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CHILLANVEJANA LILIAN SANDOVAL RELATA COMO ES VIVIR EN UNA ZONA DE SACRIFICIO
As moscas en la casa de Lilian Sandoval desafían la paciencia de quien ingresa, pero a ella ya son parte dela cotidianidad. Hace más de 30 años contrajo matrimonio y desde ese tiempo vive en Llollinco, comuna de Chillán Viejo, donde los rellenos sanitarios, la planta de secado de algas y el resto de las fuentes emanan olores perturbando el aire, y en repetidas veces se torna irrespirable, al punto de usar una mascarilla.
Así es vivir en “zona de sacrificio”, cuenta Lilian, quien habita una vivienda de material ligero, ubicada al ingreso del relleno de Ecobío donde vive junto a su marido y su madre, a quien cuida por su avanzada edad y porque ya dejó sus tierras en manos de otros hijos que también viven en el sector. “Lo que más nos complica acá, no solo a mí, sino a toda la gente, son los malos olores de la basura y sobretodo, del CITA, porque pareciera que hubiese olores pesados comoa líquidos,
(.. .) Lagente másafectada esla que vive hacia abajo, porque las aguas siempre van hacia abajo”, comenta al mostrar fotografias de los procesos efectuados por las empresas y que le parecen cuestionables. A juicio dela vecina, “la fiscalización que se ha realizadono es suficiente” y reclama mayor presencia de las autoridades. Le gustaría que los vecinos fueran sometidos a chequeos de salud, pues temen padecer enfermedades desencadenadas por vivir ahí. Para ellos sigue siendo una incógnita el impacto que podría tener ese entorno en su salud. “No quiero ir a ver médico (risas), para no saber. De primera, cuando yo iba para allá (hacia el relleno) a ver, me tenía que poner mascarilla, porque olvídese el olorcito, ahora ya menos. Como está alto el otro, este mismo relleno domiciliario ataja un poco el olor del otro. Cuando se ponen a revolver la basura en la vuelta de Quilmo, ahí sí que llegan mucho más los olores pesados”, dice. Para evitar exponer a sus sobrinos aese aire contaminado, optaron por cambiarlos de colegio. Estudiaban en la Escuela de Quilmo y ahora asisten al Liceo Polivalente Juan Arturo Pacheco Altamirano. Lilian no tiene intención de moverse de sus tierras, ni mucho menos vender, ya que sabe que éstas se encuentran desvalorizadas producto de vivir en una zona rodeada de
empresas que tratan desechos domiciliarios e industriales. Una mala señal para ellos fue cuando a fines de noviembre, el comité técnico del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Nuble aprobó el proyecto de mejoramiento integral de la planta de Ecobío SpA, que según indica la comunidad, permite ampliar el relleno. “Acá nosotros tenemos más de 24 hectáreas, entonces, no podemos decirque vamos allear y vender y comprar en otro do, por ser zona de vertedero las tierras no tienen el mismo valor, las castigan. Somos 7 hermanos, máso menos vamos a tocar de 3 hectáreascada uno, y si queremos vender ¿ cuánto nos van a pagar?, ¿vamos a poder comprar en el pueblo? Te rechazan por vivir cerca de un vertedero, sostiene. “Es una bomba de tiempo que tenemos con el CITA, cuántas veces querido incendiar”, expresa.
Medidas de mitigación Más de 40 hogaresse encuentran en la “zona de sacrificio”
de Llollinco, y otros sectores cercanos, como Quilmo o San Rafael, también se ven afectados, en menor grado, por las diversas fuentes contaminantes. Lilian recuerda que hace varios años un experto tomó muestras que dieron cuenta de la contaminación en el lugar. No descarta que hoy día, los niveles más espacios. “En Llollinco se hizo un pozo profundo y con tantos años es probable que esté contaminado. En el 201 1 el alcalde Felipe Aylwin trajo un médico, cuando hubo el derrame, tomó muestras de agua y tierra; la contaminación llegaba a un kilómetro de distancia, imagínese cómo estará ahora. Después descubrimos ese derrame de líquido, queafecta las napas de agua y de nada vale hacer pozos advierte. Estas razones la llevaron en algún momento a evaluar la posibilidad de demandar al Estado para exigir ayuda a los habitantes y/o medidas de mitigación por parte de las empresas. La chillanvejana es reacia a mudarse a otro lugar, pero no pierde las esperanzas de que lasautoridades hagan justicia y volteen sus miradasa Llollinco, y se recuerden de las personas qe alli conviven impregnados e olores nauseabundos.
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Lilian no tiene imención de moverse de sus tierras, ni mucho menos vender, ya que sabe que éstas se encuentran desvalorizadas. Una mala señal para elos fue cuando a fines de noviernbre seaprobó
de mejoramientointegral de la planta de Ecobío SpA.
40
hogares se encuentran en lazona de sacrificio de Llollinco.
Sandoval advierte que las napas subterráneas están con taminadas.
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La fiscalización que se ha realizado no es suficiente (.. .) Debe haber más presencia de autoridades”
LILIAN SANDOVAL VECINA DE LLOLLINCO, CHILLÁN VIEJO
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