Dicen que en Chile nadie sabe de qué calidad es el polímero del que se fabrica el aparato
¿ Hervidor de acero o de plástico? Científicos se cuadran con el de metal
Juan Pablo Soto, doctor en química, cuenta que el plástico surgió como una evolución del metal.
Ambos materiales desprenden compuestos al contacto con el agua o el calor, pero los plásticos son perjudiciales para la salud.
MELISSA FORNO
ron un objeto imprescindible en los hogares chilenos. Y trascendieron las cocinas, se instalaron en un rincón de la oficina yen las garitas de los nocheros. Los más baratos son de plástico; los más lindos, de metal. Para la salud, lo relevante es el material donde está el agua caliente. César Sáez, profesor de Ingeniería Química y Bioprocesos de la UC, abre los fuegos: dice que hervir agua en de metal o en uno de plástico influye en el sabor. “Con los metales se produce hidróxido, que es una reacción natural del aluminio con el agua, que no es perjudicial para las salud. Sin embargo, algo de eso queda en el agua”, explica. El de plástico no le da confianza. "Todo depende del plástico: si es de mala calidad puede transferir plastificantes (solventes orgánicos) que sí son perjudiciales para la salud”, dice Sáez. Juan Pablo Soto, doctor en quími-
os hervidores de agua se volvie-
ca y profesor de la Universidad Católica de Valparaíso, plantea que en la información al consumidor en Chile los envases no describen el tipo de plástico utilizado en objetos tan diversos como carcasas de celulares, computadores o hervidores. "Debería ser una exigencia porque existen más de un millón de polímeros y es necesario reciclarlos”, declara. Soto también prefiere los hervidores donde el contenedor de agua es de acero inoxidable. No existe acero inoxidable de baja calidad, a diferencia de los polímeros”, declara.
Cuándo botarlo Juan Pablo Soto dice que, al desconocerse el tipo de plástico de los hervidores, sólo se pueden levantar hipótesis respecto de los efectos que tienen en el cuerpo. "Muy pocos plásticos son solubles en agua, pero durante su fabricación pueden quedar unidades pequeñas (moléculas de bajo peso) atrapadas físicamente dentro del material, las que con el tiempo van saliendo. Algo similar sucede con el solvente utilizado en su fabricación”, afirma. Manuel Saavedra, doctor en biotecnología y académico de la Universidad Técnica Federico Santa María, concuerda: el problema es el desco-
Nocimiento del tipo de polímero utilizado en la fabricación del hervidor. “Cuando el contenedor donde se calienta el agua es plástico, la resistencia eléctrica y el fondo del artefacto son de metal. La calidad del plástico no se controla. La SEC (Superintendencia de Electricidad y Combustibles) sólo verifica que el consumidor no se vaya a electrocutar”, cuenta Saavedra. Para Soto, ningún plástico debe-
ría oler. Si se percibe un aroma, significa que estas moléculas comenzaron a salir. “Es mejor dejar de ocupar un polímero si huele al típico olor a plástico, especialmente, si está en contacto con alimentos y con el agua que tomaremos”, aconseja Soto. También recomienda botarlo si cambia de color o pierde flexibilidad. María José Galotto, doctora en Farmacia y profesora del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos Universidad de Santiago, es enfática: "Es urgente que el Ministerio de Salud regule las exigencias de los plásticos en contacto con alimentos y el agua durante el procesamiento. La legislación nacional sólo dice que el envase no puede ser nocivo para el alimento, siendo muy pobre comparada con las exigencias internacionales. No están regulados los máximos tolerables”. En cuanto a seguridad, no se puede afirmar que un sistema es mejor que otro. Los hervidores que son completamente de metal se calientan en su superficie y pueden producir quemaduras por contacto. “Los que son de metal por dentro y por fuera tienen la desventaja de que son más pesados y caros que los de plásticos y que se calientan por fuera; salvo que estén aislados y que además funcionen como termos. Estos últimos, son todavía más costosos”, afirma Soto. “Por otro lado, el plástico es mal conductor de electricidad y mantiene por más tiempo el calor del agua, por eso los termos son plásticos. Si la resistencia eléctrica falla, el usuario no recibirá una descarga eléctrica si su hervidor es plástico”. Por otra parte, en un país donde falla la red eléctrica, la tradicional tetera de aluminio continúa siendo una opción. Saavedra cuenta que el aluminio es un metal pesado y que, antiguamente, cuando las teteras y las ollas se limpiaban hasta que quedaran brillantes, aumentaba la susceptibilidad del metal de traspasar al agua porque se eliminaba una especie de capa plomiza que servía de protección. Sáez recomienda no olvidarse de la tetera de loza porque al estar vitrificada no permite que ningún elemento se traspase al agua; siempre y cuando no esté golpeada.