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CLASIFICADORA DE RIESGO CUMPLIÓ 30 AÑOS EN EL MERCADO CHILENO:
Desde octubre de 2019 se dejaron de colocar bonos calificados por la agencia, por alrededor de 40 millones de UF, dice Álvaro Feller; no obstante, se muestra optimista por la fortaleza de las grandes empresas.
Aunque después del estallido social de octubre se dejaron de colocar bonos calificados por la agencia, por alrededor de 40 millones de UF, el gerente general de Feller Rate, Alvaro Feller, no ve impactos tan severos como para afectar las clasificaciones; destaca que las tasas de interés siguen siendo atractivas y apunta a solidez de la banca, compañías de seguro, el sector de concesiones, factoring, construcción y sector sanitario. Un 75,1 % de los 109 millones de UF en bonos corporativos emitidos en 2019 fueron clasificados por la agencia local Feller Rate, que elevó su participación respecto del 68,2 % que captó el año anterior.
No obstante, la emisión total fue inferior a los 1215 millones de UF de 2018, dice Feller. El impacto más notorio de la crisis social se dio en el retail, donde hay una mezcla de tiendas que han sido afectadas por acciones vandálicas, que han estado cerradas o han sido totalmente destruidas, y eso afecta tanto al comercio como a los supermercados, explica el ejecutivo.
La única empresa a la cual la agencia bajó la calificación fue AD Retail, que antes de la crisis tenía problemas y ya no tenía grado de inversión.
Ahora está abocada a reorganizar sus filiales Abcdin y Dijon.
En cambio, a otro retail de menor tamaño, como Hites, le ratificó la clasificación tras considerar que sus indicadores financieros eran suficientes.
En general, el segmento de empresas clientes de Feller son grandes y sólidas compañías del ámbito corporativo industrial y comercial, instituciones financieras de distinto tipo y compañías de seguros.
En el caso de los grandes del retail, por ahora Feller no ve que los impactos hayan sido tan severos como para afectar las clasificaciones.
“Las grandes tiendas de departamentos, como Falabella, Almacenes París, Ripley y sus coligadas, en general tienen diversificadas sus fuentes de ingresos, sea porque se han estado internacionalizando o por otras causas”, expone. De otro lado, apunta al fuerte crecimiento del e-commerce donde, ante el cierre de tiendas, los clientes empezaron a comprar por internet, y los malls están trabajando e invirtiendo en venta on line y retiro en tiendas. En el caso de las compañías de seguros, aunque han debido abordar siniestros por un monto de entre US$ 2.000 millones y US$ 3.000 millones, dice que en general eso les afecta poco, por que prácticamente tienen todo reasegurado en el exterior.
“No vemos en las empresas que nosotros clasificamos un impacto en su capacidad de pago ni en su solvencia”, agrega.
Por otro lado, Feller destaca que en el ámbito de las concesiones en infraestructura hubo mucha actividad el año pasado.
Por primera vez se emitieron bonos de Abertis, que es una suerte de holding de concesiones y hay un conjunto importante de concesionarias que están buscando refinanciamiento.
Al menos hay dos emisiones que deberían producirse este año, de Alpha y Brookfield, que están relacionadas con el túnel San Cristóbal y Vespucio Norte. A su vez, destaca la solidez del sector bancario que aun cuando debe afrontar los desafíos que impone la nueva Ley General de Bancos, casi todos los bancos están en las categorías más altas de clasificación. Dada la situación del consumo y de las pymes, la banca tiene hoy una “mora blanda”, de corto plazo y manejable, sostiene el ejecutivo, pero no descarta que en los próximos meses la morosidad pueda aumentar.
“Si bien puede que la situación se deteriore, los bancos están súper bien capitalizados y provisionados, por lo que no avizoramos para nada un problema severo en la banca”, enfatiza.
También resalta la solvencia de los factoring, que tienden a crecer en los últimos meses del año y disponen de alta liquidez.
En una situación de crisis tienden a ajustarse rápidamente, porque tienen vencimientos de corto plazo.
“Tenemos factoring cuya clasificación es pública y otros que tienen clasificación privada, porque están en la transición de emitir valores de oferta pública y vemos que están en bastante buena posición”, afirma.
Feller tampoco ve riesgos relevantes en el gran rubro de la construcción, porque la actividad ha andado bien respecto de la minería.
Lo mismo sucede en el sector energético, que está en el proceso de descarbonización, cuyas compañías — asegura— tienen la capacidad financiera para asumirlo.
De igual manera, considera que la industria sanitaria chilena es financieramente fuerte para enfrentar sin problemas las inversiones y los procesos tarifarios que vengan.
El tema de fondo es que las empresas tienen que realizar inversiones relevantes para mantener la producción de agua en varios sectores del país que están con sequía.
Y está el caso de Essal, que el año pasado protagonizó un masivo y prolongado corte de suministro de agua potable en Osorno.
En la actividad inmobiliaria ve más bien cautela en el inicio de nuevos proyectos.
Considera clave el tema del desempleo, cuyo aumento puede llevar a desistimientos en la industria.
En general, Feller tiene el 87% de sus clasificaciones en perspectiva estable, y la agencia no prevé cambios en su sector corporativo premium. En cuanto a las proyecciones, el ejecutivo dice que 2020 es más incierto que los primeros 9 meses de 2019, no porque vayan a cambiar las clasificaciones o el número de ellas, sino porque se aproxima bastante actividad política, desde la definición de agendas sociales hasta una nueva Constitución y, mientras no se definan reglas del juego, eso genera nerviosismo en los negocios. Tasas atractivas Las empresas colocan bonos en el mercado para refinanciar vencimientos de deuda emitida o financiar proyectos de inversión y Feller no conoce casos de compañías que hayan cancelado proyectos como consecuencia de la crisis.
Si bien en relación las tasas de interés domésticas han subido respecto del nivel que tenían en octubre, destaca que siguen siendo atractivas en comparación los últimos 15 a 20 años. Acerca de la opción por colocar instrumentos de deuda en el mercado internacional, como lo han hecho CMPC, Codelco y los bancos Santander y del Estado, señala que dichas entidades no tenían considerado colocar bonos en el mercado local, porque tienen operaciones internacionales y necesitan financiamiento en dólares. Además, opina que “la señal de tasas del mercado internacional es relativamente tranquilizadora para el mercado local”. No vemos en las empresas que nosotros clasificamos un impacto en su capacidad de pago ni en su solvencia”. ÁLVARO FELLER GERENTE GENERAL DE FELLER RATE
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