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La escuela rural El Guindo de Ovalle es reconocida a nivel comunal por su orientación ecológica, que la ha llevado a generar diversos proyectos que fomentan en sus estudiantes la preocupación por el medio ambiente, con puntos de reciclaje, huertos, lombricultura y el reciclaje y reutilización de aguas grises, esta última iniciativa apoyada además por la Fundación «Un alto en el desierto», con el propósito de enfrentar la sequía. A todos estos esfuerzos por generar conciencia entre los niños y adolescentes y combatir la escasez hídrica, se quiso sumar Sebastián Moya Farías, oriundo de El Guindo y hoy egresado de la carrera Analista Programador, de Santo Tomás sede Ovalle, quien decidió contribuir con sus conocimientos a mejorar y optimizar el sistema de reutilización de aguas grises, mientras realizaba su práctica profesional. ¿Por qué decidiste hacer tu práctica en la escuela de El Guindo? Porque yo soy de allá y viví la sequía que afectó a la región y aprecié que en la escuela El Guindo se estaba realizando una labor así
es
(reutilización de aguas grises) y decidí utilizar mis herramientas de la informática para automatizar este proceso y hacerlo más eficiente. Uno de los sellos que tiene la escuela El Guindo es el sello medioambiental, pero había una contradicción en esto, ya que a pesar de ser ecológica consumía demasiada agua, y esto se generaba principalmente porque los alumnos no cerraban las llaves de los lavamanos y eso sumado a la sequía que azotó a la zona, provocó que la escuela se planteara solucionar este problema, mitigarlo de alguna forma y se optó por el reciclaje de aguas grises apoyados por la Fundación Un en alto en el desierto, fundación sin fines de lucro qué se dedica a fomentar el cuidado de los recursos naturales y en este caso el recurso hídrico qué es lo que más afecta la región. ¿En qué consiste el reciclaje de aguas gri-
ses? En reciclar el agua de lavamanos, duchas, tinas, etc. , almacenándola en un estanque, filtrándola y almacenándola para luego ser utilizada para regar plantas y árboles. ¿Cómo se puso en marcha el proyecto? Lo primero que hicimos fue intervenir los lavamanos con el apoyo del Liceo Politécnico de Ovalle. Luego el agua reciclada del lavamanos llega a un filtro artesanal, que tiene una composición de carbón activado, arena o gravilla, cenizas y piedras, para que por gravedad el agua se vaya filtrando y llegue más limpia de lo que salió. Esto llega a un estanque de 2000 litros y mediante una bomba de agua permite regar las zonas verdes de la escuela, esto permitió reforestar el establecimiento con especies resistentes a la sequía como el algarrobo y el quillay ¿ Cómo surgió la ne-
cesidad de tu intervención en el proyecto? El estanque rebasaba su capacidad continuamente y como la escuela se encuentra a un costado de la calle principal del pueblo, genera molestia en la comunidad, ya que no es agua limpia, además no había un encargado de llevar el control de las aguas grises, también faltaba un control autónomo y de datos verídicos, sólo tenían un estimado de que semanalmente se reciclaban 2. 000 litros de agua, pero ellos necesitan datos duros para respaldar lo que están haciendo, la idea es mejorar lo que están haciendo. De acuerdo a la ley 21.075 que regula el reciclaje de aguas grises, esta no puede estar más de 48 horas en el estanque, no debe estar en contacto directo con las personas, y se debe velar por la no generación de malos olores.
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