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Opinión
Dra. Ximena Valenzuela Monsalve
Licenciada en Ciencias Biológicas, Universidad Austral de Chile Doctora en Bioquímica, Universidad de Chile Coordinadora en Ciencias de la Ingeniería, Campus Patagonia UACh
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El turismo entorno al Lago General Carrera, ha crecido exponencialmente y se proyecta un aumento mucho mayor, debido a los diversos destinos turísticos que este maravilloso paraje alberga. El cuidado del medio ambiente es de vital importancia tanto como para el resguardo de nuestros recursos naturales, como para la práctica de un turismo sustentable y respetuoso. En este contexto es que me pregunto si todos entendemos de igual manera el concepto de contaminación de aguas, si existe real conciencia de la manera en cómo contribuimos a su contaminación y las consecuencias que aquello trae consigo. El agua es uno de los recursos naturales más preciados e importantes para la subsistencia de la vida, dada la presunta pureza y tamaño del Lago General Carrera, denominado en lengua Tehuelche “El Chelenko” (aguas tormentosas), tiene una importancia trascendental para la economía, el turismo y puesta en valor de nuestros recursos naturales. No obstante, este Lago binacional (compartido entre Chile y Argentina) se ha visto expuesto a diversos tipos de contaminación, comenzando por la más rudimentaria de ellas, y que tiene que ver con los desechos de las casas, hostales, cabañas y camping que decantan en el Lago por falta plantas de tratamiento de aguas. Otro factor es el derrame de combustible por los distintos medios de transportes que recorren el Lago, los cuales inevitablemente al encender los motores derraman combustible, el que a la vez contamina. Otro atractivo turístico relevante que hay entorno al Lago son las zonas mineras abandonadas, donde además de maquinaria abandonada existen suelos con material de relave los que contienen cantidades considerables de minerales producto de la antigua minería, estos suelos también se ven erosionados producto de las condiciones climáticas que afectan la cuenca del lago. Algunos de estos factores, como las lluvias, pueden generar cursos de agua estacionales los que provocan escurrimientos desde el material de relave, hasta el lago u otros ríos que suelen desembocar en el Lago. Estos metales pesados en agua, dependiendo de su biodisponibilidad en el ambiente, quedan a disposición de organismos tales como bacterias y microalgas, estos organismos más tarde serán consumidos por otros pertenecientes al plancton, y este plancton será consumido por peces, hablamos de las redes tróficas. A medida que aumentan los eslabones de las redes tróficas, se acumulan mayor cantidad de metales en el organismo, debido al consumo de otros que llevaban metales pesados, este efecto es acumulativo y en el momento que la situación sea irremediable, recién podrían aparecer efectos tales como la mortandad masiva de algunos organismos. Asimismo, el efecto antropogénico, genera un impacto en el entorno natural y respecto a éste debemos ser cuidadosos, es por lo que, es necesario establecer normas que se encarguen de regular la presencia de contaminantes en el medio ambiente. Las normas específicas que previenen que los contaminantes puedan significar o representar un riesgo para la conservación y preservación del medio ambiente y naturaleza, son las llamadas Normas secundarias de calidad ambiental para la protección de las aguas. Estas normas son específicas para cada cuerpo de agua, sin embargo, ningún lago de nuestra región tiene su norma secundaria de calidad de aguas. En Chile sólo dos lagos cuentan con una norma secundaria de calidad ambiental para la protección de sus aguas, los Lagos Villarrica y Llanquihue. Ambos cuerpos de agua se encuentran en el sur de Chile y son de vital importancia para el turismo. Sin embargo, también han tenido problemas por la presión que ejerce el turismo lo que ha provocado la eutrofización de sus aguas, es decir, el aumentado de la cantidad de nutrientes en el agua, de tal manera que la descomposición del exceso de materia orgánica produce una disminución del oxigeno en ella Estas aguas ricas en nutrientes invitan a microscópicos habitantes a poblar un cuerpo de agua, generando un crecimiento exponencial de microalgas, especialmente cianobacterias, que podrían tener efectos nocivos para la salud humana. El segundo cuerpo lacustre más grande en Sudamérica, “El Chelenko”, se encuentra en la región de Aysén, y ésta a su vez, se ha forjado como un destino turístico de interés mundial, debido a la valoración de la naturaleza y su belleza escénica, lo que trae consigo gran responsabilidad, pues debemos hacernos cargo de la gran presión ambiental que generamos como población humana con nuestros desechos pasados, presentes y futuros, el proceso de gestión de normas secundarias es largo, pero nunca es tarde para comenzar.
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