Especialistas recomiendan cambiar sí o sí el que entrega el operador

¿ Tiene que reiniciar su router a cada rato? Quizás es hora de comprar uno nuevo

Los nuevos equipos aprovechan mucho mejor la señal que se va multiplicando por consecuencia de los rebotes.

Vuelva a conectar Si de vez en cuando le sucede que el Internet de su hogar colapsa, se congela, pero siempre vuelve a la normalidad después de resetearlo, es muy probable que el problema no sea de su proveedor. Se trata de un síntoma claro y un aviso de que el router que le facilitó su proveedor al contratar el servicio ya no da más de teletrabajo, smart TV's, consolas, impresoras y quién sabe qué más está conectado al aparato.
Tampoco de clases online, video llamadas, memes ni stickers, y que está listo para la jubilación.
Y, ante eso, las opciones: cambiarlo por uno nuevo o resignarse a tener que reiniciar el equipo cada vez que vuelva a colapsar.
Eso, hasta que llegue aquel fatídico momento en que no reaccione más.
“Los routers están diseñados para funcionar solos.
Pero uno se da cuenta que se empieza a estresar más la red.
Y esto pasa porque cuando instalaron el router no se supone que íbamos a estar todo el día en la casa, o que iba a cambiar el computador, o a comprar una tele nueva. Todo, aunque no funcione, va sobrecargando el aparato hasta que llega el minuto en que el router no da más”, dice el ingeniero electrónico Claudio Torres, regional manager de D-Link, quien agrega que es muy deseable que un usuario cambie de inmediato el aparato que entrega el proveedor por uno propio.
“Los equipos nuevos tienen mejor cobertura, velocidad y seguridad”, asegura.

Ojo con la antena Por lo general los colapsos de los routers tiene dos orígenes: estrés y cobertura, la que de a poco se va acortando. Jonathan Frez, académico de la Escuela de Informática y Telecomunicaciones de la Universidad Diego Portales, cuenta que por lo general los routers que entregan las compañías tienen la capacidad de transmitir inalámbricamente señal de Internet a velocidades superiores a las contratadas.
“O sea, a unos 300 megabytes por segundo (Mbps). Si se tiene más, no se podrá aprovechar desde un solo equipo, pero sí de varios.
Pero cuando el problema es de amplificación de señal una de las opciones es anexar un router propio o cambiar la antena por una mejor, normalmente más grande”, dice. Pero, ¿cómo saber cuál antena escoger para su router? El profesor Frez dice que el tamaño de estas antenas es de 9 DBi (que es la unidad de medida que indica la potencia de una antena). “Son estándar, y se buscan como antena wifi 2.4 ghz.
Y ojo que la antena da lo mismo si ponérsela al router o al computador.
Y es más barato que comprar un nuevo router”, dice.
Si un buen router se puede encontrar desde unos $25.000 o $30.000, una antena se puede encontrar desde los $5.500.

MIMO y Wifi 6 Si usted está decidido a cambiar de router, los equipos de hoy funcionan con una tecnología llamada MIMO.
Según explica Claudio Torres, de D-Link, suele pasar que, sobretodo en los departamentos, la señal se diluya entre tanto rebote, con lo que además se va multiplicando.
“Eso le hace súper mal a los routers porque no distingue cuál es la señal correcta.
Pero la tecnología MIMO es capaz de distinguir, la espera y la suma de rebote a la señal principal.
La potencia.
Entonces, no tienes una señal, sino que varias al mismo tiempo.
Son múltiples señales que entran y salen”, cuenta.
Por ejemplo, el DIR-846 de D-Link (https://bit.ly/Mimo DLink) tiene seis antenas y permite que varios usuarios puedan tener el máximo de banda ancha al mismo tiempo.
Además, permite decidir cuál de los aparatos conectados tenga prioridad sobre la red.
Según el ejecutivo, configurar un router está lejos de ser complejo.
Y se hace en unos cuentos minutos siguiendo algunas instrucciones. Ahora, si lo que busca es la última chupada del mate, ya están en el mercado los routers con tecnología wifi 6 como (https://bit.ly/3fr Pb5h). ¿Qué es eso? “El wifi 6 agrupa todas las últimas tecnologías, es la evolución de todo”, cuenta Torres.
No solo mejora la velocidad, sino que también la cobertura, multiplica la cantidad de elementos que admite y con mucho mejor gestión del tráfico.