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Las construcciones, los cultivos y el cambio climático lo están afectando:
Los árboles
de analizar peumos, estudiados en prolitres, boldos, espinos y medio entre quillayes, investigadores metros de altura, concluyeron que sus hojas son imagen espino y quilla importantes para retener el material particulado. Además los alrededores de Santiago.
Evitan los aluviones y reducen las temperaturas.
Quillay y peumo en la quebrada de Macul. Los árboles del bosque esclerófilo pueden vivir más de 100 años.
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Las comunas aledañas a los esclerófilos son las más beneficiadas con la disminución de la contaminación del aire, En la foto se pueden ver quillayes y maitenes en San Luis de Pallocabe, Melipilla.
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En las ciudades 7]
"El quillay funciona impecable en las calles. Es súper resistente, y aunque crece más lento que otras especies, puede llegar a medir 10 metros”, dice la investigadora Cynnamon Dobbs. Pero no solo el quillay, todos los árboles del bosque esclerófilo tienen beneficios al plantarse en la ciudad: No necesitan mucha agua (salvo los que crecen en quebradas) y ayudan a disminuir las temperaturas. "Tienen una evapotranspiración (liberan agua en el ambiente, como una especie de rocío invisible), y eso junto al efecto sombra, hace que puedan bajar entre dos y siete grados Celsius la temperatura en la ciudad”, agrega Dobbs. Eso sí, Marcelo Miranda dice que no es que haya árboles mejores que otros, solo con distintas cualidades. "Cada árbol tiene su característica propia. El quillay o el peumo no van a superar en talla a los plátanos orientales, que logran en poco tiempo estructuras y hojas grandes, lo que los hace muy buenos para capturar material particulado, pero que también se les asocia con problemas de alergias. Entonces, hay que hacer un balance".
AMALIA TORRES
os árboles de los alrededores de Santiago suelen ser guneados. Para muchos, solo son una especie de maleza que crece sobre los cerros. Pero Cynnamon Dobbs, doctora en Ecología y docente en Geografía de la U. De Chile, está en desacuerdo. Para ella, uno de los motivos de esta falsa creencia es que la gente solo piensa en el espino. “El espinal no es tan bonito, a menos que esté en floración; no es tan verde, no da tanta sombra. No es lo que la gente tiene en su cabeza por bosque. Pero si lograran visibilizar todos los bosques hacia las quebradas, por ejemplo, que son más densos, más verdes, cambiarían la percepción”, dice Dobbs, quien estudió por seis meses los bosques que rodean a la Región Metropolitana. Los peumos, litres, espinos, boldos y quillayes, todos árboles nativos de esta zona y clasificados como bosque esclerófilo (el que crece entre la Región de Coquimbo y la de O'Higgins, y es más común en la Región Metropolitana y la de Valparaíso) esconden cualidades físicas y ambientales importantes. “En esta zona mediterránea, que comúnmente consideramos como algo seco en vegetación, tenemos bosques bastante importantes en tamaño. Bosques con entre 200 y 900 árboles por hectárea, bosques que pueden tener árboles de hasta 10 o 12 metros de altura”, dice el doctor Marcelo Miranda, profesor asociado del departamento de Ecosistemas y Medio Ambiente de la U. Católica y coautor del estudio que se presentó en el seminario “Contribución del bosque esclerófilo a la descontaminación del aire en la zona central de Chile”, que se realizó esta semana en
la UC. Aire más limpio
Tras estudiar cinco especies que crecen alrededor de Santiago, los investigadores comprobaron el importante rol de estos árboles en la captura de contaminantes ambientales. “Estos bosques capturan contaminantes, tanto de material particulado 10 como de material particulado 2, 5”, dice Miranda. Para llegar a esta conclusión, analizaron las hojas de los árboles: a mayor follaje, mayor captación de partículas. “Una de las propiedades del bos-
que esclerófilo —aclara Dobbs— es que es de hoja perenne, salvo el espinal, que puede perderlas un poco. Las hojas de este bosque también son más gruesas y a veces con rugosidades en la superficie que les permite ser más eficientes en la captación de material particulado”.
Pero no todos los árboles responden de igual forma a su tarea de limpiar el aire. “El boldo y el peumo son los que tienen mayor potencialidad de depositación (de material particulado), que son también los que están en menor cantidad. Y el espinal, el que tiene menos potencial, aunque
Lo tiene. Según vimos, la totalidad de vegetación analizada alrededor de la ciudad puede alcanzar (a reducir) el 10% de la contaminación emitida en un año. Es una súper buena cantidad”, dice Dobbs. Miranda lo explica así: “La cantidad de contaminantes en Santiago muchas veces sobrepasa —y por mucho— la capacidad de los bosques y de la vegetación urbana de poder capturarlos y fijarlos, Pero de todas maneras es un aporte”. Pero ese no es el único beneficio de estos bosques nativos: ellos también ayudan a capturar el carbono. “Toda la vegetación permite fijar el carbono, pero dada la estructura de estos bosques, ellos (los esclerófilos) son más fijadores”, dice Miranda. Esto ayuda a combatir las emisiones de CO» y convertirlas en oxígeno. Además, gracias a sus copas y ramas, retienen la lluvia, lo que disminuye la velocidad con que cae el agua. “Y como están en suelo, dan espacio para que el agua se infiltre, a
diferencia de cuando está pavimentado. Además, protegen el suelo, las remociones en masa. Si el bosque está en buenas condiciones, ayuda a mitigar el efecto de los aluviones”, agrega Dobbs. “El problema con los bosques alrededor de Santiago es que no los conocemos, y como no los conocemos, no los valoramos. Además, a veces, por la expansión de la ciudad y la agricultura, en zonas con pendientes se han cortado formaciones de bosques. Y hay polémica por proyectos inmobiliarios que necesitan espacios ocupados por el bosque”, explica Miranda. A eso se suma, dice Dobbs, el cambio climático, que ha jugado en contra de estos ecosistemas. Pero la labor de estos bosques es tan importante, que preservarlos y mejorar sus condiciones es clave, agrega. “Cuando este bosque se degrada, se ve más presencia de espinal. Y cuando está en mejores condiciones, ya agrega especies como quillayes y peumos. En las zonas de más humedad aparecen los boldos”. ,
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