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Un avión no tripulado detectará las grietas y otro las tapará con asfalto impreso en 3D
Estos vehículos "pueden supervisar el estado de un diseño, como el de una calle con cualquier tipo de cámara o sensor y enviar la información geolocalizada para tener un registro", asegura Fernando Auat Cheein, doctor en ingeniería electrónica.
Para desarrollar el proyecto, la U. de Leeds contará con un fondo de 4,2 millones de libras.
M. VlLLARROEL / D. ULESTIA D roñes sobrevolando calles para detectar baches y repararlos en el inüfante? No es parte de una película futurista, sino un programa científico que está desarrollando la Universidad de Leeds, en Reino Unido.
Según informó el diario "The Telegraph", el centro de estudios iniciará un proyecto de pequeños aviones no tripulados para sellar grietas en carreteras con asfalto impreso en 3D.
El profesor Mark Miodownik doctor en ingeniería de la University College de Londres (UCL), quien colabora en la iniciativa, explicó al matutino: "Nuestra idea es que cuando ocurran estas pequeñas grietas las podamos ver por medio de un dron sobrevolando las rutas, y otro avión no tripulado aterrizaría y las repararía".
"(Es un trabajo que) se hace por la noche y podemos hacerlo en aproximadamente un minuto", dijo.
Aseguró que el dron "pasa por encima de la grieta, la repara y listo".
Primera etapa: monitoreo ¿Es esta tarea factible? Los británicos no entregaron detalles específicos, pero en Chile el profesor Fernando Auat Cheein, de la U. Santa María, asegura que "la primera etapa, de monitoreo y detección de fallas, ya es posible".
"Un dron perfectamente puede hacer un vuelo y supervisar el estado de un diseño, como el de una calle, con cualquier tipo de cámara o sensor y enviar la información geolocalizada para tener un registro de monitoreo y supervisación de ese estado", asegura el académico quien es doctor en ingeniería electrónica de la Universidad Nacional de San Juan.
"Este es un proceso que ya se hace mediante análisis de imágenes" confirma Freddy Faúndez, ingeniero mecánico de la U. de Santiago y ex profesor de la U. Santa María. "Incluso (el dron) puede reconocer cuando existe una fisura o una grieta y discriminar entre ellas, con patrones de reconocimiento que pueden ser incorporados al vehículo. No es tan complejo, pero para este caso en particular de reparar las calles tampoco es tan común", agrega.
Auat Cheein asegura que por el momento el principal problema es que "los drones son peligrosos. Se pueden caer sobre una persona o un auto y generar accidentes. Seguramente por esa razón el proyecto considera usarlos de noche".
"Su limitante es que tienen una duración de batería determinada y un alcance de señal. La señal puede ser fácilmente intervenida por antenas que se encuentren cerca", complementa Faúndez.
Segunda etapa: aplicación Según el proyecto británico, tras detectar los hoyos en la calle, otro avión no tripulado estará a cargo de imprimir en 3D el asfalto y cubrir los baches.
"La posibilidad de que un dron pueda imprimiren 3D no es una idea tan descabellada", reconoce Denis Ogaz, ingeniero eléctrico de la Universidad de Santiago y fundador de la empresa Full 3D Chile. "Como un dron se mueve dentro de tres dimensiones, sólo hay que hacerle adaptaciones para que pueda realizar alguna forma de impresión que inyecte material como el cemento" asegura.
Así lo confirma Miguel Torres doctor en ingeniería mecánica de la McGill University y profesor de la UC. "La impresión 3D convencional tiene un cabezal igual al de la impresora de papel, que se mueve de un lado a otro y también en forma vertical. Así va creciendo la figura 3D" explica.
A su juicio, "en un dron se puede aprovechar la oportunidad de movimiento que tiene hacia la izquierda derecha, arriba y abajo para depositar el cemento o pasta de relleno".
Pero hoy "la impresión en ese tipo de materiales es experimental. De hecho, hace un año en la UC teníamos un proyecto para crear impresoras que imprimieran en cemento para hacer casas", cuenta Torres.
Sin embargo, "esta segunda parte no es muy eficiente", advierte.
"El problema está en la mezcla, el material que se utiliza para parchar los hoyos. Una vez puesta la mezcla en el agujero, ¿quién la aplana? Además, cuando se vacía el cemento en un moldaje, es muy líquido y al sacarlo se desparrama. Su capacidad de hacer reparaciones no está limitada por los drones en sí, sino que por el material para tapar los hoyos", argumenta.
Cuánto puede cargar En cuanto a la capacidad de carga de los drones, Auat Cheein cuenta que en la U. Santa María "trabajamos con uno que puede cargar 7 kilos. Cuesta más de 20.000 euros y tiene una dimensión de 70 centímetros de aspa a aspa. Pero existen drones capacitados para más, más grandes (hasta de 2 metros) y con una capacidad de carga superior" relata.
Según las cuentas de Torres, "un dron que pueda transportar una mezcla de 12 kilos necesitaría un motor de 2 kW, como de moto chica.
Sería algo más parecido a un mini helicóptero, que se vuelve más peligroso". Por eso cree que sería más práctico "usar un robot con ruedas que transporte una batea con la mezcla de cemento".
"Esa sería una solución interesante de aplicar", coincide Faúndez.
"Que el dron de alta autonomía se dedique solo a rastrear y que la reparación sea con un vehículo que active la señalización necesaria para efectuar el trabajo, siguiendo una ruta inteligente generada por el dron anterior", cierra el ingeniero.
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