Lodos sanitarios y relaves ¿ Círculo virtuoso?
Hoy todo tiene un uso. Al menos todo puede tener un uso. Las originales “3R” del reciclaje (reducir, reutilizar, reciclar) ya pasaron con certeza a ser cinco (reutilizar, reducir, reparar, reciclar y regular) y algunos agregan otras más para referirse al consumidor ecológico (reflexionar, rechazar, reducir, reutilizar, reciclar, redistribuir y reclamar). En fin. El asunto es que los neumáticos viejos pueden servir como bolitas de pellet base para el asfalto; los durmientes desechados de líneas férreas adornan y sirven para muebles; el agua del lavaplatos va al jardín y la materia orgánica al compost. Cada día tenemos más conciencia de la necesidad urgente de no generar más desperdicios y darle un nuevo uso a lo que denominábamos basura. En el área industrial también existe esta tendencia y hay ejemplos como el uso de materia orgánica de la industria pisquera para generar su propia tierra de hojas o el uso de la vinaza y el orujo para estabilizar caminos y no levantar tanto polvo; hoy las redes de pesca que se
sacan del mar se convierten en anteojos y en tablas de skateboard; etc. En esta línea llama mucho la atención el proyecto FIC de investigación para generar un nuevo sustrato de suelo, una tierra útil y fértil para recubrir los tranques de relaves y generar capas vegetales útiles. Para ello la materia prima estaría en el uso de lodos sanitarios, que hoy son desechos inútiles que implican un gasto para las empresas sanitarias. Sería fantástico que se pudiera configurar este círculo virtuoso, en que uno de los mayores desechos contaminantes que hoy ocupan espacio en vertederos y bien son destinados al mar, puedan llegar a utilizarse nuevamente para fertilizar. Llama la atención eso sí, que la empresa las empresas mineras que se vinculan al proyecto sean regionales pero la empresa sanitaria sea Aguas Andina. Quizás sea tiempo de también pedir a la sanitaria regional que pueda liderar estos procesos de reciclaje.