidad de usar combustibles fósiles