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PARTÍCULAS QUE PERMANECEN TRAS EL TRATAMIENTO SANITARIO:
A una escala diminuta, aplicaciones con arcillas volcánicas y partículas de hierro que desarrolla el Cedenna han logrado retener arsénico, plomo, mercurio y otros metales pesados. RICHARD GARCÍA.
Escuchó hablar de la imogolita fue en una conversación sobre el tema con su profesor guía Mauricio Escudey. “Le pregunté qué era y me dijo solamente “investigue'”, recuerda este científico que hoy forma parte del Centro de Nanociencia y Nanotecnología (Cedenna), alojado en la U. De Santiago. Resultó ser una arcilla, presente en los suelos volcánicos, que está conformada por silicio, aluminio, oxígeno e hidrógeno, la que a muy pequeña escala posee propiedades que le permiten retener el arsénico y otros metales que en altas concentraciones resultan un problema para la salud. El equipo de Arancibia ha logrado desarrollar diferentes aplicaciones experimenll a primera vez que Nicolás Arancibia
tales que no solo han logrado retener el arsénico en su totalidad, sino también el plomo en hasta 80%. Desde que completó su doctorado en ciencias de recursos naturales, Arancibia se ha dedicado a buscar soluciones concretas para la remoción de contaminantes mediante distintas variedades de nanopartículas, destacando entre ellas las partículas de hierro cerovalentes, que a pequeña escala también son capaces de retener materiales contaminantes.
PROCESO COMPLEMENTARIO
Aparte de arsénico y plomo, el equipo del Cedenna también ha logrado buenos resultados con cromo, cobre, cadmio, mercurio,
e incluso antibióticos. Ahora su desafío es buscar una asociación con alguna empresa que se haga cargo de la manufactura de estas soluciones tecnológicas. “Se trata de una fabricación muy sencilla químicamente hablando; no es nada muy exótico”, asegura. Entre las posibles aplicaciones, estima que puede ser una alternativa para estabilizar relaves; algo que podría estar a cargo de empresas contratistas. “No es necesario que el trabajo lo haga directamente Codelco o BHP. Puede ser responsabilidad de una empresa encargada de ingeniería de procesos”, sugiere.
En cuanto a su uso en los procesos de filtración de aguas grises, es de la idea que se podría acoplar algún sistema de nanofiltración a la salida de las plantas de aguas servidas. “Esta alternativa con nanopartículas no apunta por el momento al reemplazo de los sistemas que están en aplicación hoy. Lo que sí se puede hacer es participar de manera muy activa mejorando la eficiencia en determinadas zonas del proceso”, opina el químico del Cedenna. De esta forma se podría mejorar aún más el agua resultante, la que no solo podría reutilizarse industrialmente, sino incluso ser apta para consumo humano nuevamente.
AGUA LIMPIA Y SANEAMIENTO
Tres de cada 10 personas carecen de acceso a servicios de agua potable seguros y seis de cada 10 no tienen acceso a instalaciones de saneamiento gestionadas de forma segura.
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